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martes, 29 de mayo de 2018

AMADO OSCAR DE CÉSPEDES Y CÉSPEDES

¿ Qué pensamientos rondarán en el cerebro de un hombre cuando sabe que
va a morir?
¿Qué imágenes se dibujarán sobre su vida a sabiendas de que jamás
volverá a disfrutar del calor de la familia, del beso de sus padres,
de la comida hogareña?
¿Qué sentimientos se arremolinarán en su pensamiento cuando está
prevenido de que las balas segarán su derecho a vivir por el
inaceptable delito de luchar por la independencia de su patria?
Cuando el ser humano que ha vivido de manera extensa alcanzando una
adultez envidiable y fallece quizás alguien diga inofensivamente que
ha transcurrido por la tierra de manera muy amplia.
Pero cuando sabemos que ese ser humano destinado a morir solo tiene 23
años, entonces le damos más valor a esa vida que disfrutamos y al
mismo tiempo lamentamos que alguien con esa edad nos abandone.
El 29 de mayo de 1870, un pelotón de fusilamiento descargó sus
disparos sobre el pecho del joven, casi adolescente, en un ambiente
hostil, lejos de su sitio de nacimiento y de su familia.
Bayamés de origen, siguió el ejemplo de su padre, aquel que dio la
clarinada inolvidable el 10 de octubre de 1868, para iniciar una
revolución contra el dominio colonial español en la isla.
El épico acontecimiento lo sorprendió en La Habana desde donde partió
a Estados Unidos con la idea de integrarse a alguna de las
expediciones que en esa nación se organizaban para sumarse a la luchapatriótica.
Después de muchos esfuerzos, Amado Oscar de Céspedes toca tierra cubana por el norte de Las Tunas y pocas horas después ya eran
perseguidos por los soldados españoles.
Recién llegado contrajo nupcias y mientras disfrutaba de la luna de
miel en condiciones de campaña, cayó prisionero de los colonialistas,
siendo trasladado de inmediato para la ciudad de Camagüey.
Allí gobernaba el Caballero de Rodas, quien advertido de la identidadde Amado Oscar lo conmina para que le escriba a su padre pidiéndole
que desista de sus pretensiones libertarias.
El joven le responde que jamás traicionaría ni a su patria ni a su
padre, lo que enfureció al nada caballero español, viabilizando así la
muerte por fusilamiento del hijo de Carlos Manuel de Céspedes.
Ya pasado por las armas, el Caballero de Rodas le escribe a Céspedes
diciéndole que la vida de su hijo dependía de su decisión de abandonar
la lucha lo que provocó la viril respuesta del Padre de la Patria:
«Oscar no es mi único hijo, lo son todos los cubanos que mueren por
las libertades patrias.»
Hoy 29 de mayo. se cumplen 148 años del vil asesinato de Amado Oscar
de Céspedes y Céspedes, un ejemplo de valentía para la juventud cubana
que tiene en su figura el camino para seguir adelante.