Muy pocos ponen en duda, la gran verdad sintetizada en el estribillo: “… la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…”, antológica canción del panameño Rubén Blades. Sin embargo algunos internautas sostienen que la publicitada vida de Yoani Sánchez parece ser la excepción de la regla.
Quien siga de cerca los sistemáticos reportes que las agencias y emporios trasnacionales de la noticia generan sobre la acaudala bloguera cubana, podrá llegar a la conclusión que, en el caso de Yoani, la vida le da premios que han dejado de ser, hace ya mucho tiempo, una sorpresa.
En días pasados, el Instituto de Prensa Internacional le otorgó a la acaudalada y multipremiada bloguera cubana un galardón que le reconoce como “Héroe de la Libertad de Prensa”. Sin lugar a dudas, una singular paradoja de estos tiempos modernos. Mencionarle a un cubano, las palabras: Héroe, Libertad, Prensa, es esperar de inmediato como respuesta lógica: José Martí y Yoani, nada tiene que ver con nuestro Héroe Nacional.
La figura legendaria del Apóstol se forjó en la lucha contra el imperio, sin el favor del imperio, a contrapelo del imperio. Martí recorrió las calles de Nueva York tiritando de frio, sin dinero para comer, incapaz de tomar del bolsillo de su raído abrigo un solo centavo de la última recolecta ofrendada por los humildes tabaqueros de Tampa.
Fue nuestro José Martí, precursor de la guerra necesaria en su empeño por lograr la independencia de Cuba. En carta inconclusa que escribiera a su amigo Manuel Mercado el 18 de mayo de 1895 alertaba:
“….ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber—puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo— de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin.”
En su corta vida, Yoani se siente confiada de que otros están construyendo su “legendaria obra”. El marketing imprescindible que se requiere en la era de las nuevas tecnologías, está asegurado. La "sufrida" bloguera es la nueva estrella mediática construida por el imperio, con el favor y el fervor del imperio, ha logrado en su corta vida de cibermercenaria recaudar para su lucro, más dinero que el recolectado por el Apóstol con sudor y sacrificio en los preparativos de la expedición libertaria.
Ser Héroe, Heroína, en una nación que no escatima esfuerzos ni recursos para salvarle la vida a un adversario, no entraña grandes sacrificios. Yoani sabe muy bien que en Cuba no corre peligro su existencia, aun cuando su deleznable misión sea la de garantizar a tiempo, que el águila imperial quebrante la independencia que disfruta el pueblo. Pero, ella está consciente que para ser acreedora de más premios, no se podrá hacer silencio, será necesario seguir difamando la obra, esa es su contribución para lograr algún día, la libertad que preconiza: la “Libertad de Opresión”.
