Los
bayameses queremos una mejor ciudad, esa urbe que se ama tanto y a la que se ha
honrado por hombres y mujeres ilustres a lo largo de su existencia, con una
historia digna de tantos elogios.
Bayamo
es una ciudad de símbolos, tiene tantos que a veces hay quienes creen que eso
podría abrumar la memoria de los que aquí vivimos, pero no es así, por suerte,
vivimos orgullosos de todas las luces que ha dado.
Y si
de luces se trata no se pueden soslayar las luces salidas de aquellos fusiles y
revólveres que nos dieron una ciudad libre el 20 de octubre de 1868,
precursoras de la que iluminó a la patria casi tres meses después.
Y es
que nuestra ciudad atesora muchas señales que indicaron la ruta destinada a
alcanzar la emancipación nacional, lucha en la que cayeron insignes hijos de
esta tierra que bañaron con su sangre.
Nada
más hermoso para una ciudad como la nuestra la preservación y conservación de
ese patrimonio que nos han legado nuestros tatarabuelos y abuelos.
Nada
más hermoso que contribuir, desde el ámbito de cada ciudadano a perpetuar todo
lo que hemos heredado y que está maravillosamente salpicado por el amor que
entregamos a este punto geográfico.
No
hay duda de que parte de ese patrimonio que ha hecho grande a este pedazo de
Cuba, tan querido y respetado por los habitantes de la Isla, que cada año,
vienen como en peregrinación, a brindarle su respeto.
Tenemos
la suerte de contar, como parte de ese patrimonio, con la Plaza donde se
interpretó por el pueblo liberado la letra de lo que hoy con infinita pasión
llamamos Himno Nacional.
Pero
mucho antes, esa música había sido el momento estrella de aquella del Te Deum
con la presencia de las principales autoridades españolas de la ciudad, que se
movían inquietas con aquel sonido nada religioso.
Muchos
de aquellos músicos dejaron sus nombres en la historiografía de la patria,
ellos se convirtieron en protagonistas de un hecho singular, insoslayable en el
devenir de nuestras luchas.
A
esa Banda, que viene con tanta historia queremos verla nuevamente en la Plaza
de la Revolución elegantemente vestida, reestrenándose en las retretas tan
famosas en la ciudad.
A
esa Banda queremos verla tocando esa música que al decir de Martí no es más que
el hombre escapado de sí mismo, los bayameses queremos verla como en sus
mejores tiempos.
Atendida
por lo que significa para la ciudad y la historia de Cuba, atendida en su sede,
que hoy corre el peligro de perderse, con lo que haríamos un innoble gesto a su
trayectoria.
Los
bayameses queremos ver a esa, nuestra Banda, interpretando no solamente
marchas, sino valses, jazz, danzones, sones y todo ese repertorio que la
caracterizó durante toda la vida.
Músicos
de valía la integran, su dirección es de una calidad reconocida, solo se
necesita que todos las instituciones, esas que velan por la cultura y especialmente la música,
ayuden a recuperarla.