Escrito por Pedro Espronceda Figueredo. Fotos Marlene Herrera Matos
Manzanillo.
Enero 3.- La sorpresa fue lo primero que afloró al rostro de Reynaldo
Toledo Leyva cuando fue fotografiado, mientras él mismo, cámara en mano,
retrataba a una joven que solicitó su servicio en el estudio, ubicado
en la sala de su vivienda de la calle León número 143, en esta ciudad.
Y
es que Toledo ejerce la profesión de fotógrafo, como cuentapropista,
desde hace 20 años. Cuenta al respecto que “ello me vino desde que
trabajaba como técnico de Rayos X en el hospital Celia Sánchez Manduley,
porque tirar placas es hacer las fotos por dentro, internamente a las
personas y el cuarto oscuro y el revelado se ligaron a las fotos por
fuera”.
Si
detenerse en su trabajo, ahora con un niño de apenas un mes de nacido,
dice que “siempre la fotografía fue mi hobby, primero con mis hijos,
porque me gustaba, hasta hacerlo profesionalmente en cumpleaños, fotos
para carné de identidad, pasaporte y otros tipos, siempre con amor y el
mejor deseo de satisfacer al cliente”.
Fotografía
es un término que proviene de la unión de dos palabras del griego,
foto, que se traduce al español como luz y grafía que significa
escritura, por lo que es algo así como “escribiendo con luz”. Eso y un
poco más hace Reynaldo Toledo Leyva, quien considera que “para lograrlo hay que trabajar siempre con el mayor ánimo, ya que puede fallar la cámara, tener un defecto de flash, pero nunca debe fallar el deseo de hacer las cosas bien”.
Siente
satisfacción en cada foto que logra porque “en ellas va la seriedad y
calidad con que realizo mi trabajo, para lo cual oigo al cliente, lo que
quiere, que desea y entonces técnicamente aplico la parte artística y
conciente además que la mejor foto es la que hago todos los días, con
amor y entrega total”.
Sonriente
se despide, pero antes recuerda que ha fotografiado la selección de la
sirena y sus corales en los carnavales infantiles o el programa radial
Ecos del Carnaval y otras muchas otras actividades políticas y sociales
en este territorio, en sus más de 20 años de experiencia en la
profesión, expresando con firmeza que “soy el único que ha retratado por
dentro y por fuera a las personas”.
Vaya
el reconocimiento a los miles de manzanilleros, aficionados o
profesionales, que ejercen esta profesión, en ocasión de celebrarse hoy
el Día del fotógrafo iberoamericano, efeméride que desde 1849 cada año
se festeja el 3 de enero, por abrirse en La Habana, en esa ocasión, el
primer estudio fotográfico de Cuba y América Latina.