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martes, 5 de abril de 2011

ACUSAN EN CUBA A PERIODISTA DE REUTERS DE AYUDAR A LA CIA

La Habana.- La televisión estatal denunció en un programa del lunes a un periodista de la agencia internacional de noticias Reuters de establecer una cita de enlace entre un agente secreto cubano que se hacía pasar por disidente y un diplomático estadunidense que el mismo programa acusó de ser un oficial de la CIA.
El programa "Las Razones de Cuba", dedicado a descubrir supuestos complots contra el país, presentó a un opositor cubano poco conocido llamado Raúl Capote, que se autodenominó como el "Agente Daniel.
Capote narró el momento en que el ex jefe de Reuters en La Habana, Anthony Boadle, se prestó como "enlace" para que el conociera al diplomático Mark Sullivan luego signado como oficial CIA.
Según Capote asitió a una recepción con Boadle, en la embajada alemana, sin revelar la fecha y que ambos salieron de la fiesta juntos.
Capote contó que caminaron hasta una calle oscura donde había un auto estacionado y dentro del vehículo estaba Sullivan, un diplomático que trabajó para la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana de 2006 a 2008, que la serie televisiva acusó de ser un agente de la CIA.
El programa también señaló que Boadle publicó reportes que favorecían a la disidencia y los intereses de Estados Unidos y la Unión Europea durante su estadía en Cuba de 2002 a 2008.
Capote indicó que en algún momento él mismo comenzó a trabajar para la CIA, aunque en realidad era un agente doble. Con el tiempo los integrantes de la CIA le entregaron un teléfono satelital para su uso, agregó.
La oficina de Reuters en La Habana no hizo comentarios al respecto del programa de forma inmediata. Tampoco hubo alguna pronunciación de la Seción de Intereses Estadounidenses, que mantiene Washington en Cuba en vez de una embajada.
En la actualidad Boadle continúa trabajando para Reuters como editor en Washington.

INTELECTUAL CUBANO PONE AL DESNUDO RED DE ESPIONAJE DE LA CIA EN CUBA

El nuevo capítulo de la serie “Las Razones de Cuba”, devela la identidad de un agente de la Seguridad del Estado que prueba que la Agencia Centra de Inteligencia (CIA) en la Isla dirige un plan para fabricar “líderes” artificiales de la sociedad civil que apoyen planes de Washington para derrocar el gobierno cubano.
“Fabricando un líder”, el documental que transmitió esta noche la Televisión Cubana, se centra en el testimonio de Raúl Capote, escritor y profesor de Historia de Cuba de la Universidad de Ciencias Pedagógicas de La Habana, quien fue durante años el agente Daniel de los servicios de inteligencia cubanos.
Capote, ex vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz en Cienfuegos (provincia del centro de la Isla donde nació), es autor de El adversario, un libro con una visión crítica de la realidad del país durante el llamado Período Especial, de acuerdo con las revelaciones en este nuevo capítulo.
Oficiales de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, contactaron a Capote en reuniones sociales, y lo convirtieron en el agente Pablo para la CIA. El ex corresponsal jefe de Reuters en Cuba, Anthony Boadle, fue el enlace entre el escritor y el oficial de la CIA Mark Sullivan. Otro de sus enlaces con la SINA resultó ser un promovido “disidente”: Dagoberto Valdés.

La USAID y la NED como pantallas de la CIA

El documental comenta el uso como pantallas de la CIA de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EEUU (USAID por sus siglas en inglés) y al Fondo Nacional para la Democracia (NED), que dan un barniz legal a operaciones encubiertas para involucrar a oficiales de inteligencia norteamericanos en lugares de interés de su gobierno.
Desde el 2006, el oficial de la CIA Rene Greenwald, de vasta experiencia en América Latina, lo atendió directamente, haciéndole llegar los pedidos o “las ideas” que debía poner en práctica. Una de las primeras decisiones fue no asistir a las reuniones convocadas por diplomáticos norteamerianos en la Isla, para que pudiera tener un expediente “limpio”.
“¿Usted está dispuesto a trabajar para nosotros?”, le dijo el oficial norteamericano a Capote, según revela en el documental. Luego le mencionó a “la Organización”.
Entre las solicitudes que le hizo la CIA a Capote estaba la creación de una Agencia Literaria, con el fin de crear relaciones de influencia con escritores cubanos. Enhtre los más entusiastas de este proyecto estaba Marc Wachtenheim, colaborador de la CIA, y el hombre que hasta 2010 fue el director del programa Cuba en la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD), una ONG fundada por mandato de la OEA que está entre las principales receptoras de fondos de la USAID.
Wachtenheim veía la cosa a escala mucho ma- yor. Su propósito era que Génesis fuera una fun- dación hacia la que Capote atraería, entre otros, a intelectuales descontentos.
Robert Balkin, un estadounidense que residía en México y trabajaba para una filial de la Universidad de Nueva York, sería igualmente un agente de contacto, que el suministraba equipos de última generación en materia de infocomunicaciones, cámaras fotográficas impresoras y otros medios, además de medicamentos.
En abril de 2008, un diplomático norteamericano acreditado en La Habana, James Benson, en ese momento, primer secreta- rio políticoeconómico de la SINA, le entregó un BGAN, un aparato de telecomunicaciones que permite conexión rápida con Internet al margen de las redes gubernamentales, para garantizar “comunicacines seguras” con sus oficiales CIA. “Mira, yo vengo a entregarte lo que tú estás esperando”, le dijo el diplomático.
El BGAN fue un medio de comunicación seguro hasta que apenas en diciembre pasado, en una breve conversación vía Internet por medio del chat, Wachtenheim enviaría a Capote un aviso urgente: deshacerse del “aparato” aquel. “Nunca lo uses más(…) Si te lo encuentran, se complicarían las cosas para ti, para nosotros, y para alguien más que está preso”, le advirtió en evidente alusión al contratista estadounidense Alan Gross, pocas semanas antes de que se iniciara su juicio en La Habana.
Raúl con el BGAN. Foto: Ismael Francisco
Uno de los medios entregados por la CIA a Raúl Capote es
este BGAN, que permite enviar y recibir información sin ser
detectado por las autoridades locales. Foto: Ismael Francisco
Raúl Capote, el agente Daniel durante la filmación del documental. Foto: Ismael Francisco
Este es parte del arsenal entregado por la CIA para que
Raúl pudiera hacer su "trabajo" de inteligencia en Cuba.
Foto: Ismael Francisco
Raúl Capote, el agente Daniel durante la filmación del documental. Foto: Ismael Francisco
Raúl Capote, el agente Daniel durante la filmación del
documental. Foto: Ismael Francisco
Raúl Capote, el agente Daniel durante la filmación del documental. Foto: Ismael Francisco
Raúl Capote, el agente Daniel durante la filmación del
documental. Foto: Ismael Francisco

EN BUSCA DE CARAS NUEVAS





Cuando leyeron El Adversario pensaron que él podía ser uno de los hombres útiles.

Raúl Capote buscaba con el libro, esencialmente, homenajear la resistencia de los habaneros en los años 90.

Pero los otros quisieron presentarlo como un texto «contestatario» y lo lanzaron al ruedo.
La obra tuvo una gran promoción, aunque había un tramo entre su visión crítica de una Isla atravesada por los dardos del período especial, y los planes agresivos que funcionarios de alto rango de la Sección de Intereses de EE.UU. preveían para nuestro país. Lo reconocieron apenas el primer día que tuvieron al autor frente a frente: querían que la gente se levantara y pidiera una intervención para justificar —como si fueran los tiempos del Maine— la entrada de los marines.
Ahora, quizá, El Adversario no le habría «salido» a Capote igual. «Escribir sobre la realidad cubana de los 90 siempre es muy complejo», sopesa después de estar en un mundo que le reveló las sucias argucias, ilegalidades e hipocresías en que se sustenta la hostilidad de la política yanqui contra Cuba. Siente que sin haber cambiado —porque «siempre he sido revolucionario»— ya no es el mismo. «Tengo una visión muy diferente de muchas cosas».
Tomado de Cambios en Cuba

Convencidos de que no hay una disidencia verdadera en la Isla, los servicios de inteligencia de Estados Unidos tienen a los intelectuales y artistas en la mira. Por eso la CIA depositó sus expectativas en Raúl Capote, pero él no traicionó sus principios y se convirtió en «Daniel» para la Seguridad cubana
por MARINA MENÉNDEZ QUINTERO, DEISY FRANCIS MEXIDOR y JEAN-GUY ALLARD
 

LA ORIGINAL DE MANZANILLO: COMO EL BUEN VINO

Como el buen vino, la Orquesta Típica Original de Manzanillo, sigue manifestando una lozanía sorprendente en sus presentaciones, cuando se acerca al medio siglo haciendo gala de su fidelidad a lo mejor de la música cubana.

La actuación del domingo último en Bayamo ratificó el esplendor de una música que satisfizo a los presentes, quienes disfrutaron ampliamente de un repertorio elaborado con piezas de antaño y actuales.

                                                   Foto: Luis Carlos Palacios Leyva

Calidad, virtuosismo, talento y consagración son vertientes con las que la Original se proyecta como una referencia ineludible para los que deseen dedicar la vida a promover la música auténtica de la Isla.

En esta oportunidad los bailadores bayameses gozaron con la Original, que sin temor alguno se adentra en nuevos vericuetos, pero siempre sosteniendo esa fidelidad a las raíces más hermosas de la música de la Mayor de las Antillas.

Casi cincuenta años después de aquel benéfico parto, acontecido rodeado del olor al salitre y al graznido de las gaviotas, Pachi Naranjo y sus Originales se han convertido en un escudo defensor de la más rancia esencia de la música popular cubana, y en esta asignatura todos aprueban.

La Original sigue sorprendiendo con nuevas ideas, imagen, proyectos que cobran vida en el escenario, para asentarse de manera definitiva en el gusto popular, tocando su música con una decencia que recuerda a Barbarito Diez.

La agrupación, integrada por algunos de los horcones originales, sobre cuyos hombros se mueve la nueva generación de la emblemática orquesta, está como el buen vino, mientras más añejado mejor, haciendo lo suyo en cada puerto donde toque y siempre añorada por los bailadores.