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Los médicos cubanos andan por muchas partes del mundo llevando
sosiego ante el dolor de muchos de los habitantes de esta Aldea Global
que se llama Tierra.
Desde aquel momento fundacional escenificado con el envío de una
brigada médica de la isla a Argelia, hasta el sol de hoy, millones de
hombres, mujeres y niños han recibido la atención de nuestros galenos.
Han ido a socorrer a las víctimas de terremotos, huracanes o de
crueles enfermedades sufridas por personas, especialmente pobres en
decenas de naciones del mundo.
Esos profesionales cubanos han dejado a buen recaudo a hijos,
esposas, esposos, padres, para entregarse completamente a atender a los
necesitados de sus servicios en cualquier continente.
A una de esas médicas la vi trabajando intensamente en los cerros de
Caracas, Venezuela, matando los dolores acumulados por tantos años de
gobiernos insensibles, apartados de los sufrimientos populares.
Ella, siempre sonriente, recibía en su consultorio a los pacientes
que urgían de sus servicios confiados en la preparación y talento de los
médicos cubanos, vilmente atacados por la oposición desde su llegada.
Pudo más la solidaridad y la ejemplar actitud de ese personal, para
derrotar las campañas insanas de esa oposición carente de moral para
tratar de minimizar el impacto de la presencia de los médicos cubanos.
Esperanza Olivera Guerrero honró su nombre en esos parajes caraqueños
donde dejó una estela de amigos, de simpatía y reconocimientos, pues
cumplió su deber siendo leal a sus principios.
Retornó de la República Bolivariana de Venezuela y se incorporó de
inmediato a su área de trabajo, sin perder la sonrisa ni la amabilidad
demostrada en tierras sudamericanas.
Luego de un tiempo en sus labores cotidianas en la ciudad de Bayamo,
se presentó la ocasión de entregarse nuevamente a otra misión, el
programa Mas Médicos, impulsado por Dilma Roussef, Presidenta de Brasil.
Allí
ocurrió lo mismo, la derecha, que es una sola en este mundo, también se
opuso a la presencia de los médicos cubanos, calificándolos de agentes
del Gobierno de Cuba y de personas inexpertas para ejercer.
La verdad se impuso y allá se encuentran miles de galenos de la isla,
llevando la tranquilidad a la ciudadanía
más pobre de esa nación
sudamericana que vive en las zonas más apartadas.
La doctora Esperanza accedió a responder las interrogantes enviadas a
través del correo electrónico para hablar de su labor en la zona donde
se encuentra ubicada.
Doctora, ¿qué podría decirme acerca de sus experiencias como parte del programa Mas Médicos en Brasil?
“Al llegar a Brasil fui ubicada en el municipio Barro Alto que posee
un área aproximada de 417 km2 y una población estimada de 13 613
habitantes y distante unos 500 kilómetros de Salvador capital del Estado
de Bahía”.
“Barro Alto es uno de los municipios de mas reciente creación en el
Estado con una economía que depende principalmente de La agricultura,
destacándose en la producción de maíz, yuca, vegetales y otros”.
“Yo trabajo en una zona rural llamada Gameleira ubicada a 40
kilómetros del municipio cabecera ,a la cual pertenecen otros poblados
cercanos con una población pobre con bajo nivel económico, cultural , y
que viven en condiciones muy malas”.
“Las
enfermedades más frecuentes en La población son diabetes mellitus,
hipertensión arterial relacionado esto con su cultura culinaria pues son
grandes consumidores de harina de maíz y yuca dos alimentos que no
faltan en su cocina diariamente”.
“Además de estas enfermedades crónicas predominan otras infecciosas
como enfermedad del chagas, lenmaniasis, parasitismo intestinal y lepra.
“Desde El punto de vista profesional He crecido como medico He tenido
que enfrentar enfermedades desconocidas en Cuba , aprendí que Brasil no
es la telenovela que tanto nos gusta ver, detrás de este paraban existe
mucha miseria y desigualdad social”.
“Descubrí también que a pesar de ser personas pobres en recursos
materiales son ricas espiritualmente, porque sobra en ellos la
solidaridad el humanismo y el amor por el prójimo siendo además muy
religiosas”.
“La acogida de los pacientes relacionada con mi trabajo hasta el
momento ha sido maravillosa, estas son palabras mágicas que escucho
todos los días sea bienvenida, Dios la bendiga, buen trabajo”.
“Venezuela y Brasil son dos misiones que me han hecho crecer profesionalmente”.
“Lo que más extraño de Bayamo es la familia, mis hijos, los amigos,
las calles, la Plaza de la Revolución con su reloj, los sábados de
Cubanía en fin a toda mi ciudad”.
Editado desde la ciudad de Bayamo, Cuba, por el periodista David Rodríguez Rodríguez.
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jueves, 16 de octubre de 2014
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