Los horrores del fascismo parecían estar a buen recaudo, pero hay quienes se empeñan en demostrar que aquellas nefastas ideas permanecen en este mundo ya cansado de tantas guerras y arbitrariedades.
El gobierno sionista de Israel, tomando como pretexto el lanzamiento de cohetes por milicianos de Hamas contra su territorio, ha emprendido una brutal matanza de palestinos en nombre de su “”seguridad nacional””.
Y con esa expresión de fuerza quiere taponear la verdad de ese conflicto que Tel Aviv comenzó desde el mismo instante de la creación de Israel como pais, luego de difíciles conversaciones entre las partes involucradas, entre ellas, la Organización de Naciones Unidas.
Pero quien llegó primero a lo que se considera “”tierra santa””?
Los palestinos o los israelíes?
Por qué no puede Israel convivir en paz con los compatriotas de Yasser Arafat?
Hay muchas preguntas y por supuesto, muchas respuestas.
Un interlocutor en este caldeado problema es Estados Unidos, cuyo gobierno ha apoyado a los israelíes desde el mismo instante de esa nación. No podemos olvidar la influencia del lobby judío en Washington. Su poder financiero deslumbra a los políticos norteamericanos, quienes ven a través de ese lobby contribuciones a sus ambiciones electorales.
Como en Estados Unidos cualquier aspirante a un cargo político por pequeño que este pueda ser necesita de mucho dinero, siempre tienen la vista puesta en los judíos, quienes contribuyen en las campañas electorales y por supuesto imponen condiciones para sufragarlas.
Además Estados Unidos ha convertido a Israel en punta de lanza en el Medio Oriente, una especie de escudo ante lo que ellos llaman la amenaza iraní, y ese apuntalamiento no solo emite miles de millones de dólares para Tel Aviv, sino que ha permitido que la fabricación de armas nucleares por parte de ese pais, que es en verdad una herramienta de presión para las naciones del área.
Mientras condena a Teherán por desarrollar la tecnología nuclear para uso pacífico, acusándola de pretender fabricar armas de exterminio masivo, les permite a sus socios israelíes la tenencia de esos artefactos para la destrucción y la muerte.
Esas son causas que hoy sufren los palestinos, con esos bárbaros bombardeos contra todo aquello que consideren lesivo para su seguridad, como una escuela, un hospital o sencillamente un puesto para vender verduras.
La Humanidad asiste hoy al exterminio de un pueblo de manera impotente, distraída, no importa que hayan muerto casi ochocientas personas, doscientas de ellas niños que por sus edades no llegaron a comprender las razones para sufrir las pérdidas de sus vidas.
La respuesta israelí al lanzamiento de cohetes de fabricación artesanal contra su territorio por parte de Hamas, es desproporcionada, cruel, criminal, genocida y podría añadir que se está realizando con el visto bueno de la Casa Blanca, que ha preferido dejarle complicado el pastel a Obama.
El mundo no puede mirar para otro lado cuando están muriendo inocentes, cuando desde una posición de fuerza un gobierno in condenable por el veto permanente de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU, comete la barbarie que contra sus ciudadanos protagonizaron los nazis de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial.
Los árabes no pueden consentir esa crueldad contra sus hermanos palestinos, porque hoy son ellos los que están sufriendo los ataques inmisericordes de Israel. Mañana puede ser otra la víctima.
El gobierno sionista de Israel, tomando como pretexto el lanzamiento de cohetes por milicianos de Hamas contra su territorio, ha emprendido una brutal matanza de palestinos en nombre de su “”seguridad nacional””.
Y con esa expresión de fuerza quiere taponear la verdad de ese conflicto que Tel Aviv comenzó desde el mismo instante de la creación de Israel como pais, luego de difíciles conversaciones entre las partes involucradas, entre ellas, la Organización de Naciones Unidas.
Pero quien llegó primero a lo que se considera “”tierra santa””?
Los palestinos o los israelíes?
Por qué no puede Israel convivir en paz con los compatriotas de Yasser Arafat?
Hay muchas preguntas y por supuesto, muchas respuestas.
Un interlocutor en este caldeado problema es Estados Unidos, cuyo gobierno ha apoyado a los israelíes desde el mismo instante de esa nación. No podemos olvidar la influencia del lobby judío en Washington. Su poder financiero deslumbra a los políticos norteamericanos, quienes ven a través de ese lobby contribuciones a sus ambiciones electorales.
Como en Estados Unidos cualquier aspirante a un cargo político por pequeño que este pueda ser necesita de mucho dinero, siempre tienen la vista puesta en los judíos, quienes contribuyen en las campañas electorales y por supuesto imponen condiciones para sufragarlas.
Además Estados Unidos ha convertido a Israel en punta de lanza en el Medio Oriente, una especie de escudo ante lo que ellos llaman la amenaza iraní, y ese apuntalamiento no solo emite miles de millones de dólares para Tel Aviv, sino que ha permitido que la fabricación de armas nucleares por parte de ese pais, que es en verdad una herramienta de presión para las naciones del área.
Mientras condena a Teherán por desarrollar la tecnología nuclear para uso pacífico, acusándola de pretender fabricar armas de exterminio masivo, les permite a sus socios israelíes la tenencia de esos artefactos para la destrucción y la muerte.
Esas son causas que hoy sufren los palestinos, con esos bárbaros bombardeos contra todo aquello que consideren lesivo para su seguridad, como una escuela, un hospital o sencillamente un puesto para vender verduras.
La Humanidad asiste hoy al exterminio de un pueblo de manera impotente, distraída, no importa que hayan muerto casi ochocientas personas, doscientas de ellas niños que por sus edades no llegaron a comprender las razones para sufrir las pérdidas de sus vidas.
La respuesta israelí al lanzamiento de cohetes de fabricación artesanal contra su territorio por parte de Hamas, es desproporcionada, cruel, criminal, genocida y podría añadir que se está realizando con el visto bueno de la Casa Blanca, que ha preferido dejarle complicado el pastel a Obama.
El mundo no puede mirar para otro lado cuando están muriendo inocentes, cuando desde una posición de fuerza un gobierno in condenable por el veto permanente de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU, comete la barbarie que contra sus ciudadanos protagonizaron los nazis de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial.
Los árabes no pueden consentir esa crueldad contra sus hermanos palestinos, porque hoy son ellos los que están sufriendo los ataques inmisericordes de Israel. Mañana puede ser otra la víctima.