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lunes, 16 de mayo de 2016

OSCAR NO FUE SU UNICO HIJO: SE CUMPLIO LA PROFESIA

El 29 de mayo de 1870, una descarga de fusilería provoco el vuelo anticipado de los gorriones asentados en las inmediaciones de una instalación del colonialismo español en la ciudad de Camagüey.

Aquellas balas segaron la vida de un joven de 23 años cuyo único delito comprobado fue su disposición de pelear por la independencia de la patria, hollado su suelo por las botas de los soldados españoles.

El eco de los disparos tiene que haber llegado a los sentimientos de su padre, quien desde el 10 de octubre de 1868 se había convertido en el paladín de los anhelos patrios de libertad.

Aquel joven, ajusticiado en la flor de su juventud era Amado Oscar de Céspedes, hijo del Padre de la Patria, a quien quisieron sobornar conminándolo a escribir una carta a su padre para que depusiera las armas.

“Yo jamás traicionaré a mi Patria y mucho menos a mi padre”, esa viril posición, a la altura de la dignidad de los cubanos, resulto ser la sentencia de muerte para Amado Oscar de Céspedes.

No claudico ni siquiera ante la posibilidad de morir en manos de los enemigos colonialistas españoles, que utilizaron todos los medios posibles para quebrantar la moral del hijo de Carlos Manuel de Céspedes.

Amado Oscar había nacido en Bayamo el nueve de julio de 1847, poco tiempo después fue trasladado por la familia para Manzanillo donde curso los primeros estudios.

Quiso seguir los derroteros profesionales de su papa por lo que se traslado a La Habana donde culmino los estudios de segunda enseñanza matriculando luego en la carrera de derecho del alto centro académico.

Los acontecimientos del 10 de octubre de 1868 lo sorprendieron en la capital cubana y de ahí partió hacia Estados Unidos con el interés de enrolarse en alguna de las expediciones hacia la Isla e incorporarse a la lucha.

Luego de varios intentos infructuosos, pisa tierra cubana el 19 de enero de 1870, en un punto situado entre Manatí y Puerto Padre, no pudiendo casi disfrutar de ese momento de alegría pues comenzó la persecución española.

Esquivando esos y otros obstáculos, pudo al fin llegar al campamento de su padre en las cercanías de Guáimaro, satisfecho por poder estar en el frente de batalla por la eliminación de la presencia colonial ibérica.

El domingo 29 de mayo, se cumplen 145 años del atroz fusilamiento de Oscar Amado de Céspedes de quien su padre dijo: «Oscar no es mi único hijo, lo son todos los cubanos que mueren por las libertades patrias.»

LA HERMOSA Y VALIENTE MUJER BAYAMESA

La mujer bayamesa ha sido un formidable sostén revolucionario desde aquel luminoso día cuando en La Demajagua se escucho el hermoso grito de Viva Cuba Libre!

Desde entonces, y a lo largo de más de cien años de lucha, las bayamesas han desempeñado el rol que la patria ha demandado de ellas y en el presente siguen siendo los horcones en los que se asientan nuestros sueños.

Desde aquel día fundacional del primer comité revolucionario de Bayamo, ya estaban presentes, bien cerca de los acontecimientos mujeres de esta ciudad quienes también apostaron por la independencia.

Esa laboriosa entrega de las bayamesas no se detuvo ni siquiera en grandes momentos de peligro para sus vidas, aun así, no cejaron en el empeño dejando un legado que las generaciones femeninas de hoy han asumido.

Como olvidar aquellos tiempos en que las mujeres de entonces cosían banderas, ayudaban a los heridos en combate, hacían todo cuanto era necesario para apoyar los derroteros presididos por el Padre de la Patria.

Ese afán, ese amor por ver a Cuba libre de la presencia colonial española se mantuvo durante todo el siglo 20 en manifestaciones contra los gobiernos entreguistas de aquellos tiempos.

Al comenzar la última etapa por la liberación nacional se incremento la presencia de la mujer bayamesa en los trajines libertarios y no fueron pocas las que se destacaron en las actividades de la clandestinidad.

En este periodo tuvieron especial presencia en las actividades insurreccionales Flora Mirabal, Eloina Guerra Carmen Salcedo, Hermelinda Áreas, Fela Luisa Castro, Clara Rubio, Flora Mirabal y Dania Barrios.

También Ana B. Vázquez López, Mercedes de Varona, Luisa Roig, Ana María Rodríguez, Carmen Rodríguez, Enma R. Hechavarría, Carmen Rodríguez Corona, Dulce Serrano, Ofelia Millán y Dioclecia Saborit.

Otros nombres son los de Araceli Castro, Conchita Lacalle, Josefina Alcina, Dania Barrios, Eloina Guerra, Julita Guevara Casate, Melva Solís, Lucrecia Martínez, Clara Rosales, Enma Silva, Melva Solís y Cheita Varona.

Ellas no están olvidadas, forman parte de la historia de rebeldía de las bayamesas, que en todos los tiempos han aportado lo suyo en el camino de la redención cuyos frutos hoy disfrutamos.



BAYAMESES EN LA ULTIMA ETAPA DE LA LIBERACION NACIONAL

El pueblo de Bayamo tuvo una gran participación en la lucha que culmino el primer día de enero de 1959, con la participación de valientes jóvenes que deseaban terminar con la dictadura batistiana.

En ese afán de erradicar aquel oscuro momento de la historia patria, se destacaron muchos jóvenes que poniendo su vida en peligro se entregaron de manera sincera para cambiar las circunstancias con las que sufrían.

Desde la temprana fecha del 24 febrero de 1956 se oficializa el Movimiento 26 de Julio, en el antiguo sindicato de torcedores, ubicado en la calle Pio Rosado, entre Parada y la calle Cacique Guama.

Esa reunión estuvo presidida por el extraordinario Frank País García un experto en la lucha clandestina en la zona oriental y allí también estaban varios bayameses entre los que se encontraba Robert Arnaldo Paneque.

Este hecho propicio la constitución de células clandestinas del Movimiento 26 de Julio en centros laborales y barrios de Bayamo y de su periferia dando de esa manera un fuerte impulso a las acciones contra la tiranía.

Julia, Mabay y Humilladero fueron barrios en los que los jóvenes revolucionarios se entrenaban para las futuras luchas anti batistianas, destacándose entre ellos Eloy Paneque, José Yero y Rafael Lapinel.

Un hecho destacado ocurrió el 26 de julio de 1957, en esa jornada ¨¨ desde varias casas, como las de Flora Mirabal y Eloina Guerra se soltaron globos, con propaganda revolucionaria.

En el devenir de la lucha revolucionaria centros laborales como la antigua Nestlé, fabrica de refrescos, fábrica de tabacos Moya y los sectores comercial y estudiantil se destacaron en el enfrentamiento a la dictadura.

Evidio Corona en la Nestlé, Manuel Concha entre los tabacaleros, Abigail González en la fábrica de refrescos, Rogelio Cedeño y Renato Alarcón entre los comerciantes y William Selva y Rafael Lapinel, fueron puntales en esas acciones.

Muchas organizaciones secundaron las tareas revolucionarias en Bayamo en esa etapa, Partido del Pueblo Cubano, Ortodoxo, Movimiento de Resistencia Cívica, y la Federación Estudiantil Clandestina Bayamesa.

También el Partido Socialista Popular, Partido Revolucionario Cubano, y el Movimiento 26 de Julio
De esta manera Bayamo sumo a muchos de sus hijos al combate, algunos de los cuales no pudieron disfrutar de la aurora del
primero de enero de 1959 porque abonaron con su sangre el camino hacia la victoria.