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miércoles, 13 de abril de 2016

PRESERVEMOS LA DECENCIA Y LA IMAGEN DE LA CIUDAD DE BAYAMO

Duele, si, duele mucho que con tanto esfuerzo que se realiza para que la imagen de la ciudad se mantenga de forma positiva, haya personas que se empeñen en demostrar lo contrario.

Duele, de verdad que duele, que los visitantes o los propios residentes veamos el espectáculo desagradable que de manera cotidiana se observa en algunos sitios de la ciudad de Bayamo.

¿Hasta cuándo se va a permitir que algunas personas, pasadas de trago, y que otras con evidentes trastornos mentales se conviertan en los protagonistas indeseables en la Plaza de la Revolución de Bayamo cuando se realizan actividades culturales?

¿Quién lo pondrá el cascabel a esos que en más de una ocasión han interferido en hermosos programas culturales en nuestra histórica plaza y que con su proceder echan por tierra el esfuerzo de muchos?

¿Hasta cuándo estaremos presenciando, sin la debida respuesta a esas personas que molestan a los turistas nacionales y extranjeros en el Hotel Royalton de Bayamo?.

En más de una ocasión estos individuos se han atrevido a despojar de copas y botellas a los visitantes, dando un mal ejemplo acerca de la proverbial hospitalidad bayamesa.

Queremos una ciudad bella, pero mientras se mantengan y permitan estas conductas no lograremos alcanzar esa imagen que todos reclamamos pero que otros se encargan de empañar.

Hemos hablado acerca de lo que sucede en la Plaza de la Revolución y el Hotel Royalton, pero hay otro punto de la ciudad, muy cercano a estos, donde la indecencia y el irrespeto campean sin el debido enfrentamiento.

Se trata del parque Francisco Maceo Osorio, lugar donde aparcan los ómnibus con turistas que hacen una parada para disfrutar de la música de grupos bayameses en la Casa de la Trova.

En ese lugar es donde el asedio cobra los matices más vergonzosos porque parece que estas personas que tanto molestan, son las responsables de dar la bienvenida a los turistas en el mismo estribo de las guaguas.

No hay exageración al afirmar que aquello ofrece una imagen insoportable, tanto para los visitantes como para los ciudadanos bayameses que observan el panorama con impotencia, pero con rabia interior.

En el parque Francisco Maceo Osorio estos individuos se disputan a veces a codazo limpio, un bolígrafo, una goma de mascar o cualquier cosa que los turistas, ya acosados puedan ofrecer.

¿Queremos una ciudad con esa imagen?

No

¿Queremos que los visitantes, sean del patio o de otras naciones nos recuerden por ese bochornoso espectáculo?

No

¿Debemos permitir, como sociedad, que algunos intenten menoscabar la imagen de una ciudad como Bayamo?

No

Entonces todos los involucrados en solucionar este problema tienen la palabra.