Lunes, 16 de Diciembre de 2013
Por Danelia Acosta Brizuela/ Luis Carlos Palacio Leyva
Caracterizado
por un relieve llano y en la porción noroeste de Granma, al suroriente de Cuba,
se ubica el municipio de Río Cauto, cuyo nombre debe al río, navegable en
épocas pasadas.
Durante años, sus moradores sufrieron la explotación, primero de los
conquistadores españoles y luego de los capitalistas norteamericanos, quienes
levantaron en ese sitio un ingenio azucarero, construido por la Cuban Canadian
Sugar Company S.A.
Como en el lomerío granmense, también en las llanuras del Cauto los mambises y
los rebeldes llevaron a cabo importantes batallas. Allí, el Movimiento 26 de
Julio tuvo dos figuras descollantes: los capitanes Gerardo Hernández Silva
(Machado) y Orlando Lara Batista (Larita).
Además, las columnas número dos y ocho atravesaron el territorio y efectuaron
varias operaciones de
conjunto entre el Señor de la Vanguardia y el
Guerrillero Heroico.
Cuenta el historiador de la demarcación, Manuel Salvador Cedeño García, que el
15 de diciembre de 1958 se hicieron realidad las ansias de libertad de sus
moradores, cuando los soldados que quedaban en el cuartel huyeron esa mañana
cobardemente.
Al triunfar la Revolución
el lugar fue iluminado por el socialismo de Fidel Castro. Entonces comenzaron a
aplicarse medidas dirigidas a sanear los males heredados del tiránico régimen
batistiano.
El marabú, la breña y la improductividad de sus fértiles tierras quedaban en el
pasado, aquel panorama desalentador se transformó en planes cañeros, arroceros,
ganaderos y de otros cultivos que proporcionaron avance a la localidad.
Cuando todo parecía marchar por buen camino, un fenómeno natural nublaría
nuevamente el cielo. La tristeza, la desolación, la pobreza... volvían a
apoderarse de aquel valle.
El ciclón Flora arremetía con todas sus fuerzas sobre el Cauto, en octubre de
1963. El agua alcanzó niveles jamás imaginados por los habitantes de la zona.
En cuestiones de horas, caseríos, bateyes y pueblos enteros quedaron totalmente
devastados.
Las manos trabajadoras no se hicieron esperar, los sobrevivientes, guiados por
el Comandante en Jefe, comenzaron a reconstruir la comunidad. Inmediatamente
levantaron escuelas, círculos infantiles, puestos médicos, farmacias, cines,
bibliotecas, áreas deportivas, entre otras obras sociales y culturales, que han
perdurado hasta la contemporaneidad.
Miguel Frómeta Machado, primer secretario del Partido del territorio, explicó a
La Demajagua
que sus habitantes tienen sobradas razones para festejar el aniversario 55 de
su liberación, a pesar del complejo escenario del país.
"La producción de alimentos es una de las prioridades en las que estamos
enfrascados actualmente, muestra son las más de 30 mil hectáreas que hemos
entregado a usufructuarios para la producción de arroz, leche y de carne,
renglones que sustituyen importaciones", informó el dirigente político.
Agregó, que Río Cauto -tercera economía de Granma- celebrará la efeméride con
el plan de producción de camarones cumplido, este sábado, con más de mil 740
toneladas, actividad que no exhibía resultados satisfactorios desde hace siete
años.
Explicó que los esfuerzos están centrados en culminar la siembra de caña antes
de que finalice el 2013, para garantizar una buena zafra, pues el central Grito
de Yara es de los que decide en la provincia y todavía tienen el sabor amargo
de haber incumplido en la pasada contienda.
Por su parte, Reynaldo Montoya Cedeño, presidente de la Asamblea municipal del
Poder Popular, calificó este período de próspero en la economía, pues alcanzó
la mayor producción mercantil de su historia, más de 350 millones de pesos, con
el 7,8 por ciento por encima de lo previsto, logro que también muestran otros
indicadores, gracias a la industria azucarera, el cultivo del arroz, la
producción de miel y la camaronicultura, mientras Educación, Cultura, Salud y
Deportes también caminan a buen ritmo.
Sin dudas, el municipio exhibe una imagen diferente a la vista de oriundos y
visitantes, pero el reto es seguir trabajando para satisfacer las demandas del
pueblo y mejorar la calidad de vida en cuanto al fondo habitacional, el abasto
de agua y los viales, principalmente.
