Seguidores

miércoles, 24 de septiembre de 2008

LOS OPORTUNISTAS DESMEMORIADOS

Un plato de comida no tiene el valor que posee la dignidad de una persona, aunque esta tenga carencias alimentarias.

Cuando alguien piensa que por tener el estómago vacío las personas deben asumir una posición genuflexa, está desconociendo una de las cualidades del ser humano y que radica en esa palabra que está al inicio de este comentario: dignidad.

En estos tiempos que corren, cuando las huellas de dos poderosos huracanes están siendo enfrentadas con el esfuerzo heroico del pueblo cubano, surge desde el norte, ese norte de tantas tempestades, una propuesta permeada por la hipocresía propia de los que se empeñan en borrar nuestros nombres del universo.

Como cubano experimenté una ira incontenible al enterarme de la propuesta yanki, para ayudarnos a resarcir los daños de los fenómenos atmosféricos y con la condición de enviar una comisión para observar los daños en el terreno.

De pronto, los exterminadores se convertían en mansas ovejas dispuestos a despojarse de parte de sus riquezas para aliviar el sufrimiento del pueblo de la Isla, tan dañado por la fuerza de los vientos y de las aguas…y de casi medio siglo de genocida bloqueo.

Nunca había visto tamaña canallada. Así, los que persiguen las transacciones cubanas por todo el mundo para impedir que lleguen los alimentos a la Isla, se nos mostraban ¨¨solidarios¨¨ mostrando una metamorfosis increíble, en relacion con sus posiciones de siempre.

En la llamada Ciudad del Sol, hoy más conocida como la Ciudad de la mafia, Miami, las voces se han ido elevando en tono y color.

Los amantes de las acciones terroristas, aquellos que han puesto bombas en hoteles y otras instalaciones, de pronto tenían un sentimiento de amor hacia el pueblo de Cuba al que le deben tres mil víctimas mortales por esos actos de horror con el objetivo de destruir a la Revolución.

De aquel lado se han escuchado voces de quienes han preparado atentados contra los líderes de la Revolución, de aquellos que han sobrevolado nuestro espacio aéreo en franca violación de la soberanía nacional, de los que entrenan en Los Everglades preparándose para atacar a la Isla. Esos tienen ahora preocupación por nosotros

Los mismos que han apoyado las medidas del presidente Bush, impidiendo los contactos familiares o decidiendo quién es o no familia de aquel, se nos presentan ahora como los posibles salvadores de nuestra tierra, a la que han querido arrasar de San Antonio a Maisí.

Si allá se han escuchado tales gruñidos, aquí en nuestra propia tierra también existen aquellos que piensan que debemos vender nuestra dignidad por un plato de lentejas.

Los de aquí asumen la misma posición de los que allá quieren vernos con la mano extendida, para presentarnos como los mendigos del siglo 21. Estos, los de aquí, son los oportunistas desmemoriados.

No tengo la menor duda de que ¨¨nuestros salvadores¨¨ en tierras del imperio quieren ver las imágenes que han llenado de escarnio a la humanidad y que tuvieron a Haití como centro de esas humillantes escenas de personas pisoteadas por las otras, luchando por la comida, ante la agresiva presencia de la punta de un fusil presto a utilizarse.

Aquí jamás tendremos necesidad de una ¨¨fuerza de paz¨¨, la paz de nuestra patria la aseguramos nosotros, los que vivimos, trabajamos, luchamos para hacerla mejor, a pesar de las presiones del Imperio y de sus perros falderos, los terroristas de Miami, quienes volverán a morderse la cola ante la resistencia del pueblo de Cuba.

Autor: David Rodriguez Rodríguez

EL SESO SIN SAXO DE PAQUITO

Hace pocos días se efectuó Nueva York una acción cultural diferente a las que de manera común se realizan en la cosmopolita ciudad norteamericana.

Se trataba de un concierto dedicado a los cinco jóvenes cubanos presos de manera injusta en penitenciarías de máxima seguridad de diferentes Estados de la Unión Americana, por combatir desde Estados Unidos el terrorismo contra el pueblo de la Isla que se gesta en la ciudad de Miami.

Creo, que de ser un hombre sincero, el primero que debió apoyar ese concierto es el Presidente de los Estados Unidos de América, el mismo que habló un día de aquellos sesenta oscuros países del mundo, y que dijo, además, que quien protege a un terrorista, también lo es.

Pero estas palabras no están dirigidas al saliente Presidente, sino a un excelente músico, que inició en Cuba sus estudios del saxofón y que llegó a convertirse en un virtuoso de su instrumento.

Este señor, Paquito de Rivera, publicó dias antes del citado concierto en el diario Nuevo Herald de Miami, una opinión en la que descaracterizaba a aquellos colegas suyos, artistas, por haber aceptado participar en ese evento cultural.

Paquito también calificaba a Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, René González y Fernando González, como unos ¨¨fascinerosos¨¨. Tamaña ofensa no puede quedar sin respuesta.

Es ahí donde yo afirmo que el seso se quedó sin saxo.

Cómo es posible que un artista de su renombre, que se supone bien informado, acuse de esa manera vil a esos valerosos jóvenes cubanos, que con su labor de vigilancia sobre las acciones terroristas que se urden en Miami, apartaron de la muerte a tantos en esta Isla y en el propio Estados Unidos?

Sabrá este controvertido músico y analfabeto político, que se ufana de hablar de esa manera acerca de esos cinco antiterroristas que los Cinco se pasaron 17 meses en el hueco sin saber de sus familiares?

Qué sensibilidad puede tener hacia sus semejantes alguien, que como él, ya del lado de los que intentan destruir a la Revolución Cubana, se exprese de esa forma hostil y poco ética?

Esos cinco jóvenes, que quizás jamás aprendan a tocar el saxo de la manera suya, SÍ han demostrado, luego de una década de cruel encierro, durante la cual dos de ellos no han podido ver a sus esposas, que TIENENmás SESO, más VALENTÍA, y más VIRILIDAD política que las que pueda exhibir un energúmeno carente de lo mas elemental: el amor al ser humano.

Resulta una paradoja que un artista de la música, le niegue a cinco hombres nacidos en la tierra que lo vio nacer, el derecho de ser recordados a través de la cultura, como lo que son,prisioneros políticos del Gobierno de Estados Unidos.

Ellos con cinco, pero acompañados de millones en todo el mundo, solidaridad que les llega diariamente a ellos en las cárceles donde se encuentran, pero Paquito no puede ver esa manifestación de amor hacia ellos, los fríos edificios de la ciudad neoyorquina, le impiden ver el sol que los ilumina en sus celdas de castigo.

Paquito ofendió en su comentario, en ese diario, que publica todo lo que vaya en contra del pueblo cubano, a dos grandes artistas latinoamericanos: a Danny Rivera y a Victor Victor, boricua uno, dominicano el otro. Ellos son dos caribeños con más notas afinadas que las que pueda exhibir el seso sin saxo de Paquito de Rivera.

Autor: David Rodríguez Rodríguez

martes, 23 de septiembre de 2008

UNA BAYAMESA EN LA CIMA DE AMÉRICA


Desde la profundidad de sus verdes ojos, se aprecia la luz de la bondad que siempre la ha caracterizado.

Mujer con una excelente preparación profesional, es una cirujana de altura, no solo por las cualidades que su talento le confiere, sino por el amor que pone en cada acto quirúrgico, tratando de eliminar en sus semejantes cualquier dolencia.

Miembro de una familia de médicos bayameses, su padre, un conocido cirujano del Hospital Provincial Carlos Manuel de Céspedes, donde labora esta
distinguida mujer, y su hermano, con la misma especialidad y laborando en ese centro asistencial también, ella se encuentra ahora a miles de kilómetros de la patria.

Tan solo de hablar con esta médica se percata uno de la calidad humana que caracteriza a nuestros profesionales de la salud, quienes en cualquier parte del mundo, ofrecen sus servicios gratuitos a la gente mas pobre.

Ahora, esta bayamesa, cuya sonrisa es un bálsamo, se encuentra en la República de Bolivia, ayudando a un pueblo necesitado de la colaboración cubana, gracias a la presencia de un Presidente Indígena como Evo Morales.

Pero no es esta la primera experiencia de la Doctora Pérez Suárez en el ámbito internacional, ya las tierras africanas en su momento, disfrutaron de su alegría y de su capacidad generadora de esperanza, porque eso es ella, una estrella humana que comparte con los más desposeídos de este mundo su capacidad de amar.

En estos tiempos, en los que algunos en el mundo creen que la luz de la solidaridad se va a extinguir, la presencia de la Doctora Pérez en Bolivia, como la de otros miles de sus colegas en diversos continentes, son el más rotundo mentís para esas ideas.

La belleza de sus ojos está a la altura de la belleza de sus actos, incluso estando en una nación que es la cima de América, la luz que irradian son el mejor reflejo del pensamiento martiano que habla de los que aman y construyen.

Carmen María Pérez Suárez, la doctora bayamesa que se encuentra en Bolivia, amando y construyendo con los pobres de esa nación andina, lleva en su frente la misma estrella que desde La Higuera sigue trazando los destinos de este mundo.

Autor: David Rodríguez Rodríguez

lunes, 22 de septiembre de 2008

EL POETA DESGAJADO

Había una vez un poeta, (Raúl Rivero), que andaba, no por las ramas, sino por el tronco del árbol. Ese mismo poeta, (Raúl Rivero), anduvo después, no por el tronco, sino por las ramas. Tanto anduvo que estas no resistieron su peso corporal y las hizo ceder.

Entonces cayó en el vacío. Un vacío moral que hoy lo envuelve y lo hace emitir criterios totalmente alejados de la espiritualidad humana.

En este momento el poeta, (Raúl Rivero), quien conoció las hermosas noches blancas de Moscú, quiere cambiar la historia de aquel tronco del que se desgajó hacia la nada.

La poesía siempre ha sido una herramienta para el mejoramiento humano. También la música, el teatro, la pintura y la danza.

Recuerdo ahora aquellas palabras de una hermosa anciana de Santiago de Cuba, Doña Rosario. Decía ella que su hijo Frank, cuando algo no andaba bien en sus tareas conspirativas contra la tiranía de Fulgencio Batista en la Cuba de los años 50, tocaba el piano para calmar sus preocupaciones.

A Frank País, asesinado el 30 de julio de 1957, la música le devolvía la tranquilidad, la paz, envuelto él en las acciones libertarias.

En estos días los cubanos hemos estado muy ocupados en la tarea de enfrentar los efectos de los dos huracanes que han dañado sensible y sustancialmente al país.

Miles de personas han recibido los duros daños de esos fenómenos atmosféricos. Miles han perdido sus viviendas, sus pertenencias, pero no han perdido la capacidad de soñar y la nación, como lo que es, una sola nación desde San Antonio a Maisí, se levanta con la fuerza de sus convicciones para resolver los tamaños desafíos del presente.

No solo con cemento, ladrillo, arena y techos de todo tipo se está enfrentando la tragedia. Se une a ese empeño el arte que con sus manifestaciones se presenta en todos los sitios dañados, en aras de mantener la espiritualidad en este tiempo de compartir no solo el pan, sino la esperanza.

Por eso resulta abominable que un poeta, (Raúl Rivero), haya cuestionado esa noble acción de los artistas cubanos que están llevando su talento a las zonas afectadas para compartir con aquellos semejantes, no solo la alegría que llevan, también la tristeza que les pueda embargar.

El poeta utilizó a un diario de Miami para publicar sus diatribas contra los artistas cubanos, quienes a pleno sol o bajo la luz de la luna, se mantienen al lado de los que aman y construyen.

Se descalifica el poeta al llamar maromeros a los artistas que van de manera solidaria a ayudar a los más necesitados. Con ese gesto se ponen como siempre al lado de su pueblo en instantes decisivos de la historia nacional.

No son maromeros y mucho menos marionetas que se puedan manejar, como lo manejan a él, en el empeño de dañar a la Revolución Cubana.

Una perfecta marioneta es ese poeta, (Raúl Rivero), aferrado ahora a un tronco de papel moneda con los rostros de los fundadores de la nación norteamericana.

Autor: David Rodriguez

martes, 16 de septiembre de 2008

LOS CANALLAS ESTÁN ALEGRES

Los acérrimos enemigos de la Revolución Cubana, tienen la creencia de que es el momento exacto para ajustar las cuentas pendientes con el Gobierno de la Isla, a partir de suposiciones de los cubanólogos de Miami, quienes han visto en la destrucción provocada por dos huracanes, una puerta para cerrar el capítulo iniciado por el pueblo de la Isla en enero de 1959.

En la ciudad de Miami, la radio y la televisión, además de los periódicos, en su mayoría en manos de sectores recalcitrantes, se aprecia un sentimiento de alegría por los destrozos ocasionados por esos fenómenos atmosféricos, que a diferencia de una semana, han dañado sustancialmente a la economía de la Mayor de las Antillas.

Suele tenderse la mano de la solidaridad entre los pueblos, cuando una desgracia como la que sufrimos los cubanos se produce, destruyendo en horas lo que costado años en edificar. Esa solidaridad ha estado presente en estos días aciagos.

Recuerdo aquel terremoto en la década del 70 que acabó con la vida de miles de peruanos. La mano amiga del pueblo cubano llegó hasta los más necesitados. No hizo falta inspección alguna por parte de Cuba para enviar recursos humanos y medicinas al Perú, cuando lo que se urgía era de la ayuda material para enfrentar aquel desastre.

Así ha sido siempre, la Revolución Cubana ha tendido puentes de amor por encima de los puentes de la diplomacia, para socorrer a los heridos, para ayudar a los desamparados.

Cuba no exigió a ningún pueblo necesitado, la realización de una inspección para ofrecerle ayuda.

Entonces, para qué quiere el Gobierno de Estados Unidos inspeccionar las áreas afectadas por los huracanes Gustav y Ike?

No le bastan sus sofisticados satélites para captar la destrucción provocada por esas fuerzas de la naturaleza?

Por qué el Gobierno de Estados Unidos se empecina en decir una y otra vez que hace falta una comisión que evalúe los daños para enviar ayuda?

Rusia no hizo tal petición. No puso tal condicionamiento. Cuatro aviones rusos de gran porte, aterrizaban en la pista del aeropuerto Internacional José Martí, de la capital cubana. Traían la solidaridad del pueblo y del gobierno ruso. No pidieron ir a las zonas de desastre. No había necesidad de ello.

Hace tres años, un fuerte huracán destrozó a Nueva Orleáns. Los diques preparados para contener las aguas, fueron destruidos. La población desesperada no tuvo la información pertinente acerca de la peligrosidad del meteoro. Más de mil quinientas personas murieron.

Cuba le ofreció entonces a Estados Unidos, el envío de mil quinientos médicos para ayudar a los damnificados de Nueva Orleáns. Cuba no solicitó el envío de una comisión para verificar in situ, los daños ocasionados. Tampoco hacía falta tal instrumento, si lo que se requería era la ayuda a los habitantes de ese Estado.

En una posición arrogante e insensible, ese Gobierno ni se tomó el trabajo de dar respuesta a las autoridades cubanas. Ni siquiera agradeció el gesto, mientras parte de su propio pueblo moría debido a la insuficiente capacidad de atención médica.

El Gobierno de Estados Unidos ha demostrado que no desea eliminar el bloqueo económico, financiero y comercial que implantó hace medio siglo, desconociendo la opinión abrumadoramente mayoritaria de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.

Ante los violentos huracanes se han levantado voces para exigir la eliminación temporal de las medidas contra el pueblo cubano, cuando lo que se necesita es eliminar todas esas leyes que violan la soberanía de los pueblos, y dañan a los cubanos con el deliberado propósito de crear mas dificultades al pueblo de la Isla, en la creencia de que ese pueblo se levantará contra la Revolución.

No saben los cubanólogos de Washington, no saben los cubanólogos de Miami, que este país, agredido con todas las armas del imperio, no permitirá jamás que inspeccionen nuestras tierras, aquellos que han hecho todo lo posible y lo imposible por destruirla.

Cuba está en pié y con ella los hermanos y hermanas de todo el mundo, esos que no han puesto condición alguna para demostrar amor, porque el amor no exige de inspecciones.

En todo caso.¨¨será mejor hundirnos en el mar, antes que traicionar la gloria que se ha vivido¨¨

Autor: David Rodriguez

viernes, 12 de septiembre de 2008

Tiempo de calamidades, solidaridad y odio

Miami.- Sin lugar a dudas, el paso de los huracanes, Gustav e Ike, por las Antillas es causa de gran pesar y dolor para aquellos millones de personas directamente afectadas por los vientos, las lluvias y las demás consecuencias de estos dos grandes ciclones como también para todos aquellos que por ellos nos preocupamos.

Los cubanos hemos visto con horror como, primero el devastador huracán Gustav, con intensidad de categoría 4 asoló a la Isla de la Juventud y a sectores de las provincias de La Habana y Pinar del Río donde sobre todo en esta última arrasó un amplio corredor de sur a norte.

Días después el otro ciclón, Ike, entró en a la isla grande, también categoría 4, arrasando todo a su paso por el norte de las provincias de Guantánamo, Holguín y Tunas para después atravesar la extensa Camagüey, salir por su costa sur, seguir por el Mar Caribe paralelo a la costa hacia el Oeste, para entonces entrar a la Isla nuevamente por casi la misma zona por donde una semana antes pasara Gustav, deshaciendo a su paso, en horas, el trabajo de décadas de millones de cubanos y cubanas.

La nación cubana terriblemente afectada por las millonarias pérdidas sufridas entra con denuedo en la recuperación para así reconstruir lo suyo. Cuenta con la ayuda solidaria, rápida e incondicional, de pequeños y grandes países –millones de personas alrededor del mundo- que durante las últimas dos semanas han demostrado su voluntad de ayudar en un momento de tantas desgracias al pueblo cubano. Pueblo que por los últimos cincuenta años ha demostrado al mundo, con altruismo sin igual en la historia, los verdaderos alcances de la solidaridad.

Y es así como por su propio esfuerzo y recursos, y con la ayuda efectiva, desinteresada y solidaria de gobiernos y pueblos los cubanos se recuperarán de este infortunio.

En Estados Unidos, especialmente aquí en Miami, decenas de miles de cubanos también se solidarizan con su pueblo. Días terribles también se han sufrido en los hogares de los emigrados cubanos hondamente preocupados por la seguridad y suerte de sus seres queridos y por todo el pueblo cubano.

Como en veces anteriores, inmediatamente después del paso del huracán Gustav, individuos y organizaciones de la emigración cubana en esta ciudad, se movilizaron para emprender la preparación de campañas de recaudación de ayuda humanitaria a los nuestros en Cuba, sin condición alguna.

Las organizaciones que integran la Alianza Martiana: la Brigada Antonio Maceo, la Alianza Martiana –como organización individual-, la ATC, la Asociación José Martí, la Asociación de Mujeres Cristianas en Defensa de la Familia y el Círculo Bolivariano de Miami, prontamente se unieron al loable esfuerzo encabezado por la organización de carácter humanitario, Solidaridad Judía, utilizando su licencia de ayuda humanitaria requerida por el Departamento del Tesoro federal, para organizar la recogida de fondos para comprar lo que el pueblo cubano necesitare.

Pero también en Miami tiene su raíz el mal. Los demonios de la contrarrevolución, quienes en momentos de infortunio para el pueblo cubano, como éstos, demuestran abiertamente la magnitud de su odio a él. Es insondable su vileza.

La prensa aquí, que responde a esos mismos sentimientos, no hay calamidad que informe que no sea con regocijo difícil de encubrir.

Inclusive, en sus despreciables delirios, han llegado aseverar que la entrada del huracán Ike a territorio cubano por las cercanías de la Bahía de Nipe, el 8 de septiembre, día de la Festividad de la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba, el mismo lugar por donde la tradición señala la Virgen hizo su primera aparición hace cerca de 400 años, es señal de castigo divino al pueblo cubano. Hasta a esas sacrílegas y absurdas canalladas recurren.

Y si eso es la prensa puede uno fácilmente imaginarse a lo que ha recurrido la alta dirigencia de la contrarrevolución cubana y sus organizaciones para impedir que se articulen con la efectividad requerida las campañas humanitarias a favor del pueblo cubano.

La Administración Bush, en vísperas de las elecciones, se ha visto precisada, por el abrumador sentir de la emigración cubana, a otorgar, en contra de su voluntad, licencias extraordinarias que podrán permitir una ayuda humanitaria a Cuba sin condiciones.

Ojalá, por el bien de los nuestros, que estas calamidades sean las últimas de esta temporada ciclónica..

Autor: Andrés Gómez

jueves, 11 de septiembre de 2008

RITA, LA CAIMANA

Desde hace algún tiempo me propuse escribir acerca de una mujer muy conocida, primero, en Bayamo y otras regiones de Cuba, y posteriormente en sitios de la geografía mundial.

No se trata de una de esas mujeres destacadas en el ámbito de la ciencia, la técnica, el deporte o la política. Fue una de las muchas representantes del irreal sexo débil, que paseó su miseria por las calles de la ciudad, arrastrando con ella la pobreza que la envolvía entonces.

La recuerdo caminando de un sitio a otro, acompañada por algunos de sus hijos, pero también acompañada por el hambre que la obligaba a tocar puertas especialmente en las horas del mediodía, para pedir el alimento que aplacara sus necesidades.

Por sus desajustes mentales se ponía a bailar al son de cualquier música y en ese momento algunas monedas caían al piso, las que también contribuirían a pasarla mejor, pero casi siempre estaba alegre, hablando algún disparate que la gente disfrutaba y aplaudía.

Ella era reflejo de la sociedad que le tocó vivir y sin proponérselo era una denuncia contra un sistema que propiciaba la inequidad y los desequilibrios en la vida de una persona como ella carente de una familia que la protegiera.

Así anduvo mucho tiempo, quizás demasiado tiempo, hasta que le llegó la hora del disfrute que le propició el Estado Cubano, que la recluyó en el Hogar de Ancianos Lidia Doce de la ciudad de Bayamo.

Pero antes de ingresar en ese centro geriátrico, un par de músicos cubanos la pusieron alrededor del mundo: El Dúo Los Compadres cantó en disímiles sitios geográficos aquel tema: Como Baila Rita…… La Caimana.

¨¨ Bayamo tiene dos cosas que no las tiene La Habana, una
historia muy hermosa, y una
Rita La Caimana ¨¨¨.

Eso dice la composición del famoso dúo cubano.

Posteriormente, Faustino Oramas, El Guayabero, uno de los juglares cubanos, quizás el último juglar de nuestro país, se percató de la pifia y entonces escribió una respuesta que expresa:

¨¨ Bayamo como La Habana tiene símbolos de gloria,
No hay que mezclar en su historia.
a una Rita La Caimana¨¨.

Ya Rita falleció. Su muerte, rodeada del cariño de los trabajadores del Hogar de Ancianos Lidia Doce y del resto de los ancianos de esa institución, conmocionó a los habitantes de la ciudad.

Las generaciones actuales de bayameses tienen ahora la posibilidad de acercarse a la figura de Rita en el Museo de Cera de la ciudad de Bayamo, gracias al talento de la familia Barrios del municipio de Guisa.

Ella no se destacó ni en la ciencia, ni el la técnica, ni el deporte ni en la política, pero ocupa espacios en la memoria de los bayameses, quienes la veneran y le muestran a sus hijos la imagen de tan mencionada mujer.

Autor: David Rodriguez Rodriguez

martes, 9 de septiembre de 2008

NO LA CONOCÍ, PERO APRENDÍ A QUERERLA

Ada Santamaría Cuadrado, una de las mujeres mas hermosas que he conocido, me decía una vez que los revolucionarios que han transitado por el dificil camino de la lucha por la redención humana, no mueren nunca.

En esa ocasión, sentados debajo de su preferida mata de mangos del patio de la casa, me hacía pequeñas y grandes historias acerca de su familia, cuyos miembros, para mí, constituyen un paradigma para cualquier generación de cubanos.

Ella, Ada, tan dada a guardar las proezas, me explicaba, una y otra vez la importancia de la lucha por el mejoramiento humano, y lo hacía como hablando de otras personas, ocultando, por una auténtica modestia, la propia contribución personal al Triunfo de la Revolución Cubana.

Esas palabras de Adita, volvieron a mi mente al enterarme de la trágica muerte de sus sobrinos Celia y Abel Hart Santamaría, en un domingo, en el que los habaneros se preparaban para enfrentar los efectos de un huracán.

No los conocí personalmente, pero pude disfrutar de los comentarios de Celia en diversas publicaciones alternativas donde ponía tal fuerza en sus convicciones que parecía estar en medio de una batalla en la Sierra Maestra, adonde quería ir, para escalar el Pico Turquino y rendir homenaje a José Martí.

De Celia voy a guardar sus mejores sentimientos, sus certeros análisis acerca de hechos vinculados con la Revolución, de su defensa de los movimientos libertarios en América Latina, de sus discusiones con otros revolucionarios de la Isla y de otras partes, levantando siempre la bandera de la dignidad.

No era de las mujeres que se dejaban seducir por cantos de sirena, llegaran de donde llegaran, ella tenía muy claro el concepto que enarboló como estandarte en su azaroso andar por las vías de la comunicación periodística.

Celia no cedió nunca en sus principios.No siempre logró que todos la entendieran en toda la majestad de sus expresiones, pero queda, por suerte, la impronta de su presencia, de esa presencia que como digna mujer cubana, ocupó los espacios abiertos por este proyecto social en los que la emancipación del equivocadamente llamado sexo débil, se alcanzó definitivamente.

Estas son palabras del corazón, de mi corazón, dedicadas a una combatiente revolucionaria, que no hizo más que seguir el ejemplo de quienes la educaron con los principios inalterables de una Revolución, que su familia ayudó a consolidar.

Ada estaría hoy muy orgullosa de su sobrina. Celia amó profundamente a su tía Ada, no solo por la consanguinidad que las unía, creo que por encima de eso, se levantaba ese muro indestructible de amor que solo los revolucionarios auténticos se profesan.

En el epílogo vuelvo a Ada, a su casa, a la frondosa mata de mangos,cuyos frutos disfrutó más de una vez, y vuelvo porque como ella me dijo, ¨¨los revolucionarios que han transitado por el dificil camino de la lucha por la redención humana no mueren nunca¨¨. Celia está entre ellos.

Autor: David Rodríguez Rodríguez

miércoles, 3 de septiembre de 2008

SE FUE EL DECANO DE LOS NARRADORES DEPORTIVOS CUBANOS

La noticia corrió veloz. Ha fallecido Terencio Montero Pacheco. Y esa desagradable información me hizo recordar aquella vez cuando aprendí a valorar a un locutor. La humanidad perdía a uno de los pintores más afamados: Pablo Picasso y al enterarme del hecho escribí una crónica dedicada al artista. La cabina central de Radio Bayamo la ocupaba aquella tarde nuestro compañero Terencio, quien animaba un espacio musical como solo él podía hacerlo. Le expliqué el motivo de mi presencia en el estudio y le entregué el documento. Lo leyó a primera vista. Firme. Haciendo las pausas correspondientes, para que el mensaje llegara con todo nitidez a la audiencia. Asumió en ese momento una pose patriarcal. Estaba leyendo sentimientos dedicados a otro Patriarca, en ese caso del lienzo y el pincel. Es triste hablar en pasado de alguien quien hasta ayer fue presente. Pero me quedan las vivencias, me queda la memoria de todo lo vivido, de todo lo disfrutado y sufrido cerca de él. No era hombre de medias tintas. Azul o blanco. Siempre con una sonrisa a flor de labios y un espíritu de trabajo que lo consagrò con frases que ahora jamás podremos olvidar. Dejó espacios en esta emisora que aún se mantienen. Uno de ellos, Voces de México, lo fundó hace más de sesenta años. He ahi su raíz. He ahí su huella, que lo trasciende y lo trascenderá cual hijo pródigo. Ser humano al fin, virtudes y defectos tenía. Quién No? Pero prefiero recordarlo alegre, sonriente, como cuando compartíamos momentos gratos junto a otros compañeros de la radio. Momentos propicios para las historias individuales, las anécdotas amorosas, la pasión por los hijos, especialmente Alexis, a quien la vida le arrancó cruelmente, la pasión por la vida, y la pasión extrema por el deporte. La pelota era su gran entretenimiento, no concebía la narración de los juegos como un trabajo, sino como una diversión.
El béisbol lo llevó a todo el país, cosechando amigos, despertando la admiración de muchos por su irrepetible manera de describir las jugadas Tuve la dicha de acompañarlo en algún que otro periplo tras los juegos de pelota y en Pinar del Río en un enfrentamiento entre el equipo local y Orientales, pude percatarme del cariño de los colegas de los medios nacionales hacia él.
No le faltó jamás a Terencio el recuerdo de los oyentes. Siempre preguntaban por él. Y cuando eso sucede es que se ha dejado un buen camino en la vida. Sucede cuando se ha labrado una historia llena de acontecimientos, tales como en aquellas jornadas de las finales de la pelota provincial en Granma, que dirimían los equipos de Yara y Jiguaní. Los de Yara decían que apoyaba a Jiguaní. Los de Jiguaní decían que apoyaba a Yara. Pero era la pasión por el deporte nacional lo que influía en aquellas suposiciones de la afición. El decía: Ni con uno ni con el otro: por el espectáculo. La radio en Granma inclina sus antenas en homenaje a un hombre que hizo reir, que hizo lo que le correspondió en su tiempo. Un hombre que jamás renunció a su terruño, que amó profundamente a su ciudad y a su gente. Un hombre que desde hoy cabalga en la memoria de su pueblo, como lo que fue: El Decano de los Narradores Deportivos Cubanos.

Autor: David Rodríguez Rodríguez

martes, 2 de septiembre de 2008

GUSTAV DESTRUYÓ, PERO NO VENCIÓ A LOS CUBANOS

El Huracán Gustav pasó por Cuba, dejando una estela de destrucción, provocada, fundamentalmente, por los fuertes vientos asociados ese fenómeno atmosférico.

Se ha dicho por los especialistas en esta materia, que Gustav ha sido uno de los huracanes que más fieramente ha atacado a Cuba, lo que requirió de una movilización extraordinaria de todas las fuerzas encargadas de la seguridad de la población, con el objetivo de evitar desgracias personales.

La organización de la Defensa Civil, un gigantesco organismo con ramificaciones hasta el nivel de barriadas, tanto en las ciudades como en los campos, probó nuevamente su valía, logrando que la población proclive a la evacuación, lo hiciera de manera ordenada y segura.

Como en otras ocasiones, los cubanos respondieron al llamado de la Defensa Civil en el sentido de no esperar la cercanía del fenómeno atmosférico para tomar la decisión de evacuarse. Ya algunos, cuando el peligro se avizora ni siquiera esperan por las autoridades, y se instalan en sitios seguros, en casas de vecinos con mejores condiciones, pero todos con el interés de proteger sus vidas.

No se escatiman esfuerzos ni recursos. Todo se pone en función de la protección de la población. Todas las entidades, con sus equipos, se subordinan a la dirección de la Defensa civil a nivel provincial, municipal o al nivel del barrio, pertenezcan a las Fuerzas Armadas, Revolucionarias a la Construcción, al Transporte o a las Comunicaciones.

Cierto es que Gustav golpeó duro, muy duro a los cubanos, especialmente a los habitantes de la Isla de la Juventud y a la provincia de Pinar del Río. Los daños son cuantiosos. La afectación a la economía de este país, bloqueado y asediado por Estados Unidos, ha recibido un golpe bajo por parte de la naturaleza.

Pero en medio del desastre, en medio del dolor por los perjuicios ocasionados, ningún ciudadano ha quedado a merced de la insensibilidad y de la apatía, todos saben que no quedarán desamparados y que lo poco que pueda existir en cuanto a recursos, se pondrá a su disposición de manera inmediata.

El huracán pasó, pero lo que no pasa, se mantiene, es la entereza de los cubanos ante estos fenómenos atmosféricos, que cada vez son más potentes y peligrosos, y que constituyen amenazas permanentes para los que vivimos en el Caribe.

En medio de las dificultades, la ciudadanía no quedó sola. Los enfermos recibieron la atención que requerían. La vida no se detuvo ante tanta monstruosidad creada por las fuerzas de la naturaleza.

Un ejemplo lo tuvimos en la Isla de la Juventud. La noticia se escuchó en el espacio de la Mesa Redonda. No hubo aspavientos con esa información. Quien la dio, un periodista pinero, lo dijo sin hacer hincapié en la importancia de la misma.

Pasó que en medio de la destrucción originada por Gustav, los enfermos con dolencias renales, pudieron dejar de recibir el servicio de hemodiálisis, debido a las condiciones en que quedó la principal instalación hospitalaria de la Isla de la Juventud.

De nuevo se puso de manifiesto el humanismo del proceso revolucionario cubano. Se dispuso de un avión para trasladar a esos pacientes hacia la capital cubana, donde quedarían ingresados para recibir el tratamiento necesario que requieren sus dolencias.

El periodista no informó del hecho de manera sensacionalista, y no lo hizo porque sabía que en Cuba ese hecho no es excepcional, es un hecho cotidiano, cuando se trata de salvar la vida de una persona.

En este momento, trabajadores de diferentes provincias y pertenecientes a diversos sectores de la economía, se encuentran o se encaminan hacia las áreas más dañadas por el huracán, muestra de la unidad prevaleciente entre los cubanos.

Yo que vivo en el Oriente de la Isla, sitio por donde pasó muy cerca de nosotros ese dañino huracán Gustav, soy testigo de la entereza conque se enfrentan aquí estos fenómenos atmosféricos, aún cuando dejan una huella destructiva difícil de olvidar. Esa misma entereza es la que muestran hoy los cubanos de la Isla de la Juventud y de Pinar del Río.

Ellos no están solos en este momento, cuando la virtud y el amor entre nosotros, alcanza cotas más elevadas que las nubes que acompañaron a Gustav en su arrollador paso por nuestra hermosa tierra.

Autor: David Rodríguez