Hay
hombres que pasan por la vida haciendo derroche de sus buenos sentimientos,
esos que dignifican las almas, las mejoran, aportan a la sociedad desde
cualquier esfera laboral.
Hay
hombres que se empeñan en construir caminos, nuevas sendas por las que pase y
se asiente la cultura, sea en medio de un lomerío, una extensa llanura o sencillamente
en la calidez de un teatro.
Ese
arquetipo de hombre anda por estos lares, a veces muy silencioso pero dejando
huellas que se convierten en referencias para aquellos que deseen asumir su
ejemplo como herramienta para el bienestar de todos.
Tenemos
entre nosotros a muchos que se afanan en darlo todo, no dejan nada para mañana,
agotan todas las posibilidades para que se desarrolle bien la tarea
encomendada.
Realmente
es enaltecedor hablar de un hombre, con las características apuntadas antes,
que no son todas las que lo distinguen, pero que lo ponen a una altura
inconmensurable.
René
Reyes Blázquez, ese teatrista de pueblo, cumple hoy medio siglo de vida
artística, y ese acontecimiento no puede pasar inadvertido porque el reto
asumido por él y los logros alcanzados no caben en dos cuartillas.
Lo
realizado por René, con una trayectoria ejemplar como artista y cabeza de un
proyecto comunitario como la Guerrilla de Teatreros, merece el más alto
reconocimiento porque es, sencillamente, un coloso del trabajo.
No
hay espacio en las montañas de Granma que no haya conocido de su andar al
frente del grupo, sembrando alegría, ofreciendo en cada función no solo la obra
prevista, sino el corazón.
Para
los granmenses es un honor tener justamente en este día memorable para René, la
posibilidad de brindarle el abrazo y el amor que un hombre, un artista como él
merece por haber alcanzado la cúspide de la ternura.
Cuántos
niños habrán aplaudido a la Guerrilla en sus periplos por cualquier parte de la
provincia?
Cuántos
adultos habrán agradecido la presencia de este hombre al frente de esa
guerrilla donde nace la bondad, el buen gusto, el respeto por los demás y la
manera más hermosa de alegrar a sus hijos?
Estamos
ante un héroe de carne y hueso, que no reclama honores, que no reclama lauros,
porque esos atributos no los lleva en documento alguno, pues brillan en su
frente de hombre artista y patriota.
Son
cincuenta años levantando la mirada en cada amanecer, buscando el sol de cada
día, tratando de llevar la felicidad a sus semejantes, pero no se percata, por
su humildad, que lleva la luz del astro rey en sus ojos.
Siempre
habrá espacio para los seres humanos buenos, esos que se empeñan todos los días
en hacer mejor su trabajo, por eso René Reyes Blázquez es un artista imprescindible
de estos tiempos.