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viernes, 21 de septiembre de 2018

RESPETO A NUESTROS PRÓCERES

Bayamo es una ciudad bella, limpia y con una población que siente orgullo de habitarla, por su historia pasada y la presente que continúa siendo atrayente para quienes la visitan.
Nuestra Villa tiene muchas bondades que la hacen fuerte en campos tan diferentes como el comercio y la gastronomía, servicios comunales, salud pública y educación.
Cada día los bayameses nos levantamos con el deseo de hacer algo perdurable para la ciudad, algo como un legado en el que dejemos reflejado nuestro andar por esas calles tan cargadas de historia.
Queremos una ciudad aun más bella, ordenada, limpia, con parques bien atendidos en su jardinería y con las imágenes de los próceres respetadas por niños, jóvenes y adultos.
He ahí un problema que en estos días cobra fuerza lamentablemente en plazas importantes de la ciudad y que reciben casi diariamente el irrespeto de algunos jóvenes amantes del fútbol.
Es doloroso ver en momentos de lluvias a esos seguidores de los grandes del fútbol descargando la potencia de sus pies en las figuras de Carlos Manuel de Céspedes y de Perucho Figueredo.
Irrespetuosas esas imágenes que se pueden observar en la Plaza de la Revolución de Bayamo, frente a la sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular, sin que autoridad alguna les llame la atención.
Lo mismo sucede en los mausoleos que guardan los restos de los grandes hombres del 68 Francisco Vicente Aguilera y José Joaquín Palma puntos ubicados en la calle Martí de esta ciudad de Bayamo.
Cómo es posible que estos hechos sucedan y no haya una acción que los detenga, ni una llamada de atención a los padres de esos jóvenes que con su proceder empañan la imagen de la ciudad?
Podrá dormir con tranquilidad aquella persona que tiene en sus manos las herramientas para eliminar esas prácticas deportivas en sitios inadecuados y que afean nuestro entorno?.
No se trata de sancionar a aquellos que se empeñan en convertir nuestras sagrada plazas en canchas deportivas, sino de persuadir, aconsejar, sugerir a los jóvenes y sus padres.
En definitiva la ciudad también les pertenece a ellos y se supone que la quieran engrandecer, eso se logra demostrando el respeto que la Villa merece para que siga siendo orgullo de todos.