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jueves, 16 de junio de 2011

Y ESTAS IMÁGENES DONDE SE CAPTARON? EN CUBA? NO, NO, EN LA MISMISIMA BARCELONA. SE ESPERA REACCION DEL DIARIO EL PAIS EN CONTRA







CARLOS MANUEL DE CESPEDES: ´´CUBA Y LA IGLESIA SON LAS DOS PASIONES MIAS¨¨


Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Amaury. Muy buenas noches. Estamos en Con 2 que se quieran, ahora aquí, en 5ta. Avenida y calle 32, en los maravillosos Estudios Abdala. Hoy, ya en los programas finales de esta primera etapa. Hace unos meses nos encontramos en un recital de poesía de Marilyn Bobes y lo invité, pero los tiempos de grabación del programa no me habían permitido cumplir aquella promesa que había hecho con él.
Para mí es un honor tenerlo conmigo, por muchos motivos, y ustedes conocen algunos de ellos. Es un nuevo privilegio tener frente a mí, y ya con ustedes, a una persona que yo he admirado de toda mi vida. Que lo quiero, a veces en la distancia, a veces en la cercanía, y que siempre ha estado ahí, formando parte de la Cultura Cubana como eje-centro y como protector espiritual. Está con nosotros, llenando de gozo y luz el estudio, Monseñor, Padre, Carlos Manuel de Céspedes García Menocal.
Padre, mis respetos muy grandes y mi agradecimiento.
Monseñor. Los míos a ti, y muchas gracias por tus palabras tan amables, que no dejan de estar exageradas. Pero bueno, son las tuyas.
Amaury. Normalmente soy exagerado, pero prefiero ser exagerado en afectos que corto.
Monseñor. Ya lo sé. (risas)
Amaury. ¿Usted está cumpliendo 50 años de servicio?
Monseñor. ¿De sacerdote?
Amaury. De sacerdote, de servicio como sacerdote. ¿Cuánto pesa eso? Si pesa.
Monseñor. Depende de lo que se entiende por peso. Si es en el sentido positivo -porque hay una realidad con la que yo no puedo dejar de contar, porque la llevo muy adentro-, entonces sí pesa muchísimo, pesa, pero al mismo tiempo es una carga que se lleva con ligereza, porque no es uno quien la lleva: tú eres un hombre de fe y sabes que esa carga quien la lleva es otro y uno no hace nada más que tratar de seguir sus pasos.
Sí, son 50 años en diciembre. Yo fui ordenado sacerdote en Roma, en el año 61, por el Cardenal (Antonio) Samoré. De aquella época hay otro sacerdote aquí en La Habana que fue ordenado ese mismo día, en la misma celebración, Monseñor (Alfredo) Petit, que era compañero mío de estudios, y además, nos ordenamos juntos, como ya dije. Y después de eso, bueno, ya me quedé en Roma un par de años más para sacar la Licencia en Teología y vine para Cuba en el año 63.
Amaury. ¿Y vino ya, directo, a ser profesor en el Seminario?
Monseñor. Profesor. Suponía que lo iba a ser, porque había estudiado la Licencia en Teología en Roma, pero no sabía que iba a ir exactamente a vivir al Seminario como vicerrector -se decía entonces-, en el Seminario El Buen Pastor, sino que iba a estar en el Obispado con Monseñor Evelio Díaz, y viví con él una temporadita hasta que pidieron que fuera para allá como responsable de la disciplina en el Seminario y, al mismo tiempo, profesor. Y he seguido de profesor en el Seminario de muy distintas asignaturas, hasta ahora. Sigo siendo profesor en el Seminario.
Amaury. Yo creo que ya que estamos hablando del Seminario, no esperemos para hacer la pregunta: ¿Qué cosa es el Seminario? Aunque parezca una pregunta tonta, para las personas que no están familiarizadas con el tema, será bueno aclarárselo. ¿Y cómo funciona un seminario?
Monseñor.  Bueno, seminario quiere decir semillero, viene del latín, porque se supone que es la semilla de las vocaciones sacerdotales. Todos los que son sacerdotes han pasado por un seminario un tiempo para su formación espiritual, ante todo, interiorizando los valores que se deben vivir como sacerdote e intelectual de todas las materias que componen nuestra vida sacerdotal y también pastoral.
Amaury. ¿Cuáles son las materias que se imparten?
Monseñor. Filosofía, Teología, Humanidades -clásicos, por supuesto-. La más importante siempre es la Teología. Y la formación también pastoral, para el trato con las personas, la capacidad de presentar de la mejor manera el mensaje evangélico, con fidelidad. Eso es lo que se aprende en el seminario.
El Seminario de Cuba, actualmente, el de La Habana, que es el único completo, comprende dos ciclos: un primer ciclo de cuatro años, de Humanidades y Filosofía, y un segundo ciclo, de Teología, de otros cuatro años. Son ocho años en los cuales el seminarista va creciendo -se supone-, espiritualmente, intelectualmente y también en capacidades para el trato humano. Y por el camino, eso es libre, él que está allí, y piensa que sí, que eligió bien, pues sigue en el Seminario y llegado su momento es ordenado sacerdote. Pero otros no, por el camino lo dejan voluntariamente, porque piensan que no es ese su camino.
Amaury. ¿Y durante los ocho años estudian latín?
Monseñor. No, el latín se estudia nada más que uno de los años, lamentablemente. Yo soy profesor de latín y me quejo. Ahora han puesto para el próximo año, dos, lo cual ya es algo. Porque en un año de latín y un año de griego, que también enseño, es muy poco lo que se puede aprender. Es para tener una idea del idioma, nada más.
Amaury. Y qué curioso, porque yo recuerdo que cuando era niño, las misas eran en latín…
Monseñor. …Sí, pero ya no, claro.
Amaury. Y después no como usted dice, pero sin embargo, su Santidad Benedicto XVI, ha vuelto a incentivar el hecho de que las misas sean en latín.
Monseñor. Sí, pero es decir, en aquel entonces todas las misas para el gran público, eran en latín. Cuando aquello no era un año, eran cuatro años lo que había para estudiarlo, y no solamente por las misas, sino para el rezo del breviario, que es el rezo de las oraciones propias de los sacerdotes. Eran en latín. La administración de los sacramentos, todo eso, era en latín. El latín sigue siendo el idioma oficial de la Iglesia. Por ejemplo, los documentos de la Santa Sede, se traducen a las lenguas vernáculas, pero el idioma de la versión oficial es el latín. Pero eso nada más que lo manejan los latinistas. Ahora, para el pueblo en general, hay que tener una idea de la lengua, no solamente por la liturgia, por las misas, sino porque grandes teólogos y padres de la Iglesia se expresaron en latín y aunque se traduzcan al castellano, o al francés, o al italiano, hay giros que si tú no los entiendes en latín, estás un poco perdido.
Amaury. ¿Usted sería partidario de que volvieran las misas a ser en latín?
Monseñor. No, yo no. Yo no, porque esa es una lengua que la gente no entiende. Gustándome el latín enormemente, porque es una lengua que me gusta mucho, igual que el griego, no voy a hacer una misa en griego ni en latín para que no la entienda ninguna de mis viejitas buenas de San Agustín. Hay que ofrecerlas en castellano, y en un castellano, además, bastante llano para que todo el mundo pueda comprender lo que uno lee y lo que uno predica.
Amaury. Ahora, voy a ir saltando a algunos temas que seguramente a nuestros televidentes les llamarán la atención. La Iglesia se ha modernizado y hay gente que dice que no. ¿Siguen los feligreses yendo a confesión?
Monseñor. Sí, van, ¡cómo no! Quizás algunos van demasiado, porque van sin gran necesidad, porque tienen gusto de hablar con el sacerdote, y saben que ahí lo van a pescar, en el confesionario. Y otros quizás deberían ir con más frecuencia, porque tendrían más asuntos que confesar y pedir consejo. Pero sí, siguen confesándose. Yo estoy disponible para la confesión todos los días, antes de la misa.
Amaury. Normalmente, ya esto es indiscreción, pero usted me dirá y me callará, como ha hecho en otros momentos de la vida. ¿Cuáles son los pecados de los que la gente más se arrepiente?
Monseñor. De todo un poco, y depende de la persona, porque hay gente que quizás pueda tener un crimen en su vida; nunca he confesado a un criminal, y supongo que eso será algo que le pese sobre la conciencia. Pero esa feligresía habitual de las parroquias nuestras, se arrepiente más, por ejemplo, de la falta de caridad para con otras personas; de un ejercicio malo de la responsabilidad, sea en familia, sea en su trabajo. Cosas de ese tipo.
Amaury. Ahora, yo quisiera ir en este momento, antes de caer en su vida personal, que ya iremos, a hablar de la religiosidad en el cubano…
Monseñor.  …O sea que yo no me voy a liberar de la confesión, con la característica de que el confesor vas a ser tú ahora. ¡Ah, yo creía! (risas)
Amaury. (risas) No, usted Padre me va a hacer ese favor. La religiosidad en el cubano, ¿cómo se manifiesta, cómo usted la percibe?
Monseñor. Es muy curioso, el pueblo cubano, yo creo que es un pueblo muy religioso, pero minoritariamente católico, en el estricto sentido de la palabra. El pueblo cubano, en general, tiene un sustrato católico antiguo, con una formación religiosa más bien pobre en la mayoría, y solo una minoría que ha permanecido siempre fiel, que la familia quizás trasmitió aquello, sí tienen un conocimiento de la fe y lo viven con mucha identidad.
Entonces, a eso se mezclan, sobre todo, las religiones de origen africano y así surge el fenómeno de la santería, que está muy expandido en el pueblo, más que cuando yo era joven. No sólo en las personas de origen africano, sino también en personas de origen europeo, blancos, que son también hoy día santeros, de un grado u otro, más o menos comprometidos.
Y después está el espiritismo, están las religiones protestantes, el anglicanismo y ahora, últimamente, este es un caso muy, muy curioso y nos revela esta especie de idiosincrasia del cubano frente a muchas cosas, hay un grupo de musulmanes cubanos que va creciendo.
Amaury. Sí, realmente es raro.
Monseñor. ¡Un grupo muy minoritario, claro!
Amaury. Pero, por ejemplo. Conozco, Padre, a muchísimos católicos que han perdido el hábito de ir a misa.
Monseñor. Es una falla, pero no por eso se pierde la identidad católica, o sea, un católico puede ser muy católico en los contenidos de la fe y en su ética personal y por razones cualesquiera, no tener esa valoración de la misa de domingo. Sin embargo, hay otros que van casi todos los días y no solo el domingo, que es el día prescrito como obligatorio, o sea, que en eso la variante es grande. Pero sin duda que hoy día -no solo en Cuba, en el mundo entero-,  la práctica religiosa dominical ha descendido no mucho, ¡muchísimo!.
Amaury. Usted, Padre, estudió Derecho, ¿por qué no ejerció?
Monseñor. Bueno, yo no lo terminé.
Amaury. ¿No lo terminó nunca?
Monseñor. No lo terminé nunca, porque cuando fui a entrar al Seminario en el año 56 que estaba en el cuarto año de Derecho, entonces era el plan de los cinco años, el Obispo del momento -el Monseñor Evelio Díaz-, el Administrador Apostólico y el Cardenal (Manuel) Arteaga, me dijeron que continuara la carrera, que estuviera en el Seminario y que la combinara como pudiera y así fue unos meses, porque el 2 de diciembre de ese año, fecha del desembarco del Granma, a la Universidad la cerraron hasta el año 59 cuando yo salía para Roma. Y cuando vine de Roma, ya la escuela de Derecho no era lo mismo. Pero después ya, claro, uno se va complicando con el trabajo sacerdotal, dando clases yo mismo en el Seminario. Pero que conste, que es una carrera que me gustó mucho, y me sigo interesando. Mantengo relaciones con algunos profesores. Hasta hace unos años con (Julio Fernández) Bulté, que era un gran amigo, y entonces, evidentemente, con Bulté me mantenía muy al corriente de todas las cosas de la Facultad.
Amaury. ¿Cuándo es que usted descubre su vocación religiosa?  ¿Cuándo decide que su vida va a estar encomendada al Señor?
Monseñor. Mira, eso estuvo presente desde que uno ya empieza a ser un adolescente, y se pregunta qué va a ser uno cuando crezca. Esa era una posibilidad. Ser sacerdote. Porque mi familia era muy cristiana, muy católica, los sacerdotes amigos eran visita en la casa y era una vida que era capaz de entusiasmar a un joven.
Cuando entré en la Universidad, la verdad que le cogí más el gusto todavía a la carrera de Derecho: vacilé entre Derecho y Arquitectura, eran las dos carreras que me gustaban. Al fin me decidí por Derecho, y me gustaba mucho, la verdad que me gustaba cantidad y me sigue interesando. Yo leo cuanto artículo bueno de Derecho me cae en las manos y libros, etc.
Pero llegó un momento en que dije: bueno, Carlos Manuel, ya tienes 20 años, no puede vivir así siempre uno en la provisionalidad. Y había un sacerdote franciscano, que era el asesor de las Juventudes Universitarias Católicas, en ese instante, el Padre Zabala, Luis de Zabala, con el que yo conversaba estas cosas y era muy simpático, muy poco ortodoxo y me dijo: Vamos a conversar sobre eso, sobre tu entrada o no al Seminario, pero quiero que te leas tres libros primero: El Diario de un cura rural, El Poder y la Gloria de Graham Greene y El mundo, la carne y el Padre en misa. Cuando te leas los tres libros, ven otra vez y hablamos del asunto.
Amaury. Que forma tan original de ponerlo a prueba…
Monseñor. …Tres novelas. Yo lo vi una vez después, viejito él ya, en Puerto Rico, se lo conté y él ya ni se acordaba de aquello. Pero así fue. Y entonces, nada, ya eso fue como una decisión que tomé ayudado por el Padre Zabala y por el entonces Rector del Seminario, que era Monseñor Evelio Ramos, que quizás tú lo hayas conocido.
Amaury. ¡Sí, cómo no, claro que lo conocí!
Monseñor. Y ya todo fue paz y tranquilidad, nunca tuve ninguna vacilación después. Me fue muy bien en el Seminario y después como sacerdote.
Amaury. Pero usted, ya en esa época, Padre, porque son las cosas que la gente está interesada por saber. ¿Usted era consciente de la cantidad de privaciones que iba a sufrir como mortal encomendándose al Señor, con la cantidad, no vamos a decir frenos, pero sí condicionantes que pone la Iglesia, para una persona que entra al Seminario? Hablo del celibato, hablo de la dejación de las cosas materiales…
Monseñor. Todo eso es verdad, pero no son solo privaciones, más que privaciones son renuncias, si tú quieres. La más fuerte quizás sea la del celibato, no cabe la menor duda. Pero hay tantos dones que yo veía que me vendrían con el sacerdocio también. No solo en el orden espiritual, sino como servicio a los demás. El sacerdote tiene una serie de puertas abiertas en el trato con las personas, católicos y no católicos, y eso es muy consolador. Entonces uno pesa todas esas cosas y sí, yo era consciente de eso, cómo no. Más que a los veinte años ya un muchacho joven, pues, qué se yo, tiene amigos y amigas, y sale y va a fiestas y todo lo demás, y hay alguna que le gusta más que las demás y todo eso. Eso es así. Y eso se tiene en cuenta, y uno decide.
Amaury.  Está muy discutido el tema del celibato. Está en estos días, en estos tiempos, muy sobre el tapete, como se dice. ¿Qué opinión le merece a usted eso?
Monseñor. Mira…
Amaury. …Yo sé que es una pregunta…
Monseñor. …Es una buena pregunta muy indiscreta tuya, pero bueno, yo te la voy a contestar de todas maneras. (risas)
Amaury. (risas) Yo se lo pido, es que es la única persona que me la puede contestar.
Monseñor. No claro, no cabe duda que es una cosa muy costosa y podría discutirse. El otro día, hace muy pocos, 15 días quizás, descubrí en una publicación alemana una carta de cuatro teólogos del momento, uno de los cuales era Ratzinger, Papa actualmente. Hablaban, después del Concilio Vaticano II, cuáles eran las cosas que podrían discutirse y plantear una revisión. Una de ellas era el celibato.
Eso no es un dogma de fe, y de hecho los sacerdotes de las Iglesias Católicas Orientales unidas a Roma no están obligados al celibato, pero la Iglesia tiene eso como disciplina universal desde la Edad Media, y lo mantiene porque considera que es una riqueza para la Iglesia. Y te digo que sí, que lo es, sin entrar en detalles, que ya pertenecerían a otro ámbito.
Cuando uno vive su celibato con fidelidad, puede tener momentos fuertes, malos. Pero habitualmente uno vive una situación de disponibilidad interior frente a Dios y frente a las personas que eso no se cambia por nada. Yo te aseguro que yo he sido sacerdote célibe, y he sido muy feliz.
Amaury. Ha sido un hombre feliz, se le ve. Lo he percibido siempre en su mirada, en su bondad y en su caballerosidad.
Monseñor. Lo soy, la verdad que lo he sido, no quiere decir que no haya tenido dificultades, que no haya tenido situaciones duras. Pero en general sí, he sido un sacerdote muy feliz.
Amaury. Sí, pero claro no ha llegado al silicio, ni a la autoflagelación. (risas)
Monseñor. (risas) ¡No, no, hasta ahí no llegué!
Amaury. Padre, yo quiero, fíjese que le hice algunas preguntas de las que yo pensé, ¡el Padre me mata, me va a matar!
Monseñor. ¡No!
Amaury. Pero son preguntas que la gente se hace.
Monseñor. Pero además, no te des importancia, que las preguntas esas no eres tú el primero que me las hace.
Amaury. No, no, no, está claro, lo que no sé, en lo que entro en duda es…sí, en televisión, 8 y 30 pm, por el canal 6, un martes, alguna vez lo ha dicho. Por lo menos tengo esa duda.
Monseñor. ¡Claro en televisión! Yo contesto, no hay problemas.
Amaury. Bueno, un día estábamos en la Basílica de San Francisco de Asís, en un concierto, no sé si era de José María Vitier. Estábamos allí y alguien se acercó y le dijo una cosa muy cómica, porque le afirmó que usted era el bisnieto de Carlos Manuel de Céspedes. ¡Y usted no es bisnieto de Carlos Manuel de Céspedes!
Monseñor. Yo soy el tataranieto, el tataranieto.
Amaury. ¡Pero usted le dijo que sí!
Monseñor. Sí. Ah, bueno, porque es que la palabra bisnieto me suena bien. Tataranieto es una generación más arriba, más antigua, y me suena feo. Desde que yo era muchachito, la palabra esa, tataranieto, perdona la expresión que voy a usar, pero me parecía una expresión “chea”, como dirían los muchachos de ahora, mientras que bisnieto parece una expresión mucho más noble. Nieto dos veces, entonces, pues, bisnieto. (Risas)
Amaury. ¿Y también de Mario García Menocal?
Monseñor. Nieto de Gabriel, que era hermano de Mario, y Mario era el tío abuelo. El tío Mario, como le decíamos siempre.
Amaury. ¿Y qué se comentaba en la familia, qué comentaban sus abuelos de Carlos Manuel?
Monseñor. Bueno, piensa que mis abuelos no conocieron a Carlos Manuel…
Amaury. …No lo conocieron.
Monseñor. ¡No, qué va! Mis abuelos eran viejitos, pero no tanto. Carlos Manuel se murió en el 74.
Amaury. Pero en la familia se hablaba de Carlos Manuel.
Monseñor. Se hablaba mucho, pero no por conocimiento directo sino por lo que les habían contado a ellos sus padres. Mi bisabuelo, Carlos Manuel, a sus hijos sí les contaba muchas cosas de su padre, y esas cosas fueron pasando así por tradición oral. Me acuerdo, de cuando era niño, que mi madre decía que en la Historia de Cuba había muchos cuentos reales muy hermosos que hacerle a los niños y me contaba cosas de la Guerra de los Diez Años, de la Guerra de Independencia, del exilio en Cayo Hueso… Así me criaron a mí. Entonces, claro, después, cuando llegué a la escuela y empecé a estudiarlas en los libros, ya yo me las sabía, porque ya me las habían contado en mi casa como cuentos para niños, pero verdaderos. Me decían: esto no es cuento, es verdad, esto fue así.
Amaury. ¿Y sus compañeros de escuela, estarían sobrecogidos con el hecho de tener como condiscípulo a un descendiente del Padre de la Patria?
Monseñor. No, no, sobrecogidos, no. Todo depende de cómo se viva eso. También me enseñaron, afortunadamente, de que esa cuestión de apellidos y tal, no es como para preciarse, sería una vanagloria, pues en definitiva la gloria es del que siembra eso. Uno no es nada más que un deudor, que debe tratar de llevar ese apellido con todo lo que representa en Cuba. De eso se va dando cuenta uno mientras más crece. Lo que representa Carlos Manuel de Céspedes en la Historia de Cuba, y que uno tiene que tratar de llevarlo con honor, pero al mismo tiempo con sencillez y sabiendo que es algo dado.
Lezama (José Lezama Lima) cuando se refiere a Carlos Manuel, y lo tiene escrito, pero, además, me lo dijo en más de una ocasión, decía: “Ese es el señorío fundacional. Y de eso tú no puedes olvidarte nunca, aunque te pese, tienes que cargar con el señorío fundacional.”
Amaury. Pero fíjese que Lezama Lima le dice: aunque le pese.
Monseñor. Claro, porque hay que tener siempre en cuenta que uno se llama Carlos Manuel de Céspedes y García Menocal. Eso pesa en el sentido de que hay que tener como una atención; una atención muy constante en muchas cosas. Yo no sé cuántos, no me acuerdo, porque tengo mala memoria para los números, pero Alba de Céspedes, la escritora descendiente de Carlos Manuel, nieta, pero por el lado de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, tuvo la curiosidad, con algunos historiadores, de sacar la cuenta de cuántos de la familia murieron entre las dos guerras. Y eran muchos, muchos.
Alba me decía: ¡Carlos Manuel, esto no lo podemos olvidar nunca! En las dos guerras, en la del 68 y en la del 95. Y entre los Menocal también hay muchos. Porque da la bendita casualidad, cosa que no se sabe mucho, que mi bisabuelo Menocal, Gabriel, el padre de mi abuelo Gabriel y de Mario Menocal fue el que encabezó el único alzamiento de una cierta importancia que hubo en Occidente cuando el 10 de Octubre del 68. Él era amigo de Carlos Manuel. Cuando se empezó a organizar el alzamiento del 10 de Octubre allá, él  empezó a organizarlo acá. Creo que duró quince días el alzamiento. porque le mandaron para enseguida las tropas españolas de Colón y se acabó. Pero había esa vinculación entre los García Menocal y los Céspedes desde entonces.
Amaury. Yo estoy mirando, primero, el entusiasmo con que usted me está hablando, cosa que me tiene  arrobado…
Monseñor. …Es que eso es carne de mi carne. ¡Cómo no voy a poner entusiasmo!  ¡No lo pongo, me nace, yo no lo tengo que poner!
Amaury. Y además, usted es muy generoso. Pero, a ver, usted nunca ha hecho distingos entre personas de otras denominaciones religiosas. Hablamos de eso, casi al principio, ni de distintas maneras de pensar políticamente, ni ha tenido nunca reparos raciales. ¿Usted ha ejercido eso como disciplina propia, o piensa que esa tolerancia es un don divino?
Monseñor. Mira, creo que yo puntualizaría primero una  expresión tuya. Uno hace los distingos, yo los hago, por ejemplo, en el plano intelectual. Cuando me preparaba para venir a Cuba, ya como sacerdote, sabiendo la orientación ideológica, teórica, de la Revolución, yo me “meché” con los contenidos teóricos, porque hay que hacer distingos en ese plano. Qué cosa es cada cosa. Pero eso es con respecto a los contenidos intelectuales, pero no con respecto a las personas. Tenía amigos marxistas desde que yo estaba en la Universidad, compañeros míos de la Universidad que ya lo eran en aquella época. Y eso en mí no fue fruto de una disciplina. Yo creo que es algo que me nació ser siempre así. Eso, de verdad, espontáneamente no me ha costado nada, eso ha sido así tal cual. A los amigos míos marxistas los he querido igual que si fueran católicos de comunión diaria y a los protestantes y a todos los demás.
Amaury. Yo creo que por eso también a usted se le quiere tanto y se le respeta tanto en el ambiente intelectual cubano, porque bueno, ¡usted es un intelectual! (risas)
Monseñor. (risas) Yo no sé si será verdad lo que te voy a contar ahora. Pero me lo contaron a mí cuando entré en la Academia de la Lengua. Una de las normas de la Academia, no en Cuba, en todas las academias, es que no se pueden tratar, en el seno de la Academia, ni temas religiosos, ni políticos. No se puede tocar el tema. Y parece que cuando hubo alguien, porque normalmente cuando se va a elegir un miembro nuevo, hay tres que lo proponen. Y cuando me propusieron a mí, hubo alguien que dijo: Carlos Manuel de Céspedes es muy buena gente, pero que no nos vaya a meter el tema religioso aquí, porque acuérdense que él es sacerdote. Y ahí estaba entonces el Presidente de la Academia, Lisandro Otero, que era amigo mío desde muy joven y Lisandro dice: Mira, si Carlos Manuel acepta ser miembro de la Academia y sabe que una de las condiciones es esa, el último que va a tocar ese tema aquí va a ser él. Y si alguien se lo toca, él le va a decir: cuando salgamos de la reunión yo hablo contigo todo lo que tú quieras. Y después fue que me hicieron el cuento, después de los meses de estar allí dentro.
Amaury. ¿Y por qué dice que no tiene la certeza de que es cierto?.
Monseñor. No, no, yo sí la tengo, pero bueno yo no estaba allí.
Amaury. ¡Ah, claro!
Monseñor. Yo no estaba allí, eso me lo contaron porque yo no era miembro todavía.
Amaury. Bueno, cuando terminemos el programa, antes de que yo me vaya, usted me dice, no en televisión, ¿quién fue la persona que dijo eso?
Monseñor. ¡No, yo no lo sé!.
Amaury. ¿Ah, no lo sabe?.
Monseñor. Ah, no, eso no lo sé, a lo mejor está muerto, hijo.
Amaury. Bicho malo nunca muere, Padre. (risas). Cuando usted se gradúa en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, usted llega a Cuba en el 63, digo, si no estoy equivocado…
Monseñor. …Sí, exacto, yo terminé la Licencia en Teología en julio y llegué aquí en agosto.
Amaury. Cuándo usted llega, ¿qué panorama se encuentra?
Monseñor. ¿El panorama que había en Cuba?
Amaury. Sí. ¿Qué panorama se encuentra en Cuba? La Iglesia estaba empezando a tener problemas con el Estado
Monseñor. No, en el 63 no los estaba empezando a tener, ¡ya los había tenido!.
Amaury. Ya los había tenido, claro.
Monseñor. Muy fuertes desde el 61.
Amaury. ¡Pero en el 63 todavía existían!
Monseñor. ¡Ah, claro muy fuertes!
Amaury. Muy fuertes. O sea, ¿cuál fue su posición ante eso? ¿Y cuál fue el conflicto, además? Si lo pudiera explicar.
Monseñor. Sí, primero mi posición, fue lo primero que dijiste. Cuando venía para Cuba en el avión, entré por México. Fui primero a Estados Unidos a ver a la familia mía, que ya se había ido. No tenía familia en Cuba cuando vine para acá.
Pero llegó un momento en que la azafata del avión, era por la noche, dijo: esas lucecitas que estamos viendo allá abajo, ya eso es Cuba, eso es Pinar del Río. Tuve así, como una emoción especial y le di gracias a Dios por estar regresando a Cuba, que era mi ilusión.
Pero le pedía a Dios realmente en mi oración íntima -esto lo he contado poco-, que me ayudara como sacerdote a hacer elemento siempre de unión y nunca de división en Cuba, cuando me tocara ejercer el ministerio aquí y lo he tratado de hacer. Pero como te dije, en la otra respuesta anterior, lo he sido casi naciéndome desde adentro, sin problema alguno.
Cuando llegué a La Habana, empecé a buscar a los que yo sabía que quedaban aquí, amigos míos de antes, algunos se incorporaron a la Revolución, algunos con cargos dirigentes, inclusive. Los empecé a buscar porque eran amigos y punto. Tenía que verlos después de cuatro años fuera y, desde el principio, tuve muy buena relación con ellos.
Ahora bien, en Cuba había habido enfrentamientos entre Gobierno e Iglesia. No es cuestión ahora de hacer balances pormenorizados, que yo he escrito y ha escrito otra gente sobre esa historia. Creo que la responsabilidad en eso es compartida. Además, Cuba no fue una excepción frente a los gobiernos marxistas. En todos los países que fueron marxistas, desde el punto de vista ortodoxo, hubo conflictos con las iglesias, sea con la católica, fuera con los protestantes o con los ortodoxos orientales.
Afortunadamente, afortunadamente, siempre hubo alguien, o más que alguien, no solo en singular, sino en plural, en los dos sectores, por decirlo de algún modo, que se preocupaba porque eso no fuera así e iban sembrando, iban sembrando. Y eso fue lo que creo que a la larga dio sus frutos. Que no ha sido una cosa ni impuesta, ni rápida, ha sido de una maduración lenta, pero creo que sincera por las dos partes.
Y hoy día, yo creo que no digo ningún disparate, la situación de la Iglesia en Cuba, es una situación normal, completamente normal, como puede ser en cualquier otro país católico y mejor que en muchos.
Amaury. ¿Y la visita del Santo Padre en el 98, usted cree que colaboró?
Monseñor. ¡Colaboró muchísimo! Fue un punto de giro para muchas cosas. Fue un punto de giro en el tema de las relaciones Iglesia-Estado. Pero también fue un punto de giro para mucha gente que se había alejado de la Iglesia, por lo que fuera, por temor, por enfriamiento, por lo que fuera, eso no hay que juzgarlo y con la visita del Papa -el entusiasmo que el Papa supo insuflar- mucha gente se acercó nuevamente a la Iglesia en aquel momento y siguen cerca.
Amaury. Hablemos de Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, escritor. Usted tiene una obra literaria apreciable (Carlos Manuel hace una mueca de desdén). Padre, le pido por favor que no sea modesto, porque es verdad y entonces me hace quedar a mí como un loco (risas) después la gente dice por ahí: ¡Amaury está adulando al Padre!
Monseñor. No, pero adularme ¿para qué?, ¿qué te puedo dar yo a ti? (risas)
Amaury. (risas) ¡Mucho! Usted sabe lo que vale su bendición para mí.
Monseñor. ¡Pero tú ya la tienes desde hace mucho tiempo. La bendición, el cariño, todo eso!.
Amaury. Hablemos de su vocación de escritor, de su trabajo  directamente con las letras. Y usted además es un melómano, a usted le gusta muchísimo la música. Y en algún momento, recuerdo que yo era muy joven, y andaba por ahí por los predios de Eusebio (Leal), bueno, de lo que iba a ser La Habana de Eusebio, como le llamamos muchos, y a mí me gustan mucho las obras de Broadway y me dijeron: el Padre Carlos Manuel de Céspedes las conoce todas. ¿Es cierto?
Monseñor. Eso no es cierto. Puede ser que si nos trasladamos a Nueva York, son las obras del Metropolitan, las que yo me sé. No soy tan amigo de los musicales americanos, pero de la Ópera, sí.
Amaury. ¡Ah, pues mire! La gente crea rumores con respecto a las cosas. Me decían, ¡sí, le gustan mucho las obras de Broadway!
Monseñor. No, yo no era muy fanático de eso. Me gustan algunas obras, por supuesto, pero no es lo mío. Lo mío sí es la Música, me gusta mucho desde que era niño, la Ópera, la Zarzuela, los Conciertos de la Sinfónica. Desde muy chiquito yo iba a todas esas cosas. Y me sigue gustando mucho. Además, tengo el vicio, que no sé si es bueno o malo, no, si fuera vicio… no es vicio, si es vicio sería malo, es una condición, de estudiar con música desde siempre, o sea, yo estudio, trabajo, escribo, todo con música al lado.
Amaury. ¿Pero no lo distrae? A mí muchas veces me distrae.
Monseñor. No, por ejemplo, Monseñor Jaime (Ortega), que es un gran amante de la música, siempre me dice eso: ¿Cómo tú puedes, porque yo me iría detrás de la música?
Amaury. Claro, es lo que me pasa a mí.
Monseñor. No, yo no. Yo necesito de ella para alimentarme. Cuando escribo cualquier cosa, aunque sea una cosa sencilla como puede ser un artículo de Palabra Nueva, u otra cosa más compleja, yo siempre lo hago con música.
Amaury. A ver, Padre, nos vamos acercando a la curva final de la entrevista. ¿Qué opinión le merece a usted la pretensión de llevar al Padre Félix Varela a los altares?
Monseñor. Yo creo que el Padre Varela fue un hombre santo, eso no me cabe la menor duda, independientemente de los procesos. La Iglesia no lo ha declarado y para declarar a un hombre beato, primero, Santo después, hay una serie de requisitos. En el caso de la comisión que hizo todos los estudios para le beatificación del Padre Varela, yo estaba. Estaba en la subcomisión teológica, que tiene que estudiar todos los escritos que se conservaran de Varela y no solo ver en que estaba de acuerdo Varela con el pensamiento humano, filosófico de la Iglesia, y si en materia religiosa había algo que se opusiera a la Doctrina eclesiástica; y es impecable, es impecable. En ese sentido, Varela es impecable.
Había otra comisión que se ocupaba de la vida, y la vida de Varela fue ejemplar siempre, más que ejemplar, casi heroicamente ejemplar, o sea, que yo creo que las condiciones están. Pero en un proceso de beatificación y de canonización entran otras cosas, porque entra la ejemplaridad. Se presenta un señor o una señora, que van a ser beatificados, canonizados y se supone que se presentan como modelos a imitar. Hay que conocer muy bien la época para entender bien algunas opciones de Varela, por ejemplo, su participación en Las Cortes.
Hoy día eso no se permite, un sacerdote no puede ser miembro de ningún parlamento y entonces eso, pues puede ser chocante, aunque se sepa que él fue al Parlamento y se presentó a elecciones porque el Obispo fue quién se lo mandó, el Obispo Espada, pero bueno, está eso ahí. Por otro lado, era partidario de la independencia de Cuba, y eso en aquella época, frente a España, era un problema. Cuba era un país que tenía concordato con la Santa Sede, etc. No solamente por la independencia, si no había otros medios que apelar a la guerra. Hoy día no se aprueba que se apele a la guerra por cualquier cosa, tiene que ser defensiva. Entonces hay una serie de inconvenientes que yo creo que, no digo que imposibiliten totalmente, no hay que cejar en eso, hay que seguir insistiendo y presentando por acá y por allá, porque realmente el hombre era santo, pero obstaculizan la marcha rápida de la beatificación de Varela.
Mira, el caso del hermano de San Juan de Dios, el Hermano Olayo, el que se beatificó hace un par de años.  Esa fue una causa de beatificación sin problemas, un hombre bueno, santazo, sencillo, pobre, humilde, hijo de la beneficencia que consagra su vida a los enfermos. No había ningún obstáculo que ponerle. No escribió una letra. Me acuerdo una vez que fui a Roma a una de las gestiones, precisamente por la causa de Varela, y el Postulador, que se ocupa de echar adelante esas causas de beatificación y canonización, hablando de los escritos de Varela, se quedó así, mirándome, tratando de que yo entendiera el por qué de muchas cosas. Dice: “Padre, ¿usted escribe?” Digo: “Sí, no soy un gran escritor, pero escribo, ¿por qué?” Y me dice: “Si usted quiere verse en los altares, no escriba ni una letra. (risas) A los escritores les es muy difícil llegar a los altares, porque le analizan hasta la última letra.” “No hay problema ninguno; no voy a verme en los altares.” (risas)
Amaury. ¿Pero no hay una simplificación también de la doctrina, cuando se dice que hay que reconocerle un milagro, dos milagros?
Monseñor. Eso puede cambiar, eso es disciplina eclesiástica. Inclusive es más simple ahora que hace cien años, pero bueno, eso es así.
Amaury. Quiero terminar la entrevista, se está conmemorando este año, el 400 Aniversario de nuestra Virgencita de La Caridad.
Monseñor. Del encuentro de la imagen…
Amaury. …Del encuentro de la imagen, por supuesto, y se está haciendo una peregrinación por todo el país. En este momento en que nuestro programa está al aire, sabe Dios por dónde ande. ¿Qué valor en la reunificación de los cubanos -donde quiera que estén- usted le otorga a esa imagen de la Virgen de La Caridad?
Monseñor. Mira, la Virgen de la Caridad, para nosotros es ante todo, la Virgen María, la madre de Jesucristo. Sea cual sea la advocación -sea la Virgen de La Caridad, sea la Guadalupe, la advocación que sea-, tiene el valor de ser María, la madre de Jesús, pero, por condicionamientos históricos, que sería largo de expresar; esa imagen pequeñita…
Amaury.  …¡muy pequeñita y muy grande a la vez!
Monseñor. Sí, se ha convertido con los siglos en el corazón del pueblo cubano. Y hay mucha gente que, a lo mejor no son católicos practicantes, que no ponen un pie en la iglesia casi nunca, pero al Cobre si van alguna vez en su vida y tienen en su casa alguna estampa de la Virgen de La Caridad, que le llamaron la Virgen Mambisa, porque los mambises la llevaron a la guerra, cuando fueron a combatir. Los mambises se ponían bajo la protección de María de la Caridad.
Creo que hay que aprovechar esa convocatoria de la imagen de La Caridad y las cosas que se organicen en torno a su presencia, en un pueblo, o en una iglesia de La Habana, precisamente para transmitir los valores que en otra situación, quizá no se van a oír tan claramente. O sea, que yo creo que sí, que es una cosa buena. Une a todos los cubanos, sean como sean, piensen lo que piensen, La Caridad por encima de todo y es una advocación preciosa, además, tener como advocación a María bajo La Caridad. Es decir, el amor, no hay más hermosa advocación en todo el mundo.
Y creo que sí, que eso es un vínculo de unión, pero hay que aterrizarlo más en la vida, no solamente quedarnos en el rato de la imagen o frente a la estampa que tengo en mi casa, sino, ¡vivir la caridad! Ese es el mensaje de la Virgen de la Caridad.
Amaury. Bueno, Padre, yo le agradezco muchísimo que usted haya hecho un espacio en su tiempo, yo sé que está muy ocupado y los televidentes se habrán dado cuenta, para venir a conversar conmigo y me voy a ir con la imagen, quiero irme con esta imagen, no solo con la imagen de su bondad, de su nobleza, de su inteligencia, de su amor por Cuba, sino con esta imagen, o sea, pensando…
Monseñor. ¡Cuba y la Iglesia son las dos pasiones mías! Siempre lo he dicho, porque es así. Es que es así.
Amaury. Pero, qué lindo pensar, y así me gustaría irme para mi casa, pensando en que usted es el tataranieto del Padre de la Patria y un defensor de la Madre de Cuba, la Caridad del Cobre.
Monseñor. Esa no necesita que la defiendan. ¡Ella se defiende sola!
Amaury. ¡Ella se defiende sola! (risas). Padre querido, su bendición y gracias.
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Con el equipo de realización de "Con 2 que se quieran". Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes en "Con 2 que se quieran", que conduce y dirige Amaury Pérez. Foto: Petí
Tomado de Cubadebate

LO QUE VE Y NO VE LA LUPA INMENSA DE ¨¨EL PAIS¨¨

Omar Pérez SalomónLa pupila insomne
Cuando se trata de Cuba, el periódico español El País, como dijera el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, “aplica una lupa inmensa que magnifica todo lo que allí ocurre cada vez que conviene a los intereses enemigos, llamando la atención sobre lo que pasa en la Revolución, mientras la lupa se distrae y no alcanza ver otras cosas importantes”. Pocas horas después de construir de la nada una refinería de petróleo en Cuba y confundir la tortura con la resistencia, el diario madrileño publicó este 13 de junio una noticia que titula “El Gobierno de Raúl Castro reduce en un 14% el área sanitaria, Cuba refuerza su política de austeridad y pone en peligro los logros sociales“.
El cotidiano español alude a los problemas que el pueblo cubano identificó en la masiva discusión de los Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución, y tergiversa los cambios introducidos para hacer más viable y robusto al sistema de salud cubano. Con algunos datos extraídos de fuentes cubanas y otros de su cosecha, tratan de demostrar que “la atención médica en la isla es universal y gratuita pero, con la crisis, ya no es lo que era”.
En la información se obvian los esfuerzos que se hacen en el reordenamiento de los servicios de salud en busca de un uso óptimo y de calidad, y las discusiones que se realizan a en la sociedad sobre estos asuntos, para terminar diciendo que “…en la educación también ha habido recortes. Y más que habrá”, en un discurso dirigido a los indignados que protestan en las calles españolas pero que se inscribe en su operativo tradicional contra la Revolución cubana.
Recientemente, en la asamblea de balance del Partido Comunista de Cuba en la provincia de Las Tunas, refiriéndose a las insatisfacciones de la población y las posibilidades que hay para emplear mejor los recursos humanos y materiales, los problemas de calidad y la falta de comunicación con pacientes y población, el Primer Vicepresidente cubano José Ramón Machado Ventura, reconoció el esfuerzo que hacen muchos médicos, enfermeras y trabajadores de la salud en general por atender adecuadamente al pueblo, y señaló que se sabe que los menos no lo hacen, provocando que la población tenga razón al emitir opiniones. Recordó que “hasta ahora hubo cierta desproporción, hoy se ordena el sistema de salud y debemos potenciar el uso del método clínico, como refiere el lineamiento 156 aprobado por el VI Congreso del Partido, explicarlo, dar una mejor información, en primer lugar a los profesionales del sector, para que transmitan al pueblo la importancia de su empleo, y los daños que puede ocasionar a la salud humana la utilización indiscriminada de las nuevas tecnologías, así como también la necesaria racionalidad en el uso de esos nuevos recursos”.
Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), advierte sobre dificultades que enfrentan entre 110 y 190 millones de personas discapacitadas en el mundo, como estigmatización y discriminación, falta de atención de salud y servicios de rehabilitación adecuados, inaccesibilidad a prestaciones de transporte, edificios y tecnologías de comunicación, y reconoce que son pocos los países que disponen de mecanismos adecuados para responder a sus necesidades, en Cuba el 100% de las personas con alguna discapacidad reciben una atención apropiada y gratuita. Paralelamente, en tierra ibérica la policía se encarga del tratamiento a los minusválidos que reclamen sus derechos, como ha testimoniado el joven Sebastián Ledesma, víctima de la bárbara represión de los Mossos d’Esquadra en la Plaza de Cataluña hace pocos días.
La lupa de El País se distrae y no se entera de que el sistema de salud cubano, que se ajusta para garantizar una atención más efectiva a todos sin exclusiones, obtuvo en el 2010 la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia y que detrás de esas cifras hay una sociedad sin lujos pero con las condiciones de alimentación, salubridad y educación que no concuerdan con el cuadro de crisis absoluta que ese periódico vende a sus lectores sobre Cuba.
El diario del grupo PRISA tampoco alcanza a ver la proyección humanista y solidaria de Cuba, que cuenta con más de 41 mil colaboradores de la salud en 68 naciones, a pesar de los documentados planes de EE.UU. para impedirlo, de los que tampoco El País jamás ha dicho una palabra. Y es que no pueden hablar de la filosofía solidaria de un sistema -reconocida por amigos y enemigos de la Revolución, incluyendo medios como The Independent- y mucho menos entender que la actualización del modelo económico cubano no busca -como los recortes de moda en toda Europa- beneficiar a políticos y banqueros, sino que lejos de poner en peligro los logros sociales se propone garantizar su sostenibilidad y permanencia.
Tomado de Cubadebate

¨¨LA AUTOCENSURA NO ES REVOLUCIONARIA¨¨. BUENA FE

Entrevista: José Angel Lanz (Radar 96) y Randolph Borges (La Ventana)
Texto y fotografías: Luigino Bracci Roa
Por: Albaciudad.org

El 17 de noviembre de 2002, Milivi Adams, una niña puertorriqueña de 5 años de edad, moría de cáncer. Era una de las miles de afectadas por los ejercicios militares que la Marina estadounidense hacía en la isla de Vieques, al sur de Puerto Rico. Las bombas y explosiones generaban desechos químicos que afectaban directamente la salud de los residentes de la isla y provocó un aumento de casos de cáncer, sin mencionar las afectaciones a la pesca y el medio ambiente. Las contundentes protestas de las y los puertorriqueños obligaron a los militares a cesar sus ejercicios y retirarse de la isla en 2003.
Lo que pocossaben es que la banda King Changó -la misma tras los éxitos “Confesión”, “El Santo” o “Sin ti”- participaba con regularidad en las protestas que se hacían frente a la Casa Blanca en Washington, en solidaridad con el pueblo puertorriqueño que se oponía a estos ejercicios militares. “La isla estaba tomada por la Marina (estadounidense), que usaba cierto tipo de sustancias, y hay un porcentaje fuerte de cáncer en la isla y dañó la pesca”, nos contó Blanquito Man, cantante principal de la agrupación formada en Nueva York, pero que se siente muy venezolana.
“Gracias a un abogado puertorriqueño que era fan de King Changó, unimos fuerzas y cada vez que había una parada para apoyar a Vieques, King Changó estaba allí en aquel entonces”. De hecho, en esas paradas fue donde conocieron al actual guitarrista de la banda, un afroestadounidense que “cuando nos vió tocar se apasionó”.
King Changó y Buena Fe están realizando una gira por seis ciudades de Venezuela, y a pesar de los distintos que son sus géneros musicales, consideran que comparten mucha de su ideología. Por ello nos visitaron este miércoles en Alba Ciudad 96.3 FM. “Se ve raro, pero no lo es. Compartimos ideologías similares”, dice Blanquito Man. “A nivel de estilo ellos tienen un lado mucho más clásico y romántico, nosotros somos más pachangozos, pero venimos de una misma generación latinoamericana y fusionada, valorando nuestros sonidos indios, afros y de otros sitios del mundo. Fusionando géneros musicales estamos creando géneros nuevos. Cuando nos vean en tarimas juntos, van a ver por qué”.
Israel y Yoel (izq.) y BlanquitoMan (der.) en el estudio de Alba Ciudad
Israel y Yoel (izq.) y BlanquitoMan (der.) en el estudio de Alba Ciudad
Para Buena Fe, Venezuela es su segunda casa: “un espacio adonde poder llegar sin problemas de ningún tipo, sin tener que burlar bloqueos, sin estar preocupados porque no se vaya a escuchar nuestra música porque nadie nos conozca”. Para ellos, tocar en el Teatro Teresa Carreño lo consideran un honor tan grande, como lo es tocar en el teatro Karl Marx de La Habana.
Buena Fe y King Changó tal vez tengan algunas similitudes ideológicas, pero los modelos económicos y los cambios tecnológicos y culturales los han tratado de formas muy distintas. La popularización de Internet, los MP3 y las nuevas tecnologías permitieron que Buena Fe se diera a conocer en Venezuela a través de “boca a boca” sin necesidad de una disquera: la gente compartía la música o la popularizaba en Internet. Este modelo, sin embargo, le causó muchos problemas a King Changó y causó su larga pausa de 11 años.
Buena Fe: Gracias al "boca a boca" nos hicimos populares
Buena Fe: Gracias al "boca a boca" nos hicimos populares. BlanquitoMan, de King Changó (izq.) y Buena Fe (der.)
“En Venezuela nos sentimos como en Cuba, sentimos el calor de la gente, la gente se sabe nuestras canciones y las corean, poco a poco van a los conciertos y se enteran de lo que hace Buena Fe, así sea boca a boca”, dijo Israel Rojas. “La música viaja por las nuevas tecnologías, ya sea por Internet o en el pendrive de un amigo. La gente consume la música que le gusta, hace su propia selección”. Explican que el músico cubano está predestinado a ese tipo de distribución musical. Muchas veces les ocurre que llegan a un lugar y la gente no los conocía físicamente, los reconocen como “los que cantan tal o cual tema”.
Buena Fe en Venezuela
En cambio, Blanquito Man nos aseguró que el cambio ocurrido en la industria musical entre 2000 y 2003, cuando repuntan los CDs quemados, el Internet y los MP3, les causó muchos problemas. “Nos afectó muchísimo, para poder tener 8 músicos rodando a nivel de costos, para mejorar los shows en vivo y poder competir”. Esto les causó un exceso de trabajo y pérdida de independencia. “Vivir como músico, significa tener que estar montándote aquí o allá, no tienes independencia y yo de hecho me divorcié debido a la música. Uno hace muchos sacrificios”.

“Criticar es amar, y nadie puede amar lo desconocido”

Cuba es acusada por sus detractores de ser una “dictadura comunista” donde la crítica está prohibida. Pero las letras de Buena Fe no se caracterizan por ser adulantes. Reconocen y admiran los logros del sistema cubano y niegan cualquier posibilidad de estar con la derecha. Acusan con dureza al capitalismo. Pero la autocrítica al burocratismo y a otros problemas dentro del sistema cubano también están presentes en sus letras. En Venezuela, han habido encontronazos muy fuertes en las últimas semanas en torno al papel de la autocrítica, en particular con casos como la extradición de Joaquín Pérez Becerra, La Radio del Sur, la política exterior con Colombia y otros que han causado fuertes debates dentro del proceso. Esto llevó a Randolph Borges a preguntarle a Israel y Yoel su opinión sobre el tema de la autocrítica. ¿Hasta qué punto es permitida? ¿Hasta qué punto es cómoda o incómoda?
Buena Fe
Para Rojas, el artista debe crear lo que siente y no debe autocensurarse.
“Lo primero que tiene que hacer un creador o un artista es ser consecuente con su tiempo y su momento”, dijo Israel. “Decía Martí que criticar es amar, y yo tenía una profesora en la universidad que decía que nadie puede amar lo desconocido. Sólo se puede amar lo que se conoce o se pretende conocer. Por consecuencia, nuestro trabajo siempre ha estado alimentado de nuestro contexto. ¿Cantando loas? En eso la verdad no hemos sido muy buenos cultores de las loas. Dicen que en lo más bajo todo el mundo sabe caminar, el problema es lo más arriba”, comentó.
“Nosotros hemos tratado de hacer una canción que, aunque sea crítica, corra sus propios riesgos y ande con el alma en cuero. Dice Silvio (Rodríguez) en una canción (Yo digo que las estrellas), que ‘yo digo que no hay talante más claro que el ir desnudo, porque cuando se tiene escudo, luego se quieren los guantes’. Nosotros hemos pretendido ir a camisa quitada; amando y queriendo desde la pertenencia. Pero también criticando, arrojando luz a aquello que pueda ser oscuro”.
-¿Eso les hace ser menos revolucionarios que otros? -preguntó Borges.
-Yo creo que muy por el contrario. Nuestro compromiso de izquierda es un compromiso desde la verdadera pertenencia. Uno hace muy mal en que la gente te ame como tú no eres. Cuando la gente va a Cuba pensando en café, tabaco y ron, va buscando una Cuba que es y que ya no es. Cuando la gente va pensando solamente en dictadura, presos políticos, desgracias y disidencia, están buscando la Cuba que no es. Cuando la gente va a Cuba buscando la boína, la rebeldía de la Sierra Maestra, están buscando una Cuba que fue y que ya no necesariamente es.
buena-fe-5
Yoel Martínez, de Buena Fe
Para Rojas, “Cuba es la Cuba que es hoy, la que verdaderamente está latiendo su compás. Cuba es la Serie Nacional de Beisbol, Cuba esla gente que se enamora en el malecón, Cuba es la baja incidencia de drogas, Cuba es la baja incidencia de violencia social, Cuba es la tranquilidad ciudadana, Cuba es el 5 de septiembre, que empieza el curso escolar pa’ todos los chamaquitos, tengan o no dinero. Cuba es los hospitales gratuitos… pero también es nuestros espejismos, nuestras insuficiencias, nuestras carencias, coño, nuestra ceguera, nuestro apagón digital. Algunas carencias las tenemos porque nos ha obligado el bloqueo, y otras, dice Silvio (…) que Cuba ha sido lo que ha querido y lo que ha podido: Cuba es lo que ha querido ser, y lo que nos ha dejado ser, y nosotros intentamos cantar eso”.
-Pero, ¿cuál es el momento de la crítica? -pregunta Randolph-. Porque hay ciertos momentos en los que te dicen: ‘ya va, este no es el momento político para eso’?
-Yo pienso que un artista no es un político -responde Israel-. Todo el mundo es un animal político (…) un artista no es exactamente un político, no vives de la política sino de intentar tejer verdad, bondad y belleza, por lo cual ese concepto de oportunidad o inoportunidad no es tan para ti. Ese es un concepto tal vez para los difusores, pero no para ti; si una canción no es conveniente, ¡que la radio no la pase! Que la gente la vaya a oír a los conciertos.
-Si el artista lo siente, tiene que crearlo -dijeron Israel y Blanquito Man, casi en coro-. Tú estás obligado a crear. Si es oportuno o no, que lo decidan otros.
Buena Fe y BlanquitoMan
BlanquitoMan rió y aplaudió. Israel continuó:
-Pero tú estás obligado a crear, esa es tu obligación. Puede uno caer en el otro extremo, que cuando alguien te dice que la canción no es tan oportuna, salen artistas que se ponen bravos, se ponen a llorar, dicen que la reflexión, la censura… ¡es otro extremo de otra estupidez! Usted está para crear. ¡Desangrarse creando! Y si hoy no te pasan esa canción, ¡tranquilo, no pasa nada! Va a haber un momento en el que la vida va a dar una cuenta y tu canción va a iluminarse.
Continuó Israel Rojas con su explicación: “Es como que le digas a un agricultor que hoy no coseches mangos, porque no es el momento. ¡Oye, si al tipo le sale de su corazón cosechar mangos, que lo coseche! Lo importante es que dé buenos mangos. Un artista debe hacer eso: ser consecuente con su realidad, con lo que siente. Uno hace más que crear y poner (sus creaciones) a disposición de la gente para que ellos lo utilicen en función de su espiritualidad. Si te empiezas tú a limitar, yo creo que eso no es revolucionario”.
-La autocensura, ¿no es revolucionaria? -preguntó Borges.
-No. No es revolucionaria.

“Estados Unidos y Europa ya se comieron todas las ideas que tenían”

King Changó surgió en Nueva York en 1994 con apenas 4 integrantes. Hoy está conformada por filipinos, dominicanos, estadounidenses y venezolanos, pero “nosotros los venezolanos secuestramos a la agrupación y los hicimos venezolanos a todos. Todos comen arepas, tequeños y cachapas”. “Mi mente está en Latinoamérica”, dijo Blanquito Man. “En Latinoamérica está el futuro de la cultura, me refiero a talentos e idea. Yo pienso que Estados Unidos y Europa ya se comieron todas las ideas que tenían. Me quiero concentrar en Latinoamérica. Necesitamos una Latinomérica unida hoy más que nunca”.
Blanco opina que los grupos latinoamericanos, en vez de enfocarse en hacer tours en Estados Unidos o Europa, “deberíamos hacer un tour por toda Latinoamérica. Tenemos una riqueza, tenemos mucho talento. Lo único que nos frenaba antes era la tecnología, y ahora cualquiera tiene ProTools**, cualquiera tiene un laptop. Ya podemos llegar a un nivel de calidad para competir con cualquier grupo en el mundo”.
La banda publicó su primer disco “King Changó” en 1996, y luego “The Return of El Santo” en 2000. Desde entonces, se tomaron un largo descanso. La pausa que tuvieron luego de su segundo disco les permitió “tener un balance humano, tener cabeza y volver a un trabajo de 9 a 6 de la tarde”. Explica que aprendió mucho de producción en esa pausa. Aprendió a hacer mashups y trucos para remezclar, grabar y modificar la voz de la forma que le gustaba. Luego, en un cumpleaños sorpresa en Nueva York se reencontraron varios miembros de la banda, ensayaron y comenzaron a hacer conciertos de nuevo. “El hecho de habernos detenido nos dio un poco de estabilidad”.
Relata que originalmente no tenían pensado vender discos ni pertenecer a una disquera. “Nuestra idea era juntarnos, hacer música, fusionar estilos musicales para hacer algo bueno, y con el hecho de hacer un disquito y regalarlo a los panas yo hubiera estado feliz”, pero lograron firmar con la disquera Luaka Bop, lo que les permitió hacer tours por Europa, Estados Unidos y Venezuela. “Nacimos en Nueva York, pero el cariño de nuestros fans venezolanos nos adopta, y somos una banda venezolana”.
“Queremos que el cuatro pase a ser nuestra guitarra eléctrica, no sólo en uno que otro tema, sino usar el cuatro venezolano como el instrumento principal y dominante de todos estos nuevos temas. Seguiremos manejando la fusión; el futuro de la música siempre sale de la fusión”.
BlanquitoMan también es diseñador gráfico, pero nunca dejó de hacer música. Se hizo amigo de Toby, de Control Machete en México, y grabaron un tema dedicado a Héctor Lavoe, “El Cantante”. Allí se familiarizó con el trabajo del mexicano Celso Piña, quien toca vallenato en Monterrey, y con Piña y Toby grabaron la canción “Cumbia sobre el río”, una fusión que permitió que el vallenato fuera nominado a los premios MTV. También participó en un disco de Control Machete, colaboró con Frank Quintero en un disco de covers, hizo un tema (”Loco”) con Servando y Florentino, está trabajando con Onechot de Papashanty Saund System, y se ha dedicado también a hacer mashups o mezclas de su voz en seco, con canciones instrumentales de otros artistas, para lo que usa el alias de “Zuzuku, bien uku uku”.
Buena Fe y King Changó harán una gira por seis ciudades de Venezuela. Buena Fe empezará este viernes 17 de junio en Coro; el sábado 18 de junio se les unirá King Changó en Acarigua, el lunes 20 ambas bandas estarán en La Colonia Tovar, el 23 de junio estarán en el Teatro Teresa Carreño de Caracas, el 24 de junio en Guarenas, el 25 en Puerto La Cruz, y el 26 de junio harán un “show sorpresa” en Caracas. El 8 de julio, King Changó cerrará en Coro.
__________________________
** Protools es un software comercial para grabar, editar y mezclar pistas de sonido, muy popular en el ambiente musical y en estudios de grabación. Alba Ciudad recomienda el uso de software libre, y alternativas como Ardour o Qtractor.
Fecha de sus conciertos:
17 de junio: Coro (sólo Buena Fe)
18 de junio: Acarigua
20 de junio: Colonia Tovar
23 de junio: Caracas, Teatro Teresa Carreño
24 de junio: Guarenas
25 de junio: Puerto La Cruz
26 de junio: Show sorpresa en Caracas
8 de julio: Coro (sólo King Changó)
Tomado de Cubadebate

OTAN DECIDE PROLONGAR LA INVASIÓN A LIBIA: GADAFI GANA LA BATALLA DEL TIEMPO



Zuma y Gadafi en Trípoli.
Zuma y Gadafi en Trípoli.
Por Eduardo Febbro
Página 12
Muamar el Gadafi sigue ganando la batalla del tiempo. Los operativos militares lanzados por las potencias occidentales contra los arsenales de Khadafi inmediatamente después de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobara la resolución 1973 (17 de marzo de 2011) prometían un fin rápido del régimen.
La entusiasta y difusa oposición libia garantizaba un recambio de poder con la consistente ayuda de los aliados. Tres meses después de las primeros bombardeos contra Libia la síntesis es un estrepitoso fracaso de las ilusiones: Gadafi juega al ajedrez ante las cámaras con sus invitados, en lo concreto con Kirsan Ilyumzhinov, el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez, que lo visitó la semana pasada, mientras que la Alianza Atlántica corre detrás de una nueva estrategia que le permita ganar la otra partida, la militar.
El paso de los días despejó el humo de la propaganda. El general francés Stéphane Abrial, comandante supremo para la transformación de la OTAN, admitió el martes que si las operaciones en Libia se prolongaban, la situación podría tornarse “crítica”. Amnistía Internacional completó ese mismo día el apocalíptico panorama con una doble denuncia. La ONG hizo públicas las repetidas atrocidades cometidas durante la guerra por los protegidos de Occidente, los rebeldes, y por el antaño mejor amigo del “mundo libre”, Gadafi. Un informe de inteligencia agrega un argumento negro a esta guerra mal preparada: muchas de las armas robadas durante la guerra fueron vendidas a la rama regional de Al Qaida.
El pasado 1º de junio la OTAN decidió prolongar la intervención en Libia hasta finales de septiembre. El tiempo opera como un sustituto de lo que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, calificó como falta de inversiones militares y voluntad política.
Los países de la OTAN que participan en la expedición libia -Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Italia, Noruega y Reino Unido- se plantean hoy la reorganización estratégica de su misión con la perspectiva segura de un conflicto que se extenderá en el tiempo y cuyo empantanamiento puede provocar que otros países sigan el ejemplo de Noruega. Oslo anunció el pasado 1º de junio que se retiraba de la coalición a partir del 1º de agosto. Pese al apoyo constante de la coalición, los rebeldes han avanzado más en el campo diplomático que en el militar y no se han instalado hasta ahora en posiciones decisivas.
Alemania y Canadá, ambos reticentes al principio, se sumaron al grupo de países que reconocieron a los rebeldes agrupados en el Consejo Nacional de Transición (el CNT). El pasado 17 de marzo, Berlín se abstuvo de votar la resolución 1973 de la ONU y también rechazó participar en el operativo “Protector Unificado”. A su vez, Canadá consideró que los rebeldes eran un “interlocutor válido” sin llegar a reconocernos plenamente. Ahora ya no. Berlín y Canadá reconocen al CNT como “el representante legítimo” del pueblo libio, lo que suma 14 países en total (Emiratos Arabes Unidos, Francia, Qatar, Reino Unido, Italia, Gambia, Malta, Jordania, Senegal, España, Australia, Estados Unidos, Alemania y Canadá).
Además de su costo financiero (Francia gasta un millón y medio de euros al día en Libia), el conflicto tuvo un alto costo en vidas humanas. Según la ONU, entre 10 y 15 mil personas murieron desde el pasado 15 de febrero y otro millón y medio fue desplazado por la guerra. La coalición al mando de la OTAN admitió ayer que la guerra benefició colateralmente a las ramas de Al Qaida en la región. Un panel de expertos franceses y extranjeros en temas del mundo árabe advirtió sobre el “riesgo islamista en Libia”. En un informe publicado hace unos días los expertos constatan las ambigüedades y opacidades en el seno del Consejo Nacional de Transición.
Dicho informe resalta que “los demócratas son apenas una minoría” dentro del CNT y que ese pequeño grupo pelea junto “a antiguos allegados al coronel Khadafi, partidarios de la monarquía y defensores de la instauración de un Islam radical”. La misión internacional, a cargo del director del Centro Francés de Investigaciones sobre la información, CF2R, Eric Denécé, ex jefe del contraespionaje francés, hizo otro alarmante descubrimiento.
El informe anota que “una vez que cayó el sistema Khadafi en Benghazi los arsenales fueron robados”. Ello conduce a los expertos a la siguiente reflexión: “Los servicios de inteligencia occidentales están preocupados por el destino de las armas robadas por los insurgentes en los arsenales libios, en especial los misiles tierra-aire SAM-7″. ¿Dónde están esas armas? En manos de una de las ramas regionales de Al Qaida, aseguran los expertos: “Miembros de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) habrían adquirido varios ejemplares de esos materiales vendidos por los traficantes libios”.
La conclusión final de los expertos prueba los desarreglos que acarreó la improvisada intervención de los estrategas occidentales. Según anotan en el texto, “gracias a las armas libias, Al Qaida en el Magreb islámico, AQLI, está reforzando su arsenal y acrecentando la amenaza que representa para los Estados de la región”.
Los aliados prosiguen sin embargo proporcionando ayuda masiva a los inciertos rebeldes. Francia anunció que suministraría 400 millones de dólares a los insurgentes del CNT provenientes de los haberes libios bloqueados en Occidente (unos 150 mil millones de dólares en total). Italia, a su vez, prometió el desbloqueo de otros 500 millones de dólares.
Ayer, los rebeldes lograron tomar el control de tres localidades del oeste de Libia situadas en la ruta de Trípoli. Noticia positiva para la OTAN, pero que en ningún caso despeja la impresión de que la supremacía militar occidental opera en Libia con una brújula rota. Lo único seguro es que los partidarios del gatillo fácil intervinieron en Libia bajo mandato de la ONU, pero las acciones emprendidas desde mediado de marzo están a años luz de corresponder con el mandato de la ONU. Los aviones despegaron no para proteger a la población civil, sino para decapitar el régimen de Gadafi.
Tomado de Cubadebate