Seguidores

viernes, 25 de abril de 2008

LA LIBERACIÓN DE BAYAMO

La ciudad de Bayamo exhibe una interesante trayectoria como plaza apetecida por el enemigo y ocupada reiteradamente por los cubanos en las guerras independentistas de los siglos XIX y XX.

Finalmente fue liberada del dominio colonial de España el 28 de abril de 1898, hace ahora 110 años. Fuerzas de Estados Unidos, sin nadie solicitárselo, hacía 10 días combatían contra el país europeo para evitar la segura victoria de los cubanos y apoderarse de la Isla.

Muestra del avance insurrecto era la cadena de triunfos eslabonada desde 1896 en la entonces provincia de Oriente, por las tropas del Mayor General Calixto García, en la época lugarteniente general del Ejército Libertador.

El citado día 28, al acercarse a Bayamo, sostuvieron un breve e intenso tiroteo con el enemigo, pero en la urbe no encontraron resistencia pues los hispanos habían huido.

Calixto, quien nació en Holguín, creció en Jiguaní y en ese lugar se incorporó a la Guerra Grande (1868-1878), entró emocionado al principal poblado de la cuenca del río Cauto, y escribió:
"No se sabe el placer inmenso que he sentido al entrar en esta ciudad con nuestras banderas desplegadas al viento, y en medio del estrépito ensordecedor producido por el galope de los caballos y el vocerío inmenso de los revolucionarios."

En la llamada Ciudad Antorcha estableció el primer ayuntamiento libre creado en Cuba durante la Guerra Necesaria (1895-1898) y nombró alcalde municipal al coronel Manuel Planas Rodríguez del Rey.
El 13 de mayo salió rumbo a Santiago de Cuba, donde ayudaría decisivamente al triunfo de los norteamericanos.
El 26 de junio siguiente, fuerzas peninsulares retomaron la gran urbe del Cauto, pero semanas después capitulaban los mandos de España en Santiago de Cuba y en todo el país.
La historia de Bayamo señala que en la etapa precolombina era una comunidad aborigen, y desde 1513 fue centro de la Villa de San Salvador, con áreas de las actuales provincias de Granma, Las Tunas, Holguín y Santiago de Cuba.

En la urbe, más de 750 kilómetros al oriente de La Habana, comenzó en agosto de 1867 la conspiración que desembocó en la primera guerra contra el dominio colonial en el país.
Resultó la primera y única ciudad liberada por los patriotas, bajo el mando de Carlos Manuel de Céspedes, líder iniciador de aquella contienda.

Para cerrar el ciclo guerrero, el dos de enero de 1959 Bayamo se convirtió en la última plaza liberada por el Ejército Rebelde bajo el mando directo del Comandante en jefe Fidel Castro.

Aunque la urbe fue tomada antes por insurgentes, el principal mando enemigo en la zona decidió esperar la llegada del máximo jefe revolucionario para rendirse.

Así las cosas, en 2008 Bayamo celebrará sus aniversarios: el 495 de la fundación como villa española, el 140 de la conversión en primera capital de Cuba Libre y el 110 de la liberación del yugo español.
En enero de 2009 recordará el comienzo de su verdadera historia, con la llegada de Fidel y el Ejército Rebelde.
La ciudad del Himno Nacional sigue latiendo fuerte en el corazón de la Patria.

Autor: Martín Corona Jerez

viernes, 18 de abril de 2008

FRANCISCO VICENTE AGUILERA

Nunca supo Nueva York de la estatura de un hombre que entre sus calles anduvo, en un peregrinaje patriótico y revolucionario.

Esa ciudad no se estremeció, como debiera haberlo hecho, ante la muerte en un febrero muy frío, de un hombre que en su paso por la vida ofreció a la humanidad ejemplo de sacrificio y entrega ante el llamado de su patria.
Los pueblos que paren tal estirpe de hombres están llamados a ser pueblos libres, emancipados, solidarios, valientes.

Falleció en la ciudad norteamericana de Nueva York, uno de los soles de la independencia de Cuba, su luz, que irradiaba la felicidad de los buenos, lo vio partir solo, enfermo, con las ropas raídas, los zapatos rotos y los bolsillos hinchados de dinero.

Era el dinero de la patria, era fruto del esfuerzo que desplegó en esa ciudad tan poco amable para las causas justas, recorrió las calles, los sitios de concentración de los cubanos en el exilio, llevando en el alma el dolor de la patria ocupada por una potencia extranjera de entonces.

Y hablo de la importancia de la misión encomendada por el Padre de la Patria, y la cumplió de manera honorable y honrada, quizás pensando en los avatares de su familia, pero pensando en la familia mayor que eran todos los cubanos.

Su vida es un rosario de hechos y virtudes que lo asocian para siempre a la historia cubana desde los tiempos de difíciles decisiones como el levantamiento en La Demajagua, cuando asumió el liderazgo de Carlos Manuel de Céspedes.

Hoy cuando recordamos a Francisco Vicente Aguilera, nos percatamos de que quizás haya sido el único millonario patriota en el mundo, el que entrego su cuantiosa fortuna y todos sus bienes para alcanzar la redención, no personal, sino de la patria toda.

Rendimos homenaje a uno de los padres fundadores de la nacionalidad cubana, a uno de los horcones de la Independencia, a uno de los próceres, que al decir de Perucho, no tuvo duda alguna de marchar con Céspedes a la gloria o al cadalso.

Autor: David Rodriguez

sábado, 12 de abril de 2008

CÁNDIDO FABRÉ

Afortunado del canto, desgranando canciones va el trovador sobre el filo de la caña, paseándose por la guardarraya, sintiendo como propio el silbato de la locomotora que desde niño lo acompaña.

Aquellos caminos angostos no impidieron que ensanchara sus virtudes y los verdes campos y el canto del sinsonte, le construyeron las imágenes que desde entonces sus esencias creadoras expresan.

Improvisador de la esperanza, cosechero del amor, hacedor de virtudes, amigo de la madrugada y del amanecer, aguardando siempre por el sol para calentar sus musas, esas que dibujan en el pentagrama sus ideas más hermosas.

Mago de la palabra, taladra el verbo para hacerlo mas real, como real es la hermosura del manantial de donde brota el agua que calmará después los ardores de sus cuerdas vocales, incapaces de impedir la salida de su sonido convertido en metáforas coloreadas con su sabia manera de comunicarse.

Así, de plaza en plaza, avanza burlándose del cansancio como el juglar que jamás abandona a su guitarra, y tiñe con su voz, a veces ruda, a veces tierna, pero siempre sincera, a los que acuden a sus citas añorando sus inspiraciones para nutrir sus almas.

La palma real que lo acompaña, como símbolo de cubanía, baila al compás de su ritmo, y arrastra, como en un frenesí, a toda la floresta, que al mismo tiempo hace viajar en sus ramas a todas las aves canoras de la campiña.

Su canto es como un ciclón, su canto es como una brisa, su canto canta a la mañana, al amor y a la esperanza, así canta Cándido Fabré, el Sonero, que con su canto se engrandece y se proyecta hacia la Humanidad.

viernes, 11 de abril de 2008

ROSITA

Rosita es una niña de apenas cuatro años, aún no asiste formalmente a la escuela, pero se prepara para ese momento recibiendo los beneficios del programa Educa a Tu Hijo, una etapa previa al inicio de sus actividades preescolares.

Yo no conocía a Rosita. Ella me encontró a mí en un viaje de retorno a la ciudad de Bayamo, capital de la provincia de Granma.

Se encontraban ella y su mamá en Veguitas, comunidad del municipio Yara, cercana a Bayamo, haciendo lo que en el mundo se denomina auto-stop y en Cuba, botella.

Desde que subió al auto, se le desencadenaron las emociones a Rosita, contrariamente a lo que alguien puede pensar, la niña de origen campesino, comenzó a reír, y a cantar una composición del cancionero infantil, ´´Barquito de Papel´´.

La mamá, que trataba de calmar a la niña, me dijo que todos los días, a las cuatro de la tarde, asistía a una especia de academia que existe en Yara, donde el maestro Hugo, descubre las habilidades y el talento de los pequeños para la música.

Un día, cuenta la madre, en una celebración realizada en la escuela de su entorno, Rosita se destacó memorizando canciones e interpretándolas para el auditorio, y allí nació la posibilidad de estimular en ella el amor por la música.

Desde entonces, cada tarde, la mamá se traslada varios kilómetros para llegar a Veguitas, donde la espera el maestro, que le está enseñando los rudimentos para que encuentre, si la tiene, la vocación por esa manifestación del arte.

El viaje junto a Rosita no duró mucho tiempo, pero fue el suficiente para apreciar en la niña el interés, desde esa temprana edad para el canto y el piano, instrumento del que ya arranca los sonidos primarios.

Cuando se detuvo el auto, la niña, Rosita, divisó a su padre, en la casa que ocupan de manera provisional y en medio de los platanales, y le surgió una hermosa sonrisa y los ojos se le agrandaron con la alegría que experimentaba.

Quizás tengamos pronto a una concertista, o a una cantante, eso es lo que deseo yo sinceramente, porque Rosita, con su aliento, con su deseo de ser una artista, dejó en aquel auto los destellos de esperanza de una niña campesina de la zona de Los Cayos, Veguitas, municipio de Yara.

Autor: David Rodriguez

sábado, 5 de abril de 2008

MERCEDES COSSIO

Cuando una mujer se propone alcanzar los altos valores que su talento le proporciona, estamos en presencia de un ejemplo a seguir.

Cuando una mujer se propone embellecer la obra de un pueblo en Revolución estamos en presencia del protagonismo femenino más auténtico, delicado y humano.

Y si esa mujer, además de esas virtudes del sentimiento, tiene la formación para desempeñarse como evangelio en el campo de la educación, estamos en presencia de una madre que, desde el aula, mantiene vivo los preceptos martianos.

Y si esa mujer, camagüeyana de nacimiento y bayamesa por derecho propio mantiene vigente la obra del Padre de la Patria, entonces su alto valor humano se multiplica y alcanza el justo nivel del respeto.

Hablar de ella constituye una honra que la honra a ella, desde aquellos tiempos de su magisterio en la primaria superior número dos, frente a la actual funeraria de Bayamo, cuyos alumnos la siguen venerando como el primer día.

Su andar por estas tierras, del llano o la montaña, caminando, en mulo o a caballo, le granjeó el amor de quienes la conocieron, y más aún de aquellos que comenzaron a ver la luz de la enseñanza desde sus pupilas insomnes.

Dicen que es poetisa, y no lo dudo, pues un maestro desde la más humilde aula, crea todos los días los más hermosos versos, armando las estrofas sublimes que impiden morir a la esperanza.

Sus hermosos ojos guardan miles de imágenes, ella misma es un cofre abierto colmado de la riqueza más importante: bondad, cubanía, solidaridad, amor.

Quizás estas palabras no basten para proyectar su imagen, las palabras no siempre pueden dibujar la grandeza y el espíritu de esa mujer, cuyo nombre es María Mercedes Cossío Montejo.

Autor: David Rodríguez.

ANDERSON

Noel, ese nombre convertido en fenómeno atmosférico, dio la posibilidad, en noviembre pasado, de mostrar, una vez más, el humanismo de nuestro sistema social, que tiene como precepto importante y hermoso, garantizar la vida de los seres humanos.

La tormenta descargaba su furia y en medio de la campiña serrana, un niño de solo cinco años, comenzó a sentirse mal con presencia de fiebre y dolores en el vientre.

La familia pensó que aquello era pasajero, pero el dolor y la fiebre se acentuaron, como también se acentuó la precipitación de las lluvias, que provocaron el desbordamiento de ríos y arroyos en las montañas.

Anderson es el nombre de ese niño serrano, que asustado, veía como lo atendían en la zona de Los Horneros, del municipio de Guisa, pero sus males no desaparecían, por el contrario, la familia comenzó a preocuparse seriamente.

Ya en aquel agreste sitio, no había más posibilidades de atención médica, se había hecho todo lo posible para devolverle la salud al pequeño.

Por suerte, Anderson es un niño cubano, que goza de todos los derechos en una sociedad, donde el ser humano es lo primero, y por ello la atención médica que necesitaba rebasaba los límites del lomerío donde nació y ha crecido.

No hubo que ver a un político de la zona para que hiciera la gestión de trasladarlo a un centro médico de mayores posibilidades, nadie, además, le pidió cédula alguna a la familia para asegurarle la vida al pequeño.

Bastó ser cubano y en medio de los aguaceros de Noel, rompiendo las cortinas de la lluvia, apareció, a, pocos metros de su casa, una nave aérea, con los colores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Del pájaro de hierro, bajaron médicos, enfermeros, medicinas y por encima de todo eso, descendió el amor que necesitaba el niño, que aún asustado, no entendía la razón para tanto ajetreo.

Y Anderson voló por los cielos, con el calor de sus padres, quienes agradecían el gesto, humano y revolucionario que tomó cuerpo ante la enfermedad del pequeño.

Esa es nuestra patria, en la que cualquier ciudadano, sea de la ciudad o del campo, tiene el derecho que se ejerció ante la situación de salud de Anderson.

Cuántos niños serranos habrán fallecido en esas montañas de la Sierra Maestra antes de mil 959, cuando los seres humanos en esta tierra hermosa, valían si tenían riquezas y grandes propiedades?

Anderson vive. Le tocó en suerte haber nacido bajo el sol cubano de la libertad. Le tocó en fin, vivir en la patria de Fidel.

Autor: David Rodríguez

viernes, 4 de abril de 2008

BOLA DE NIEVE

Uno de los cantantes cubanos de más renombre internacional, a lo largo de su exitosa carrera artística es Ignacio Villa, Bola de Nieve.

Su peculiar manera de cantar, casi susurrando las palabras, quedó grabada en la memoria de los que pudimos apreciar su arte.

Bola de Nieve recorrió el mundo entero, llevando en su voz la cultura cubana, en sus cantos los lamentos, la alegría, la añoranza y la esperanza de los nacidos en esta Isla, donde la música brota como el agua de los manantiales.

No quedó parte alguna de Cuba que no recibiera la presencia de aquel negro fabuloso, quien hizo del piano su más hermosa herramienta de trabajo, labor que desempeñaba como un elemento recreativo personal, de ahí la autenticidad de su obra.

Su sonrisa no les faltó a los cubanos, sus presentaciones en los más encumbrados teatros del mundo, no le limitaron sus conciertos en los sitios más humildes de Cuba.

Aquí en Bayamo se presentó en más de una ocasión en la Biblioteca Pública MIL 868, colmando las expectativas de los asistentes, interpretando magistralmente piezas como La Flor de la Canela y Vete de Mí, una de las canciones cantadas con un desgarramiento tal, que siempre emocionó los espectadores.

Bola de Nieve es tan cubano como las palmas reales, tan cubano como el ron, tan cubano como la Enseña Nacional, tan cubano como el Pico Turquino.

PROVIDENCIA

Providencia, comunidad ubicada en la precordillera de la Sierra Maestra y a unos ochenta kilómetros de la ciudad de Bayamo, es hoy mucho más que ayer, no solo comparando a ese pedazo del municipio de Bartolomé Masó con la etapa de antes de mil 959, sino con el propio proceso revolucionario y por muchísimas razones mas.

La tranquilidad ciudadana allí es pródiga, la gente que reside en ese sitio de la montaña granmense, sabe lo que tiene y lo que ha avanzado, por eso defiende las conquistas alcanzadas y se proyecta hacia el futuro con seguridad y esperanza.

En Providencia hay una especie de contrapunteo entre la belleza de la naturaleza y la belleza de su gente, en el que al final el premio queda en un empate hermoso, pues si es atrayente el entorno con sus características topográficas, más atrayente resulta ese ser humano que suma acciones al medio ambiente.

Vista hermosa la que ofrece ese río que entrega no solo la necesaria agua para la vida, sino la posibilidad de irrigar los fértiles campos de cultivo del que se alimentan los pobladores de Providencia, que se empeñan además en el incremento de los mismos para beneficio de la sociedad en general.

Llegar a ese punto de la montaña y encontrarse con su gente en el circulo social, donde se realizan diversas actividades de recreación sana, es oxigenarse, es alimentarse, es, sencillamente, sumar salud.

En Providencia la alegría salta a la vista originada en los niños que caminan hacia las escuelas, en los ancianos que se sienten seguros, atendidos y estimados, en las mujeres que ocupan su puesto en beneficio de todos, y en los hombres que no escatiman esfuerzos para lograr los propósitos en diversas tareas.

Volver a Providencia es encontrar luces que iluminan el camino, volver a ese sitio reconforta el alma y sanea el espíritu, refuerza las convicciones y aumenta el sentido de pertenencia que nos permite amar mas el terruño, y lo que se ama, se defiende, lo que se ama se apuntala, no solo con las armas, también se defiende elevando la produccion en todos los sentidos.


Allí está Providencia, en aquel recodo de la carretera que conduce a la Comandancia de La Plata, como un bastión irreductible, donde el sol sale y se pone repartiendo su luz sin pedir nada a cambio.

Autor< David Rodriguez ---------

UN MAESTRO PARA TODOS LOS TIEMPOS

Hay voces en la radio que son amigas, imprescindibles, necesarias, estimulantes y cotidianas.

Hay voces que nos hacen la vida más agradable, voces insustituibles, que nos hacen crecer el corazón con el alma de sus palabras.

Este medio de comunicación resulta vía eficaz para el entretenimiento, la cultura, la música, la información y cuando detrás de estas manifestaciones se encuentra la voz mas autorizada, entonces la radio se convierte en un aula, donde el maestro es el locutor.

De uno de estos personajes de la locución hablamos. Sus palabras a veces se convierten en un susurro tan delicado como el vuelo del zun-zun y otras, se dejan escuchar atronadoramente, al parecer salidas de uno de esos huracanes caribeños que en este mes comienzan a amenazar.

Hombre de singular preparación, se erige como un patriarca de nuestro bello idioma, señalando, para bien, las fallas que se suelen escuchar en las voces de otros colegas, bien recibidas a veces, a veces no asumidas, para mal, por aquellos que creen conocer todas las reglas de la pronunciación.

Con su verbo ha enamorado a no pocas desde aquella juventud inolvidable hasta estos días, en los que se deja envolver por el cariño de las compañeras de este medio que conocen de su proverbial caballerosidad y gentileza, siempre bien amado por la mujer de su vida, la madre de sus hijos y fiel guardiana de sus afectos.

La audiencia de Radio Bayamo lo conoce por sus descripciones hermosas acerca de la obra de José Marti, por sus atrayentes programas sobre la música más autóctona de los negros norteamericanos y de sus apasionantes comentarios de béisbol y boxeo.

Una virtud extraordinaria lo distingue: el apego al trabajo, la profesionalidad sin limites y el afán de ayudar a quien necesite de sus conocimientos, sabiendo que así perdurará en el sentimiento de los semejantes como una extensión de su rica trayectoria.

Estas son palabras para el amigo, el maestro, el locutor, el escritor que desde hace tantos años nos acompaña y que cada mañana nos abraza con su saludo y esas ganas enormes de seguir laborando a pesar de los años transcurridos y que no han sido obstáculo alguno para sus enseñanzas.

Con sus felices 86 años Víctor Montero Mendoza constituye un ejemplo para las actuales generaciones de la radio cubana.

Autor>David Rodríguez

LA TRANSFORMACION EN LA SIERRA MAESTRA

La provincia de Granma, a unos 800 kilómetros al este de la capital cubana, ha dado claros y convincentes indicios en el afán de mejorar los servicios a la población, una manera de contribuir eficazmente en ese propósito, vital en una sociedad como la que construimos en el país.

Ejemplos hay muchos, pero podríamos citar las transformaciones que se observan en la zona montañosa, no solo ya en cuanto a la presencia del sistema de salud y de educación, se trata en este caso de otras mejorías dirigidas a hacer más plena la vida del serrano.

La edificación de restaurantes en varios puntos de la geografía montañosa, la posibilidad de contar con círculos sociales, donde la población puede disfrutar del tiempo libre con una recreación sana, son muestras de la preocupación de las autoridades del territorio con el objetivo de alcanzar esos propósitos.

Y los campesinos de la Sierra Maestra agradecen esas atenciones, pues sus características personales les convierten en personas muy conscientes de los recursos puestos a su disposición, por ello la satisfacción que expresan por esta realidad, si bien aún puede hacerse más en esta dirección.

Hablábamos de ejemplos, y citamos el caso de Minas de Frío, un sitio a ochocientos metros sobre el nivel del mar, donde la comunidad que allí vive, se siente complacida pues tiene su hospital con un personal de alta calificación profesional y humana.

En Minas de Frío también se cuenta con un pequeño círculo infantil, en el que los niños de la zona permanecen mientras sus madres laboran en sus respectivas actividades, y cuentan allí con una tranquilidad extraordinaria.




Los médicos haciendo sus labores de terreno, aconsejando la práctica de una recreación sana, alejada de los hábitos vinculados con los excesos en la ingestión de bebidas alcohólicas, y también dando charlas, conferencias sobre educación sexual, algo inédito para estos parajes hace 45 años.

La labor de los maestros también es encomiable, hay esas montañas escuelas con un solo alumno, que cuentan con todos los requerimientos de la educación moderna, con un claustro bien preparado y estimulado en su vocación docente para desarrollar sus actividades.

Por esos caminos de la serranía cada día puede verse a los niños y las niñas yendo y viniendo de las escuelas, con sus uniformes limpios, con mochilas, con zapatos, dando más belleza al entorno que los rodea.

Aquella expresión de Fidel en la que señalaba…¨No le decimos al pueblo cree, sino lee¨ está profundamente demostrada en aquellos parajes, los campesinos no son analfabetos, son cubanos con todas las prerrogativas, con derecho a todos los derechos que nuestra sociedad le garantiza a la población de la Isla.

Autor> David Rodríguez.

martes, 1 de abril de 2008

MACEO

Punta Brava fue el sitio para el holocausto, porque aquella imagen del Héroe descendiendo de su corcel en medio de la sabana, fue eso un holocausto,

Luego de recorrer más de dos mil kilómetros machete en mano, una bala o varias balas, volvieron a lacerar su enorme cuerpo, cuerpo de gigante, de fuertes manos y mas fuerte aún en las ideas que defendió.

La muerte en este caso hay que verla como una jugada del destino, pues él que sorteó tantos disparos, que derribó tantas trochas, que fue especialmente galante hasta en el combate, no temía a caer en cualquiera de los campos cubanos.

No se puede ver al héroe, como el hombre invulnerable, de carne y hueso estuvo hecho y en ese cuerpo exhibía decenas de cicatrices, que marcaron su vida de manera definitiva.

Maceo, el General de tantas estrellas en la frente, no las dejó caer ni en medio de aquel momento, cuando las fuerzas le faltaban para blandir el machete mambí con el que había destrozado más de una vez las estrategias de los colonialistas.

Maceo, el General, el héroe de Mangos de Baraguá y de Peralejo, el héroe de mil batallas caía en combate aquel siete de diciembre, y junto a él, a un joven capitán al que quería como a un hijo: Panchito Gómez Toro.

Aunque murió físicamente el hijo de Mariana, volvió a tomar cuerpo en aquellos hombres y mujeres que en la falsa república siguieron la ruta de su ejemplo hasta que en el horizonte brilló la montaña donde sus descendientes asumieron la custodia de sus estrellas y como él, las llevaron en la frente.

Pasó el tiempo y Maceo, aquel hijo pródigo de la Patria, acompañó a los internacionalistas cubanos en aquel regreso a las raíces, a los ancestros, para defender la vida y la esperanza de los africanos. Ahí estaba Maceo no ya sobre su caballo, sino en la cabina de un caza, en los mandos de un tanque, en la artillería y en la infantería.

Y en África aquellos jóvenes también defendieron las estrellas del héroe, las llevaron al combate y las depositaron en la frente de los caídos en las acciones que trajeron para ese continente una nueva luz, una aurora que al caer la tarde se convierte en manantiales de esperanza.

Maceo y Cuba dos nombres por los que vale la pena luchar y morir, aunque los héroes como el Titán de Bronce, se mantienen con la mano puesta en la empuñadura del machete, para hacerle pagar bien cara la osadía a los enemigos que intenten mancillar la tierra que nos vio nacer.
Autor: David Rodriguez

LA CEIBA BAYAMESA

Bayamo contó hasta hace algunos años, con un símbolo natural, que identificaba a la ciudad, junto a su historia y sus legendarios coches tirados por caballos-

Ese símbolo, que ocupaba un privilegiado sitio de la Vega del Río Bayamo, era admirado por los habitantes de la ciudad por su altura y el diámetro de su tronco.

La Ceiba, ubicada entonces en un área adyacente a la Escuela Primaria Manuel Ascunce Domenech, donde antes funcionó La Divina Pastora, un centro estudiantil religioso.

El entorno de la majestuosa Ceiba era visitado frecuentemente por los bayameses, unos para disfrutar de su imagen, y otros, lamentablemente, para dañarla, quizás sin percatarse de las heridas que infligían a su tronco.

La Ceiba era la novia del río. Sus raíces se humedecían en sus aguas, nutriendo a la planta que cada año vestía sus mejores galas, a veces blancas, a veces de un intenso color verde.

Su altivez y frondosidad dominaban el panorama paisajístico aledaño al río, no había árbol más alto, ni más bello que ella, solo compitiendo en belleza y orgullo con las palmas reales.

Su ancho tronco comenzó a recibir el maltrato de algunos que, con fuego, fueron abriéndole el vientre, ignorándose las intenciones de estos.

Lo real es que con el tiempo aquel tronco fue horadado de tal manera que en su interior cabían perfectamente varias personas.

Un día de un año que no recuerdo, en horas del mediodía, se escuchó en el entorno un ruido seco, que llamó la atención de los vecinos cercanos al río.

Había caído La Ceiba, no pudo aguantar el sufrimiento de los desmanes de algunos y de la enfermedad que la corroía. Sus raíces, ya viejas, no resistieron el peso del gigantesco árbol.

En su último gesto de existencia, La Ceiba recurrió a su amor de toda la vida, y se lanzó al río, cuyas aguas bendijeron para siempre su paso por la vida. Fue un último abrazo entre La Ceiba y el río, novios eternos, que siguen siendo referencia de los bayameses.