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jueves, 16 de septiembre de 2010

RESURRECCIÓN DE REINALDO ARENAS



Por Dalia Acosta


LA HABANA, sep (IPS) - Hay muertos que no descansan. Es el caso del escritor cubano Reinaldo Arenas, militante gay fallecido a causa del sida en 1990 en Estados Unidos, que vuelve 10 años después a su país natal de la mano de quien podría ser el único gran amigo que conservó en la isla, el investigador Tomás Fernández Robaina.

"Ahí está el Reinaldo que yo conocí", comentó a IPS Fernández Robaina, quien rememoró al autor de "Antes que anochezca" (1992) en "Misa para un ángel", una novela-testimonio que saldrá a la luz el viernes 17 en la sede de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.

Eran muy jóvenes y recién llegados a La Habana de la misma provincia del oriente cubano cuando coinciden como trabajadores en la Biblioteca Nacional de Cuba "José Martí" e inician una amistad que resistió todo tipo de contradicciones, desacuerdos y silencios y, de alguna manera, sobrevivió incluso a la muerte.

"Fui tras la huella de Reinaldo hasta Nueva York y con lo que encontré podía hacer un libro de 500 páginas, pero no tenía sentido. Como Reinaldo habló tan mal de todos nosotros (sus amigos y conocidos en Cuba), la gente pensaba que yo iba a hacer lo mismo", comentó Fernández Robaina.

"Misa para un ángel", de la gubernamental Ediciones Unión, mezcla ficción y realidad. En el texto confluye una ceremonia para llamar al espíritu de Arenas, testimonios que revelan secretos de su vida y la mirada con luces y sombras del autor sobre un hombre, según él, convertido en "mito".

Con una posición radicalmente opuesta a la Revolución Cubana, asumida públicamente en Estados Unidos tras su partida al exilio en 1980, Arenas se colocó en medio del diferendo político de medio siglo entre los gobiernos de ambos países y su nombre ha sido usado desde las posiciones más extremistas.

Sin embargo, Fernández Robaina pretendió lograr un equilibrio sobre alguien que considera "un hermano", desde "lo más personal y literario". La novela-testimonio, "sin dejar de decir cosas que a mí me parecen importantes, da mi visión de Reinaldo Arenas. Va a la esencia y no los detalles", enfatizó.

Sobre los riesgos de unir hechos de ficción con la biografía del escritor nacido en la zona rural de la provincia de Holguín, unos 740 kilómetros al este de La Habana, el investigador consideró que no deberá ser "controversial" pues se trata de un estilo ya impuesto y que le permite determinadas libertades como escritor.

Cuando de literatura cubana se trata, "habrá que hablar de antes y después de Arenas", defendió Fernández Robaina, como lo hiciera por primera vez en 1963 tras leer el original de "Celestino antes del alba" (1967), el único libro del fallecido escritor publicado en Cuba.

"Era una cosa muy fresca, poética, asequible… y, por supuesto, en esa novela no hay una militancia homosexual a tambor batiente", dijo sobre el actual ícono de la cultura gay, que alcanzó su madurez intelectual a fines de los años 60, época de la homofobia institucionalizada en esta isla caribeña.

"Hay un Reinaldo Arenas en La Habana y otro Reinaldo Arenas en Estados Unidos", aseguró el escritor, que intentó develar al escritor emigrado.

La total apertura homo de Arenas en su literatura y hacia la sociedad acaeció justo con su llegada a tierras estadounidenses.

"Reinaldo no era amanerado. Tenía el estilo de un lord inglés y toda una serie de cosas que no hacían ver fácilmente si era homosexual", detalló. "Esa lucha, tal y como él la hace posteriormente, en Cuba nunca la hizo. En aquel momento no había un movimiento gay fuerte" en la isla, recordó.

Para el investigador de la Biblioteca Nacional, la obra de Arenas abiertamente homo pudo ser una limitante en Cuba "en un momento determinado, porque hay personas que aman la literatura pero (…) por prejuicios no le gustan los homosexuales, y por tanto, la literatura homosexual".

No obstante, su autobiografía "Antes que anochezca" cobró popularidad entre el público de la isla, aunque no estuviera publicada por editoriales nacionales. En corto tiempo, "yo conté siete personas leyendo el libro por la calle, en barrios y ediciones diferentes", recordó asombrado Fernández Robaina.

A pesar de que su literatura es "única", el rescate y difusión de su obra en el ámbito cubano se obstaculiza por diversas razones, que no sólo dependen de la voluntad de las autoridades. "Cuando él muere, deja una cláusula de que sus libros no se pueden editar en Cuba mientras exista el sistema socialista", reveló.

Para Fernández Robaina, obras como "El mundo alucinante" (1968), "Celestino antes del alba", "El palacio de las blanquísimas mofetas" (1975) y sus relatos de "Viaje a La Habana" (1990) podrían editarse en la isla sin problema, pero la voluntad final de Arenas lo impide legalmente.

"Reinaldo Arenas va a ser estudiado en el futuro como una especie rara, no solamente por su estilo, sino por sus contenidos e imaginación", previó el escritor, quien espera consultar parte de los manuscritos de Arenas, a disposición del público a partir de 2011 en la Universidad de Princetown, de la ciudad estadounidense de New Jersey.

En cuanto a "Misa para un ángel", comentó que hasta ahora la crítica de quienes lo han leído "ha sido muy fuerte, porque yo no utilizo el mismo lenguaje de Reinaldo", dueño de un carácter sin tregua hacia las personas que le rodeaban y exponente del realismo sucio. Pero no falta el humor en un libro que calificó de "divertimento".

Tomás Fernández Robaina, activista por la no discriminación racial, ha trabajado el género del testimonio y la investigación sociológica siempre con un tratamiento atractivo como "Recuerdos secretos de dos mujeres públicas: testimonio literario" (1984) y "Hablen paleros y santeros" (1994).

Publicado por M. H. Lagarde

LA TV Y YO

El canal 51 de Telemundo en Miami tiene algo conmigo (no es el 22 MegaTV ni el 41 AméricaTevé, considerados canalitos locales sino ya una cadena nacional competencia de Univisión; estamos hablando que tiene la fuerza del nivel de CNN y FOX para los hispanos del Sur de la Florida).


El lunes 13 me acaba de llamar una reportera suya, Ana Cuervo, para decirme que quieren entrevistarme porque ha salido un artículo -- no sé donde -- diciendo que yo era vocero de Granma.

El periódico Granma es el vocero del Partido Comunista Cubano, así que yo sería un vocero de un vocero. Eso no existe. En todo caso trabajaría o colaboraría para Granma; y ninguna de las dos cosas es verdad.

Déjenme decirles que yo estaría en todo mi derecho de trabajar o colaborar con el periódico que me diera la gana así estuviese en China, en Zanzíbar o en Islas Galápagos. Incluso en Miami hay personas que colaboran con Granma y Juventud Rebelde... pero yo no.

El trauma con ese canal y mis caricaturas o escritos de internet no viene de ahora, se remonta a meses atrás cuando me entrevistó Marilys Llanos (otra reportera) y me sugirió 5 preguntas porque supuestamente yo... "una persona muy querida y conocida en el exilio, ahora lo estaba atacando". Y con esas palabras fue como se me presentó en una entrevista que nunca salió al aire.

Primero les diré sobre las preguntas y las respuestas que hubo entre la Llanos y yo, con un camarógrafo (amigo mío, por cierto) de por medio y una asistente, en la sala de mi casa:

#1. Llanos (canal 51):

Dicen que te has asociado a gente que tiene negocios con Cuba. ¿Es verdad?

Varela:

A mí se me dijo que yo estaba en Estados Unidos, un país donde hay derecho a la libre asociación sin tener que dar explicaciones. Si en Miami no se cumplen las normas de Estados Unidos entonces me mudo a Fort Lauderdale.

#2. Llanos (canal 51):

Te lo pregunto porque tu tenías una línea en el Herald y ahora tienes otra línea en internet.

Varela:

La línea mía no empezó en el Herald en 1993 sino en el semanario ¡Éxito! (del Sun Sentinel de Fort Lauderdale, sucursal del Chicago Tribune) en 1991 y era una publicación alternativa con un punto de vista diferente a la posición tradicional del exilio en temas como el homosexualismo, el aborto, la política local, el diálogo con Cuba y otros granos sociales álgidos en el exilio; que la prensa del establishment (en este caso el Herald) omitía a conveniencia porque le creaba conflicto de intereses con sus anunciantes o decantación de lectores. Que El Nuevo Herald me haya contratado luego fue una política del diario para balancear su periodismo y como elemento para favorecer el acercamiento con Cuba pues durante la década del 90 buscaron la apertura de una oficina en La Habana. Pero incluso en el Herald lo que se leía de mí era lo que pasaba la censura, la edición. De cada 10 trabajos míos, 7 no podían salir. Y yo creo que al final yo rompí convincentemente con la línea del Herald. No lo hice renunciando normalmente sino tomando la redacción y exponiendo mis puntos de vista a la prensa que me entrevistó ese día. Que no haya salido todo a la luz fue porque se llegó a un acuerdo fuera de corte.

#3. Llanos (canal 51):

Pero dicen que ahora atacas más lo de Miami.

Varela:

No más sino más libremente. Pero yo nunca he atacado al que vino a trabajar; a criar los hijos y educarlos y hacerlos gente de bien; a ayudar a la familia en la isla; a buscarse la vida a base de sacrificio y lealtad a los amigos. He criticado al farsante, al bandido, al traficante de influencias, al político fraudulento, al extorsionador, al botellero, al que vive de la colecta de un anticastrismo que lleva medio siglo sin derribar al castrismo y todavía quiere seguir ganado dinero de ello... un dinero que es hasta del contribuyente americano. Por ejemplo, ahora también colaboro para una publicación alternativa digital en internet que se llama Progreso Semanal; lo que sucede es que lo que era opinión alternativa hace 19 años, ahora ya no lo es, las alternativas son otras y de ahí que cierta gente lo vea diferente... o más crudo.

#4. Llanos (canal 51):

Pero ahora también atacas a disidentes cubanos que están en la isla. ¿No crees que eso ayuda al régimen de los Castro?

Varela:

Cuando critico algo no me importa con quien coincido. Si no, nunca criticaría nada. En su momento critiqué tres administraciones norteamericanas: a los dos Bush y a Clinton sin preocuparme si coincidía con los enemigos de este país y sin importarme si eran republicanos o demócratas; era mi derecho como caricaturista editorial y yo arremetía contra decisiones impopulares, guerras sin sentido y escándalos personales... nunca contra partidos políticos. En cada partido hay gente con la cual coincido y con la cual no coincido.

#5. Llano (canal 51):

Bueno... al final... ¿No sientes miedo? Criticar esas cosas aquí sugiere un antagonismo que trae cierta reacción adversa.

Varela:

La única y última vez que sentí miedo fue hace 30 años cuando vine por Mariel en barco una madrugada de tormenta con olas de 14 pies. Y me encomendé a Dios.

Marilys Llanos me dio las gracias y me dijo que ese viernes saldría la entrevista. Hasta el jueves la estuvo anunciando.

Pero el viernes no salió. La llamé a su celular y me contestó de que estaba enferma en su casa y que no sabía lo que había pasado realmente pero que cuando llamó al canal le dijeron que fue una decisión de última hora eliminar mi entrevista.

Ahora pregunto a los lectores: ¿Le debo dar otra entrevista al canal 51?

Tomado de www.progreso-semanal.com

Publicado por M. H. Lagarde