Hace
solo unos días la ciudad de Bayamo volvió a vibrar con otro evento cultural que
concitó la atención de una parte de la población amante de las buenas
presentaciones musicales.
En
esta ocasión la sede de la Uneac sirvió de magnífico espacio para que se
dejaran escuchar las notas musicales del Octavo Encuentro de Saxofonistas
Solistas, que en esta oportunidad llegó hasta Manzanillo.
Momento
propicio para que se dieran a conocer a experimentados instrumentistas de otras
provincias y disfrutar de los del patio que siempre acuden de manera altruista
a este tipo de encuentro.
También
ocuparon espacios en el escenario noveles músicos amantes del instrumento, quienes mostraron sus aptitudes
y el talento que desde las aulas han ido sumando a su manera de emitir los
bellos sonidos del saxo.
En
este tipo de confrontación siempre hay un líder, que junto a los directivos de
la institución sede, aglutina los
esfuerzos con el sano interés de brindar a la ciudadanía un acto cultural de
altura.
Esa
persona, alma del encuentro es Luis Bonet Tamayo, prestigioso músico,
saxofonista por demás, quien tiene la capacidad de convocar a sus colegas cada
año para el desarrollo del evento.
Nadie
dude de que se requiera de mucho esfuerzo para organizar un evento de esta
índole, y hacerlo bien, cuando hay participantes de otras provincias que
merecen atención por su condición de visitantes.
Ahí
radica el éxito de este Octavo Encuentro de Saxofonistas Solistas, desarrollado
entre los días 10 y 11 de marzo pasados,
con una excelente participación popular.
Quizás
para el próximo año pudiera agregarse un día más al programa porque sería de
mucho interés proponerle al público una gama mas extensa de intérpretes del
instrumento.
El
encuentro fue aprovechado además para homenajear a figuras que lo han dado todo
en el escenario y que siguen siendo referencia para las generaciones de jóvenes
que desean estudiar el saxofón.
Entre
los que recibieron el reconocimiento de la Uneac por su aporte a la cultura
teniendo como estandarte este
instrumento están Andrés Rodríguez Yero y el percusionista Rafael
Rodríguez Oduardo.
Agradecimientos
a profesores y alumnos de la Escuela de Arte Manuel Muñoz Cedeño y a los demás
participantes que entregaron su hermoso tiempo traducido en música, la música
del saxofón.
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