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domingo, 14 de enero de 2018

A LA MEMORIA DEL MAESTRO CARLOS PUIG PREMIÓN.


Aquellos seres humanos que en el transcurso de la vida han tejido un hermoso camino para satisfacer las necesidades espirituales de la humanidad son dignos de la más respetuosa reverencia.
Especialmente cuando han sido artífices de proyectos fundacionales que se levantan por doquier alojándose en la memoria de los pueblos siempre ávidos de recibir esos influjos emocionales como en el caso de la música.
Esta manifestación de nuestra cultura, la música, tan cubana como la palma real, llegó un día, como un rayo de luz, a una persona que desde que se adentró en ella, jamás pudo abandonarla.
Desde ese instante él y la música se unieron como un matrimonio fecundo que ha dejado una huella que el tiempo no podrá borrar porque pasarán los años y esa impronta se agigantará eternamente.
La madrugada de este domingo 14 de enero, se estremeció pues un heraldo, constructor de alegrías, creador de una familia, amigo, hermano, ha partido para alojarse en nuestros profundos sentimientos.
Músico de talento extraordinario, trabajó intensamente en la recuperación del repertorio de la música cubana, la auténtica la que nos enseño a disfrutar, amar y preservar.
Este domingo amaneció gris, con lluvia, al parecer la naturaleza ha tenido una peculiar manera de homenajear a quien se granjeó las simpatías por su aporte a la cultura en general y a la música en particular.
Bayamo le rinde honores a este juglar de las corcheas quien dirigió por muchos años la Banda de la ciudad, heredera de aquella que tuvo como musa inspiradora a Manuel Muñoz.
Carlos Puig Premión creó el programa para la primera Escuela de Bandas de Música de Conciertos del país, y realizó el concierto de graduación de los primeros alumnos egresados de este proyecto dos años más tarde,
En 2009 coordina el primer Seminario Nacional de Directores de Bandas de Cuba y en 2010 crea la primera Escuela de Mariachis en Cuba.
La música continuará ocupando espacios en el alma porque pedagogos como Puig nos dieron las señales para apreciar la profundidad de sus tiernos efectos en nuestros sentimientos.
Las campanas de la ciudad doblarán ante su partida y sus sonidos esparcirán por todo el universo el nombre de un artista como Carlos Puig Premión, cuyo nombre ya está atado en el puerto de nuestros corazones.