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domingo, 22 de marzo de 2015

LA PLAZA DE LA REVOLUCION DE BAYAMO





La Plaza de la Revolución de Bayamo es un sitio de trascendencia histórica, pero al mismo tiempo poseedora de una belleza extraordinaria, rodeada por importantes instituciones en el mismo centro de la ciudad.

Mucho antes del amanecer, teniendo como fondo la estrepitosa canturía de las aves que allí pernoctan, manos, de hombres y mujeres, se empeñan en dejar bien limpia la plaza y lo hacen muy bien.

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Esa labor la desempeñan con el convencimiento de que entorno debe estar bello, limpio, pues dos figuras como las de Carlos Manuel de Céspedes y Perucho Figueredo, merecen tal empeño.

Quizás sea difícil encontrar otra plaza en la que hayan nacido cubanos de tan extraordinaria vigencia como el Padre de la Patria, el autor del Himno Nacional, y el orquestador de ese canto que honramos en esta Isla.

Céspedes, Figueredo y Manuel Muñoz Cedeño vieron la luz en las inmediaciones de esa plaza, a la que iluminaron más con sus incorporaciones a la lucha por la independencia nacional.

El venerado sitio tiene otros atractivos como la sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular, la Casa de la Cultura 20 de Octubre, Café Literario y una Cremería.

Además un circulo infantil, cuatro restaurantes, la sede de la dirección de cine en Granma, hotel, joven club de computación, la oficina principal de Correos de Cuba, Palacio de Pioneros, ludoteca y una cafetería.

La propia Plaza de la Revolución de Bayamo es lugar para la distracción y el esparcimiento pues está dotada de largos bancos de granito, propicios para el disfrute del arbolado que la envuelve y nos protege del sol.

No son pocos los espectáculos culturales que allí se desarrollan, por ejemplo la histórica Banda de Conciertos de Bayamo se presenta en su espacio habitual para el desarrollo de su retreta.

Pero es un lugar, además, con mucha seguridad para que los niños jueguen, corran, den rienda suelta a sus emociones pues las condiciones están creadas en ese sentido, claro, siempre bajo la mirada de los padres.

En horas de la tarde manos hacendosas nos entregan una plaza limpia, reluciente, cuando ya a esa hora vuelve a escucharse la estrepitosa canturía de las aves canoras que regresan a su descanso habitual.

Probablemente, entrada la noche, pueda escucharse el gemido de una guitarra, acompañado por versos enamorados, reclamando espacio en el alma de alguna bayamesa.


 

SAXOFONES AFINADOS





Hace solo unos días la ciudad de Bayamo volvió a vibrar con otro evento cultural que concitó la atención de una parte de la población amante de las buenas presentaciones musicales.

En esta ocasión la sede de la Uneac sirvió de magnífico espacio para que se dejaran escuchar las notas musicales del Octavo Encuentro de Saxofonistas Solistas, que en esta oportunidad llegó hasta Manzanillo.

Momento propicio para que se dieran a conocer a experimentados instrumentistas de otras provincias y disfrutar de los del patio que siempre acuden de manera altruista a este tipo de encuentro.

También ocuparon espacios en el escenario noveles músicos amantes del   instrumento, quienes mostraron sus aptitudes y el talento que desde las aulas han ido sumando a su manera de emitir los bellos sonidos del saxo.

En este tipo de confrontación siempre hay un líder, que junto a los directivos de la  institución sede, aglutina los esfuerzos con el sano interés de brindar a la ciudadanía un acto cultural de altura.

Esa persona, alma del encuentro es Luis Bonet Tamayo, prestigioso músico, saxofonista por demás, quien tiene la capacidad de convocar a sus colegas cada año para el desarrollo del evento.

Nadie dude de que se requiera de mucho esfuerzo para organizar un evento de esta índole, y hacerlo bien, cuando hay participantes de otras provincias que merecen atención por su condición de visitantes.

Ahí radica el éxito de este Octavo Encuentro de Saxofonistas Solistas, desarrollado entre los días 10 y 11  de marzo pasados, con una excelente participación popular.

Quizás para el próximo año pudiera agregarse un día más al programa porque sería de mucho interés proponerle al público una gama mas extensa de intérpretes del instrumento.

El encuentro fue aprovechado además para homenajear a figuras que lo han dado todo en el escenario y que siguen siendo referencia para las generaciones de jóvenes que desean estudiar el saxofón.

Entre los que recibieron el reconocimiento de la Uneac por su aporte a la cultura teniendo como estandarte este  instrumento están Andrés Rodríguez Yero y el percusionista Rafael Rodríguez Oduardo.

Agradecimientos a profesores y alumnos de la Escuela de Arte Manuel Muñoz Cedeño y a los demás participantes que entregaron su hermoso tiempo traducido en música, la música del saxofón.