Por el MsC. Ludín B. Fonseca García.
Director de la Casa de la Nacionalidad Cubana
Bayamo.
El culto a la virgen de la Caridad en la extensa zona del Cauto-Guacanayabo se remonta al siglo XV, cuando arriban los primeros españoles. De acuerdo a una leyenda, un grupo de conquistadores sobreviviente a un naufragio halló hospedaje en el cacicazgo de Macaca, donde vivían tribus aborígenes dedicadas a la agricultura y la alfarería. Los españoles introdujeron en Macaca el conocimiento de Jesucristo, la devoción de la Virgen María e instaron al cacique a adoptar los ritos católicos. Al abandonar el grupo este lugar dejarán a uno de ellos para catequizar y bautizar a los aborígenes.
La devoción a la Caridad se inicia, así, en los primeros contactos entre indígenas y españoles. Pronto va a expandirse, cuando se le consagre una iglesia y un altar para su adoración, y el panteón aborigen coloque a la virgen en el lugar de las antiguas divinidades.
El culto a la virgen de la Caridad conquistará otros espacios geográficos en el segundo semestre de 1515, cuando Bayamo asuma la responsabilidad político-administrativa de San Salvador y los españoles se establezcan aquí junto a los indígenas encomendados. La devoción se extiende aún más con el poblamiento de la jurisdicción y el crecimiento de su economía, apoyada principalmente en la ganadería y el intercambio comercial.
En los inicios del siglo XVII la oligarquía bayamesa enfrenta dos situaciones generadas por el comercio de rescate y contrabando, ambas de significativa importancia por lo que ayudan a definir la identidad del bayamés y, de modo general, el proceso de formación de la nacionalidad cubana. En 1603 es capturado Fray Juan de las Cabezas Altamirano por el pirata Gilberto Girón en la zona del Guacanayabo y los bayameses pagan un rescate por su liberación. Los detalles de lo ocurrido, incluida la decapitación del contrabandista, son recogidos en Espejo de Paciencia, primera obra literaria cubana. El segundo incidente ocurre en diciembre del mismo año, cuando a instancias del gobernador Pedro Valdés, Melchor Suárez de Poago se traslade hacia Santiago de Cuba y Baracoa para reducir a prisión a veinte personas vinculadas con el comercio de contrabando y luego remitirlas hacia La Habana. Los bayameses se oponen resueltamente a esta determinación: toman las armas, parten a los montes y ocupan las vías de comunicación terrestre y fluvial para evitar que se lleven a los sentenciados. Melchor teme ejecutar la medida. La oligarquía apela al rey exigiendo que los encartados sean juzgados en la villa de Bayamo. Finalmente logra el apoyo del monarca e impide la ejecución del proceso.
El territorio de Nipe formaba entonces parte de la jurisdicción de Bayamo. Era una vasta extensión de tierra con criaderos de ganado y terrenos fértiles para todo género de cultivo. La oligarquía bayamesa planeaba convertir la bahía en el puerto natural de la jurisdicción. El hallazgo en 1612 de la imagen de la virgen de la Caridad en la bahía de Nipe, se produce después de estos dos acontecimientos. Este hallazgo va a iniciar una nueva etapa en la devoción a la Caridad, que eventualmente se extenderá al resto de la isla.
El fray Francisco Bonilla, guardián del convento de San Francisco de Asís en Bayamo es el primer funcionario católico en autorizar, en 1628, el culto de la virgen.
En diciembre de 1683, 71 años luego de de su aparición, Inés de Torre funda una capellanía y pide que se realicen misas en el Altar y Capilla de la virgen de la Caridad, ubicado en la Parroquial Mayor de Bayamo. Esta es la referencia más antigua de un lugar de culto fuera del Cobre.
El bayamés Carlos Manuel de Céspedes, que el 10 de octubre de 1868 inicia en su ingenio Demajagua la revolución independentista, conocía del culto a la virgen antes de la conflagración. Como abogado defiende a residentes de la hacienda comunera Macaca (su familia tenía aquí propiedades), que desde el siglo XV contaba con una iglesia para honrar la virgen.
La devoción a la Caridad se inicia, así, en los primeros contactos entre indígenas y españoles. Pronto va a expandirse, cuando se le consagre una iglesia y un altar para su adoración, y el panteón aborigen coloque a la virgen en el lugar de las antiguas divinidades.
El culto a la virgen de la Caridad conquistará otros espacios geográficos en el segundo semestre de 1515, cuando Bayamo asuma la responsabilidad político-administrativa de San Salvador y los españoles se establezcan aquí junto a los indígenas encomendados. La devoción se extiende aún más con el poblamiento de la jurisdicción y el crecimiento de su economía, apoyada principalmente en la ganadería y el intercambio comercial.
En los inicios del siglo XVII la oligarquía bayamesa enfrenta dos situaciones generadas por el comercio de rescate y contrabando, ambas de significativa importancia por lo que ayudan a definir la identidad del bayamés y, de modo general, el proceso de formación de la nacionalidad cubana. En 1603 es capturado Fray Juan de las Cabezas Altamirano por el pirata Gilberto Girón en la zona del Guacanayabo y los bayameses pagan un rescate por su liberación. Los detalles de lo ocurrido, incluida la decapitación del contrabandista, son recogidos en Espejo de Paciencia, primera obra literaria cubana. El segundo incidente ocurre en diciembre del mismo año, cuando a instancias del gobernador Pedro Valdés, Melchor Suárez de Poago se traslade hacia Santiago de Cuba y Baracoa para reducir a prisión a veinte personas vinculadas con el comercio de contrabando y luego remitirlas hacia La Habana. Los bayameses se oponen resueltamente a esta determinación: toman las armas, parten a los montes y ocupan las vías de comunicación terrestre y fluvial para evitar que se lleven a los sentenciados. Melchor teme ejecutar la medida. La oligarquía apela al rey exigiendo que los encartados sean juzgados en la villa de Bayamo. Finalmente logra el apoyo del monarca e impide la ejecución del proceso.
El territorio de Nipe formaba entonces parte de la jurisdicción de Bayamo. Era una vasta extensión de tierra con criaderos de ganado y terrenos fértiles para todo género de cultivo. La oligarquía bayamesa planeaba convertir la bahía en el puerto natural de la jurisdicción. El hallazgo en 1612 de la imagen de la virgen de la Caridad en la bahía de Nipe, se produce después de estos dos acontecimientos. Este hallazgo va a iniciar una nueva etapa en la devoción a la Caridad, que eventualmente se extenderá al resto de la isla.
El fray Francisco Bonilla, guardián del convento de San Francisco de Asís en Bayamo es el primer funcionario católico en autorizar, en 1628, el culto de la virgen.
En diciembre de 1683, 71 años luego de de su aparición, Inés de Torre funda una capellanía y pide que se realicen misas en el Altar y Capilla de la virgen de la Caridad, ubicado en la Parroquial Mayor de Bayamo. Esta es la referencia más antigua de un lugar de culto fuera del Cobre.
El bayamés Carlos Manuel de Céspedes, que el 10 de octubre de 1868 inicia en su ingenio Demajagua la revolución independentista, conocía del culto a la virgen antes de la conflagración. Como abogado defiende a residentes de la hacienda comunera Macaca (su familia tenía aquí propiedades), que desde el siglo XV contaba con una iglesia para honrar la virgen.
La ciudad de Bayamo cae en poder de los revolucionarios cubanos el 20 de octubre de 1868, convirtiéndose en la primera ciudad libre del dominio español. Importantes dignidades eclesiásticas bayamesas participan en el nuevo gobierno. El sacerdote Diego José Baptista, sacristán de la Parroquial Mayor, preside el 8 de noviembre una ceremonia religiosa en cual bendice la bandera con que se alzó el Padre de la Patria. Un coro de 12 bayamesas seis blancas y seis negras canta por vez primera la marcha guerrera.
La ciudad de Santiago de Cuba será el siguiente objetivo de los independentistas. Se toman los poblados y caseríos que la rodean, y en diciembre de 1868 cae El Cobre en manos de los mambises. Poco después Céspedes visita el santuario donde está la imagen de la virgen de la Caridad y se postra ante ella. Muchos compañeros de armas imitan el gesto.
La intervención del imperialismo yanqui va a truncar el proceso independentista. En 1902, al instaurarse la República, muchos veteranos agradecen a la virgen de la Caridad el haber sobrevivido los largos años de contienda. El 24 de septiembre de 1915 se envía una solicitud al papa Benedicto XV para que la declare Patrona de Cuba. El Papa da su consentimiento. El nombre del mayor general Jesús Rabí encabezaba el listado.
En la década de 1910, la Plaza de la Parroquial Mayor es nombrado Plaza "Jesús Rabí" para honrar la memoria de este jiguanicero incorruptible, que luchó más de 30 años por alcanzar la independencia de Cuba del colonialismo español.
La ciudad de Santiago de Cuba será el siguiente objetivo de los independentistas. Se toman los poblados y caseríos que la rodean, y en diciembre de 1868 cae El Cobre en manos de los mambises. Poco después Céspedes visita el santuario donde está la imagen de la virgen de la Caridad y se postra ante ella. Muchos compañeros de armas imitan el gesto.
La intervención del imperialismo yanqui va a truncar el proceso independentista. En 1902, al instaurarse la República, muchos veteranos agradecen a la virgen de la Caridad el haber sobrevivido los largos años de contienda. El 24 de septiembre de 1915 se envía una solicitud al papa Benedicto XV para que la declare Patrona de Cuba. El Papa da su consentimiento. El nombre del mayor general Jesús Rabí encabezaba el listado.
En la década de 1910, la Plaza de la Parroquial Mayor es nombrado Plaza "Jesús Rabí" para honrar la memoria de este jiguanicero incorruptible, que luchó más de 30 años por alcanzar la independencia de Cuba del colonialismo español.