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sábado, 12 de febrero de 2011

CHÁVEZ Y EL TERRORISMO MEDIÁTICO



El columnista habitual del diario Miami Herald no ahorra adjetivos: "El gobernante narcisista-leninista de Venezuela -quien en su discurso del 15 de enero ante el Congreso usó 489 veces la palabra `yo´- sabe que su futuro político depende del precio del petróleo". Regodeándose en su propia hiel, Andrés Oppenheimer, embiste una vez más contra Hugo Chávez, y obviamente sabe que tanto en Florida como en Washington la diatriba es festejada.

Tampoco se queda atrás la luminaria de CNN en español, Patricia Janiot, cuando en uno de sus "originales" comentarios, carga tintas contra el mandatario venezolano y lo califica de "autócrata que se entromete a través de sus petrodólares en los problemas internos de algunos países latinoamericanos".

Ambos desinformadores son sólo una pequeña parte de la inmensa legión de "profesionales" que a lo largo y ancho del planeta la emprenden contra el presidente con mayor consenso (algo que se demuestra casi anualmente en las urnas) que haya tenido  Venezuela.

Algunos analistas consideran que estas jugarretas de mal tono, a la que dichos personajes y los medios que los amparan tienen acostumbrados a sus lectores, oyentes y televidentes, son producto de una política de acoso e intento de derribo del líder de la Revolución Bolivariana.

Sin embargo, es mucho más certero definirlo como eslabones de una estrategia de terrorismo mediático orientados hacia un jefe de Estado al que no pueden comprar, cooptar ni replicar con buenas artes.

De eso se trata el constante asedio, que tanto Chávez como el proceso de transformación revolucionaria que él encabeza no es fácil de combatir a través de lo que sería algo lógico como la batalla de las ideas (al decir de Fidel Castro, otro líder que de maniobras mediáticas en su contra sabe bastante).

Es tanto y de tal nivel de excelencia, pensando en los sectores más humildes y desprotegidos de Venezuela, lo que se ha hecho en estos 12 años de mandato revolucionario, que el único recurso que tienen a mano sus detractores es la mentira, la tergiversación informativa, el insulto soez y en algunos casos, lisa y llanamente la convocatoria al magnicidio.

Por todo ello ha tenido que pasar Hugo Chávez desde que a fines de 1998 se impuso electoralmente a la derecha oligárquica y pro-imperialista.

Desde ese momento hasta el presente, no ha transcurrido ni un sólo día sin que los medios opositores del país, y prácticamente todos los que conforman la alianza sacrosanta arropada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), volcaran su odio hacia ese gobernante cuya gran virtud es no fallarle a su pueblo, como lo habían hecho sus antecesores de la llamada Cuarta República.

Sin titubeos ni especulaciones, Chávez convocó, como había prometido, a un cambio constituyente (que se convirtió rápidamente en ejemplo para otros países de la región) y desarrolló misiones (alfabetizadoras, de salud, de alimentación y hasta deportivas) para demostrar que con voluntad política todo se puede.

Y generar una espectacular alza en la estima de ese pueblo que no sólo confió en él en las urnas sino que lo supo rescatar de las garras de los golpistas y también derrotar a desabastecedores, ladrones del petróleo y nostálgicos de las dictaduras.

Enterados los golpistas venezolanos que Chávez era un hueso duro de roer (no lo pudieron cooptar en los inicios del proceso, cuando el magnate de la prensa Gustavo Cisneros le ofreció el paraíso a cambio de sumisión), redoblaron sus campañas mediáticas y no dejaron ni un espacio sin llenar para intentar vanamente desprestigiar al presidente.

Sólo basta recordar la feroz escalada acusándole de "aplastar la libertad de expresión" cuando no se le renovó la licencia al canal golpista RCTV, o las permanentes acusaciones de CNN, Clarín y La Nación, de Argentina, El Mercurio de Chile o El Tiempo de Colombia, vinculando a Chávez con las FARC, el ELN, ETA o
Hezbollah.

Para ello, desde Madrid, cuentan diariamente con la "ayudita" de El País y El Mundo, que no cesan de inventar "primicias" sobre campos de entrenamiento, instructores llegados desde el exterior o pruebas de armamento sofisticado en algún recoveco de la propia Caracas.

Son los mismos medios que callan desenfadadamente cuando la Inteligencia venezolana descubre paramilitares colombianos infiltrados en los barrios de Caracas con intenciones criminales.

Si faltaba algún sanbenito que colgarle al líder venezolano, el disciplinado coro del terrorismo mediático recogió en esta semana la acusación del ex presidente mexicano Vicente Fox, quien suelto de cuerpo lo vincula a los "carteles del narcotráfico" y afirma que "Venezuela sigue facilitando el tráfico de drogas".
Precisamente Fox, al que la propia DEA norteamericana acusa de ser amigo de "carteles" varios.

La estrategia imperial funciona de manera aceitada a la hora de difamar a los mandatarios latinoamericanos que defienden su soberanía y son parte de la construcción de un nuevo y valiente discurso para hablar con el Norte de igual a igual y sin falsos tutelajes.

De allí que el recurso de la infamia tenga que ser usado como un armamento más -y bastante poderoso por cierto- en lo que Washington denomina "guerra asimétrica" o "tácticas de contrainsurgencia informativa".

Lo que les duele a los Oppenheimer o a la viuda de Noble, es que a pesar de la carga con munición gruesa lanzada en forma imágenes o textos (baste recordar ese engendro que idearon Canal 4 de España y CNN Plus, llamado "Los Guardianes de Chávez"), la Revolución goza de muy buena salud y profundiza su avance hacia el socialismo.

Con una economía pujante tras la ruptura de las cadenas que le ataban al FMI (la deuda pública disminuyó de 47,5 a 25 puntos), con el petróleo en manos venezolanas (por primera vez en la historia), y su renta al servicio de crear más y más beneficios sociales para los que menos tienen.

* Carlos Aznárez es Director del periódico Resumen Latinoamericano

CLAPER, EL NUEVO HERALD, LA SINA, LOS BLOGS PROVOCADORES Y LA IMPROBABILIDAD DE UN LEVANTAMIENTO POPULAR EN CUBA

Tocando los mismos acordes musicales, como una orquesta provocadora llena de ilusos compases, varios funcionarios norteamericanos de alto rango, funcionarios de la SINA, blogueros provocadores radicados en España y medios de prensa comprometidos con la guerra mediática contra Cuba, como el Nuevo Herald y otros, se han lanzado a realizar mentecatas predicciones sobre un supuesto levantamiento popular en la Isla. Uno de ellos, James Clapper, Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, declaró hace algunas horas, en un testimonio ante el Congreso: “Cuba podría registrar protestas populares este año y en Venezuela el descontento de la población podría recrudecerse en vista a las serias dificultades económicas que enfrentan ambos países”.
El especialista se basa, según él, en las dificultades económicas que padece la Isla, reconocidas por el propio gobierno cubano y cuya solución está delineada en la nueva política económica que se analizará en el venidero VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, cuya finalidad principal finalidad es buscar la viabilidad de la economía socialista cubana a partir de su perfeccionamiento.
Para Clapper, el desconocimiento de la realidad cubana, de la capacidad del pueblo de esta isla para resistir, de la confianza en su dirección, de su don de entendimiento sobre lo que hay que rectificar y renovar, lo hacen cometer el craso error de equivocarse anticipadamente sobre el futuro de Cuba, cuando declaró: “Dudamos que la economía cubana pueda absorber rápidamente todos los trabajadores estatales despedidos dada las abundantes trabas estructurales y burocráticas al aumento de las contrataciones privadas”. Clapper desconoce que el propio pueblo ha discutido, en cada rincón del país, la búsqueda de las soluciones contenidas en Los Lineamientos sobre Política Económica y ese mismo pueblo se ha comprometido en enrumbar el fortalecimiento del socialismo en la Isla.
Para él, el complejo escenario conducirá, irremediablemente, a un brote de descontento popular, espontáneo, dada la incapacidad, fragmentación e incapacidad de la contrarrevolución interna, a la que su gobierno ha tratado de fomentar inútilmente. Pero otro de sus errores es desconocer el apoyo de la mayoría del pueblo a su Revolución y anticipar un probable fracaso de cualquier intentona de descontento civil, dado que: “… las fuerzas de seguridad de Cuba están en capacidad de suprimir protestas públicas focalizadas, aún cuando represiones de excesiva fuerza de las protestas podrían disparar un mayor descontento y aumentar la violencia, lo que podría conducir a cierto nivel de inestabilidad política”. Clapper ha olvidado también que las Fuerzas Armadas Revolucionarios y el Ministerio del Interior son muestras de la legítima expresión de que las mismas representan al pueblo uniformado.
Para Clapper, la supuesta dependencia hacia su principal socio comercial, Venezuela, quien según él presenta dificultades internas, agudizará la situación en la Isla. El funcionario parece desconocer los esfuerzos que hace Cuba para fortalecer sus vínculos comerciales con sus principales socios comerciales. El intercambio comercial con Venezuela y China ha crecido en el último año. Prueba de ello son las recientes declaraciones de la embajadora de la República Popular China en Cuba, Liu Yuquin, quien destacó el pasado jueves 11 de febrero, el incremento en $300 millones de dólares con respecto al año anterior, alcanzando los 1,800 millones de dólares en el año 2010.
Las consecuencias de la crisis económica mundial, sin reconocer, por supuesto, los impactos del férreo bloqueo contra Cuba, fue centro de atención sistemática de los funcionarios de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana (SINA), según lo constatan varios cables desclasificados recientemente por el sitio Wikileaks en este propio mes. En uno de ellos, fechado en junio pasado, la propia SINA reconoce la capacidad del gobierno cubano de encontrar soluciones y mantenerse a flote en su opción socialista, a pesar de que todo indicaba que se iniciaría en la Isla un “nuevo período especial”.
Otro de los cables califica como acertadas las consideraciones de Raúl Castro sobre la situación económica actual, referidas a la baja productividad, alto gasto público y corrupción, entre otros problemas, pero según la SINA:”lo que él no identificó (o admitió) es que las causas profundas son endémicas a un sistema en que el gobierno trata de controlar todos los aspectos de la economía, y de la vida en general”.
Otro de los cuatro cables, publicados por el diario español El País y fechado el 19 de octubre de 2010, hace referencia a las medidas anunciadas por GOC, como denomina la SINA al gobierno cubano, en cuanto a la reducción de plantillas infladas, la apertura y estímulo de la pequeña iniciativa privada, la distribución de tierras ociosas a la población, la descentralización territorial en la toma de decisiones
Pero lo interesante de esta percepción de la diplomacia de la SINA expuesta en los cables enviados al Departamento de Estado, es que la misma reconoce tácitamente, como ocurrió en un cable cursado por Jonathan D. Farrar, el jefe de la provocadora misión norteamericana en la Habana, y fechado el 9 de abril de 2009, en que reconoce que la contrarrevolución interna es incapaz de promover un cambio en Cuba y se encuentra aislada del pueblo, en el que expresó:“Ningún disidente tiene una visión política que podría aplicarse en un futuro gobierno. Aunque los disidentes no lo admitan, son muy poco conocidos en Cuba fuera del cuerpo diplomático y mediático extranjero”.
Esta realidad ha sido reconocida por la misma contrarrevolución externa e interna. Ayer, el sitio anticubano denominado Gaceta de Cuba, publicó un comentario al respecto: “No es para rebatir ni desalentar a quienes desde el exterior a través de internet y redes sociales están llamando a un levantamiento popular o a una huelga general en Cuba. Es una cuestión de realidad.” (…) “Está también el hecho de que la disidencia cubana está muy dividida, apenas son conocidos y no pasan de unos cientos en todo el país. No es el caso de los Hermanos Musulmanes y otras organizaciones islamistas, con miles de seguidores que no temen a la muerte. Con una pasmosa tranquilidad se inmolan, como ese joven tunecino, que resultó ser el fósforo que ha prendido la llama de rebeldía que hoy recorre el norte de África.”
Esta propia percepción afloró en el vividor y mercenario contrarrevolucionario Elizardo Sánchez Santa Cruz, quien declaró al conocer que dos blogueros cubanos radicados en España, Joel García y Frank Prieto, lanzaron una sucia provocación en Facebook, el pasado día 26 de enero de 2011, denominada "Por el levantamiento popular en Cuba”: “Aquí no hay condiciones para eso”. Otra bloguera mercenaria, Claudia Cadelo, quien auspicia el blog Octavo Cerco, se pronunció en este mismo sentido.
Sospechosamente, los principales medios de difusión anticubanos radicados en Estados Unidos, y particularmente en Miami, como el Nuevo Herald, Univisión, el Canal 51 y las falaces Radio y TV Martí, han tenido como ignominiosa misión sobredimensionar a la iniciativa contrarrevolucionaria en Facebook. A ellos se han sumado algunos medios y periodistas europeos, así como CNN-Chile, El Mundo.es, diversos sitios y blogs anticubanos radicados en la Florida y los países europeos.
El contenido provocador de esta nueva campaña anticubana, ilusamente convoca a un supuesto “efecto dominó”, tomando como referencia a los actuales sucesos que han sacudido a Egipto, Túnez, Yemen y otras naciones, como resultado del fracaso de políticas neoliberales impuestas por sus gobiernos y por el manejos de sórdidos intereses hegemónicos de estados Unidos, en alianza con Israel y la Unión Europea.
Al respecto el plumífero Juan O. Tamayo, publicó en El Nuevo Herald un artículo que, en esencia, dice: “Con la esperanza de despertar en Cuba el tipo de protestas antigubernamentales que sacuden a Egipto en estos momentos, un grupo de Facebook creado por exiliados está haciendo un llamado a un “levantamiento popular”, aunque aún no ha recibido apoyo entre los disidentes de la isla.”
Lo peligroso de esta falaz convocatoria anticubana, promovida para desarrollarse entre los días 21 al 26 de febrero, es que, aunque argumentan finalidades pacíficas, pueden abrir las puertas a actos de terror y vandalismo contra las representaciones diplomáticas y comerciales cubanas en el exterior, repitiendo hechos criminales que han afectado a Cuba durante más de cinco décadas. Otro peligro subyacente es que la misma puede torpedear los legítimos acercamientos que Cuba realiza con otras naciones del continente europeo y en América Latina, así como enrarecer aún más los vínculos limitados en el diálogo político entre Estados Unidos y la Isla.
Por nuestra parte, Cuba no nos preocupa. Aquí el pueblo apoya a la Revolución y comparte con ella los caminos por una rectificación justa de los errores del pasado, encaminados a salvar a nuestro socialismo y encontrar las fórmulas para hacerlo más viable.
Como respuesta a esta nueva maniobra, lancé a título personal la Convocatoria urgente contra una provocación anticubana en Facebook, el pasado 3 de febrero de 2011, en la que expreso a grandes rasgos: “Alienados por la desesperanza y la frustración ante la permanencia de la Revolución Cubana, sostenida por todo el pueblo, y en franco proceso de perfeccionamiento para solucionar las dificultades de su modelo socialista, un grupo de mercenarios radicados en Miami y en España lanzaron una sucia De inmediato, como era de esperarse, recibieron el apoyo mediático de importantes medios de comunicación con vistas a sobredimensionar su efecto y contribuir a distorsionar la realidad cubana.”
“Esta provocación abarca no solo el insano e iluso intento de fomentar una revuelta popular en Cuba, sino también abre las puertas contra agresiones a sedes diplomáticas cubanas en el exterior y al fomento de otro tipo de actividades terroristas. Se ha llegado, incluso, a realizar un llamado para ejecutar actos de magnicidio contra Fidel Y Raúl en el mismo.”
"En Cuba, es cierto, el pueblo sale a la calle, pero no para protestar, sino para apoyar a la Revolución, la suya, no la que intentan promover desde Miami y Europa, aquellos que ignoran que han pasado 50 años de heroica resistencia por parte de nuestro pueblo y nunca han logrado sus nefastos objetivos. Ahora, tampoco vencerás al pueblo, ni lo confundirán.”
Termino mi llamamiento, convocando:
"Hago en Facebook un llamado a los amigos de Cuba y a los revolucionarios a denunciar esta patraña mediática. Ese foro debemos convertirlo en un sitio para exponer la fidelidad del pueblo cubano a su gobierno revolucionario y su apuesta histórica por el socialismo.”
La respuesta no se hizo esperar. Cientos de amigos de Cuba se adhirieron a esta contra convocatoria a lo largo del planeta y decenas de sitios alternativos la han publicado. En todas las respuestas se evidencia la solidaridad incondicional hacia Cuba y la disposición a enfrentar a la sucia campaña en todas las capitales del mundo.
Cuba no es Egipto. Aquí impera el incondicional apoyo del pueblo a su gobierno. Aquí, los días del 21 al 26 trascurrirán con total normalidad, mientras nuestro pueblo se entrega a la laboriosa y heroica misión de continuar construyendo y renovando una sociedad más justa para él.
Esta nueva campaña anticubana está, de antemano, condenada al fracaso.

Por Percy Francisco Alvarado Godoy
Rebelion