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domingo, 31 de enero de 2016

MI BAYAMO

Caminar por las calles bayamesas siempre es un placer. De día, noche o madrugada siempre se siente la satisfacción de saber que se hace en una ciudad de tanta historia acumulada.

El Centro Histórico Urbano tiene sus encantos con sus plazas de la Revolución y del Himno, con la Catedral y la Casa Natal del Padre de la Patria, pero hay otros sitios que son símbolos.

Estos se encuentran diseminados cerca de los mencionados o más alejados geográficamente, pero son, asimismo, puntos de relevancia para la ciudad.

Uno de ellos es el lugar donde nació el poeta y patriota José Joaquín Palma en la actual calle Cisneros, donde una tarja recuerda el acontecimiento.

En Máximo Gómez, hay una casa donde nació Manuel de Jesús Cedeño, un hombre muy valiente que luchó junto a Bolívar por la redención latinoamericana.

En la actual calle Capotico, nació el Padre del Periodismo en Colombia, Manuel del Socorro Rodríguez, a quien se le atribuye la bella obra de Nuestra Señora de los Dolores de la Catedral.

La calle Céspedes tiene el lugar donde nació el primer presidente de la repùblica mediatizada Tomás Estrada Palma, frente a esta casa vivió también Carlos Manuel de Céspedes.

Liana de Lux, la excelsa poetisa, vivió tambien en la calle Céspedes, al igual que los historiadores Enrique Orlando Lacalle y José Carbonell.

Precisamente en la actual calle Céspedes vio la luz el gran patriota Francisco Vicente Aguilera, uno de los fundadores de la nación cubana que tanto luchó por la independencia nacional.

El autor del libro Bayamo, José Maceo Verdecia, nació en la calle Lora entre Mármol y General García, una tarja recuerda ese hecho para las actuales generaciones.

Por supuesto que se podrían citar mas lugares de la importancia de los mencionados porque Bayamo, a pesar del tiempo transcurrido desde su fundación, atesora aún sitios que enaltecen su gloria.

Así, caminando por las calles bayamesas podemos encontrarnos con estas reliquias de nuestra ciudad que se mantienen vivas con el paso de los transeúntes que en cada paso andan por su historia.