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lunes, 13 de octubre de 2008

LA NOCHE DEL BOLERO EN BAYAMO

Un jueves de cada mes cobra vida en Bayamo, La Noche del Bolero.

La música se esparce como brisa bienhechora, inundando el recinto, que por demás, invita, en medio de palmas reales, mangos, aguacates, flores y poesía, a escuchar el bolero que atesora, como siempre, las bellas imágenes del amor.

El cielo puede estar encapotado, la lluvia quizás se haya hecho presente, pero esa humedad nacida de tanta lluvia, no puede impedir la buena acción, el reconocimiento a quienes han hecho de la música, la herramienta para la expresión y la salvaguarda de nuestra cultura.

Nunca será tarde para abrazar a los que han labrado el camino con la fuerza de la voluntad, sembrando auténticos sentimientos en los insospechados senderos del ser humano.

En esa noche las voces se lanzan al ruedo en difícil acto que no todos logran vencer, pero que en el caso de un cantante como Ángel Labrada, pasa de acto a brillante interpretación en un género que lo ha encumbrado de manera noble y hermosa: el bolero.

Y el bolero se escuchó, celebrando su paso por el pentagrama, donde deja en cada canto, una semilla que puede germinar aún en medio del desierto. Y es que Ángel tiene el ángel que solo pueden asumir aquellos que cantan bien.

Es que Ángel canta y encanta habiendo pasado tantos años regalando su voz para hacer feliz a mucha gente que lo admira gracias a su permanencia en ese género que ya lo asume como uno de los mejores, por lo menos así pienso yo.

Su voz, por suerte no ha quedado solo dentro de nuestras orillas, Noruega ha podido aquilatar sus condiciones vocales y allí debe volver para convertir en música las gélidas imágenes de esa nación europea.

La noche del Bolero es momento de músicos y de música, de gente del pueblo que no falta a las citas que en la UNEAC, organiza ese defensor a ultranza de los que en Granma se empeñan en hacer de las corcheas un estandarte para la ascensión de los buenos sentimientos. Su nombre? 0rlando Quesada Arévalo, ´´Guapachá´´.

Noche de Boleros, noche de reconocimiento, noche de alegría, en los bayameses jardines de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.

Autor: David Rodríguez