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viernes, 2 de mayo de 2014

AL ORFEBRE DE LA MUSICA POPULAR BAILABLE DE CUBA





Han pasado casi 24 horas de su deceso y aun tengo el pecho apretado por la trascendencia de la noticia.

La partida del orfebre de la música bailable cubana deja a un pueblo entero llorando su inesperado viaje a la eternidad.

 Es como si alguien hubiese arrancado de raíz la más frondosa ceiba, el más hermoso ejemplar del cedro, ese árbol  que se enfrenta a los huracanes y los vence

Es como si la naturaleza hubiese decidido silenciar el canto de las aves, despojarlas de sus bellos colores, condenándolas a una mudez insospechada.

Es como si las aguas del arroyo hubiesen detenido su andar hacia los ríos, dejando sobre el lecho de estos toda la cubania que partió siempre de las cuerdas de un bajo maravilloso.
 


Que cruel es la vida que de manera brutal nos arranca un pedazo de nosotros mismos, que cercena la trayectoria de un rey cuya corona está  asentada en las rudas manos del obrero y del campesino.

Quien nos contara ahora nuestras propias historias?

Quien nos hará bailar sonriendo escuchando las expresiones populares que tan magistralmente asimilo en cualquier esquina, en cualquier teatro?

Sencillamente estamos  en un momento de tristeza que propicia quien tanto nos alegro los sentimientos, quien hizo disfrutar a toda Cuba con su ingenio, llevando al pentagrama, con el talento de los dioses, nuestra manera de caminar, de hablar, de reír, de cantar.

Formell, quizás no sabes aun lo que has hecho dejándonos como cualquier mortal sin agua en medio del desierto,

con la única esperanza de encontrar un oasis, ese oasis que es tu música y es tu agrupación.

Claro que mereces mas palabras, pero las musas, consternadas, no dejan que afloren, quizás porque la mejor manera de homenajearte es escuchar tu música, la que nos hizo viajar durante 45 años por los senderos de la felicidad, acendrada en la más autentica cubania.