La música en Bayamo ha tenido excelsos cultores que han dejado no solo su historia particular, ya que están reflejados en descendientes que continúan laborando en aras de sostener la calidad de sus antecesores.
Realmente constituye un gran orgullo tener en la memoria de la ciudad a músicos de una valía insoslayable pues han cimentado el camino que hoy recorren las nuevas generaciones.
No es extraña esta realidad en nuestra villa, ya que desde tiempos atrás por estas calles anduvieron músicos y trovadores que dieron mucha luz en aquellas noches de bohemia con las conocidas serenatas.
Tampoco era sorpresa el canto de una trompeta con sonidos dedicados a la mujer que se amaba, demostrando todo el sentimiento que un hombre puede expresar a quien se merecía aquellas amorosas notas.
Cualquier instrumento era válido en pos de disfrutar del amor y la compañía de ese ser al que se rendía homenaje de amor en noches de luna o de estrellas solamente.
Nerio González Rivero es ese músico del que hablamos hoy y que desplegó una incesante actividad erigiéndose en un promotor de la cultura a través de los instrumentos que tocaba.
Con una trayectoria reconocida Nerio fue uno de esos hombres bondadosos que no guardó para sí los conocimientos que poseía pues los diseminó en todos aquellos que quisieron aprender de él.
Y un ser humano como Nerio González que no solo fue un buen músico sino un ciudadano ejemplar de la ciudad de Bayamo, merece todo el cariño de su pueblo que no olvida a sus hijos más distinguidos.
Nerio no solo se entregó a desarrollar sus aptitudes musicales, se preocupó las instituciones culturales de la ciudad y con el concurso suyo se organizaron bandas de música en este territorio.
Fue asimismo un digno sucesor de Rafael Cabrera Martínez conduciendo a la Banda de Música de la ciudad de Bayamo, etapa en la que se destacó elevando la calidad interpretativa de la gloriosa institución.
Nerio había nacido el 12 de mayo de 1913 en esta ciudad a la que entregó los mejores años de su vida, y falleció el 22 de diciembre de 1984 rodeado del amor de su familia, que sigue fiel a su legado.
Hoy cuando escuchamos la música de nuestros grupos, orquestas y conjuntos, vemos la obra de Nerio González Rivero un bayamés que se honró alegrando el alma de su pueblo que no lo olvida.