Miguel Gorbachov: El octogenario cartero del imperio
Miguel es un hombre de confianza ─comentó─ el general, con la seguridad que tienen los militares cuando están conscientes que han elegido al hombre preciso para realizar una misión importante.
Ante todo, ─apostilló el monarca─ es nuestro hombre. Miguel había causado buena impresión a su Majestad, quien sabía que su vida y la de su imperio, dependían de aquel hombre. Y así, con la ayuda de Dios, partió el correo del zar a cumplir su cometido, según narra Julio Verne en su famosa y brillante novela, Miguel Strogoff.
El trasfondo histórico de Miguel Gorbachov no es novela de ficción ni guión de película comercial. Lo cierto es, que Gorbachov asumió la dirección del partido comunista y la presidencia de
El carácter multicultural y plurinacional de
A nivel económico,
En este escenario oscuro y difícil, aparece Miguel Gorbachov con su famosa Perestroika y Glasnost, términos rusos que podrían traducirse como reformas o reestructuración a nivel económico y transparencia o democratización en las estructuras partidarias y en la sociedad en general. En cierto sentido, se trató de un “revolución impulsada desde arriba”, fomentada por los sectores reformistas del partido. Según ellos, la modernización del sistema económico soviético, exigía la apertura a la economía de mercado y requería el financiamiento de las instituciones financieras (FMI, Banco Mundial, etc.) del gran capital.
El recetario de estas instituciones fue filtrando las estructuras del sistema económico soviético y el capitalismo fue corroyendo lentamente el ideario comunista. Los paladines políticos del gran capital, afiliados a la socialdemocracia y a la democracia-cristiana internacional, acudieron prestos a asesorar a los reformistas soviéticos. Seducido por los encantos de la parte más “humana” del capitalismo, Miguel Gorbachov asumió su papel de mensajero del imperio, llevando la buena nueva a diferentes países del mundo socialista. En su visita a la antigua República Democrática Alemana en octubre de 1989, Gorbachov se dirigió a Erich Honecker con estas palabras: “Quien llega tarde a la cita, la historia lo condenará”
Ese mismo año, Miguel también visitó
“… ¿Y cómo se puede suponer que las medidas aplicables en
“…Hay algo más, si un país socialista quiere construir el capitalismo tenemos que respetar su derecho a construir el capitalismo, no podemos interferirlo, del mismo modo que exigimos que nadie tiene derecho a interferir la decisión soberana de cualquier país capitalista o semicapitalista del mundo desarrollado o del mundo subdesarrollado de construir el socialismo. De manera que el principio de respeto irrestricto a la voluntad soberana de cada pueblo y de cada país es una regla de oro de los principios del marxismo-leninismo…”
El colofón de la historia de Mijaíl el mensajero, es de conocimiento público y no es necesario aquí redundar en detalles trillados. Es necesario sí, dejar sentado, que
Mijaíl Gorbachov, sin embargo, es admirado y respetado en los países capitalistas desarrollados, mientras que en su patria es considerado como un traidor. En el año 2000, Gorbachov intentó regresar a la palestra política rusa, presentándose como candidato para la presidencia. Entonces el pueblo ruso le pasó la cuenta: Mijaíl recibió menos del uno por ciento de los votos válidos. En Rusia, Gorbachov es considerado como un político oportunista que vendió la revolución soviética al mejor postor. Sus intentos de fundar un partido social-demócrata fracasaron rotundamente al no cumplir con los requisitos básicos: representación en la mitad de las regiones rusas y un mínimo de 50.000 firmas.
La filosofía gaucha es rica en sabios proverbios, y uno de ellos dice así: “…el gaucho le soba el lomo al caballo para montarlo…” Muchos son los políticos de izquierda (ex guerrilleros arrepentidos incluidos), hombres de letras o de ciencia que se han dejado adular por las circes del capitalismo. Algunos reciben títulos nobles, otros, condecoraciones como los premios de la paz, ciencia y literatura o más de un trabajito en alguna institución internacional como
Michael Gorbachov, cartero del imperialismo, llegó a Cuba en abril de 1989 con su misiva reformista y aunque algunas veces sucede, que el envío no llega a CASA, por razones de negligencia u otros motivos del correo nacional de Cuba o bien el destinatario no se encuentra en
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