Fotografía: Archivo Redacción Digital
Más
allá de una belleza y un misterio infinitos, el mar guarda un universo
extraordinario reinado por especies diversas y preciadas al paladar del
hombre. Debido a las posibilidades culinarias que estas ofrecen y a la
peculiaridad de sus sabores, en todas las latitudes del mundo existen
centros gastronómicos dedicados exclusivamente a los productos marinos.
En Granma uno de dichos sitios es el restaurante “El
Cabo” de segunda categoría, sito en la comunidad niquereña de Cabo
Cruz. Allí se hace la magia en la cocina a partir del rejo de langosta,
el camarón y pescados de escama como el pargo, la cubera y la sierra.
Con cinco años de funcionamiento, la unidad exhibe
en la actualidad una imagen renovada y un mayor confort. Esto obedece a
la revitalización implementada allí en diciembre último, que incluyó el
techo de la terraza, pintura, luminarias y la recuperación de la
instalación hidráulica en los baños. Asimismo se adquirieron nuevos
manteles y trajes de marineros para cada uno de los trabajadores.
Según Miriam Muñoa López, almacenera del restaurant,
en el 2011 el cumplimiento del plan de ingresos estuvo afectado por dos
factores esenciales: la sistematicidad en el suministro de productos de
la cadena y la falta de clientes. Esto último estuvo determinado en
gran medida por el mal estado de la carretera Niquero Cabo Cruz. Por
fortuna para el funcionamiento de la unidad, hoy la situación en ambos
sentidos es distinta.
“Para el dos de diciembre se arregló bastante la
carretera y ya se ve un aumento de la clientela”, afirma satisfecha
Muñoa López. “Incluso en estos tiempos que normalmente son de pocos
clientes, la gente llega hasta aquí de noche y si por ellos fuera no
tendríamos un minuto de descanso”.
Los 24 obreros del centro destacan la existencia de
los recursos necesarios para un óptimo desempeño en sus respectivas
funciones. Por su parte Adalberto Sánchez, porcionador de la unidad y
uno de los obreros más sobresalientes, resaltó la calidad del pescado y
los mariscos que se adquieren.
De martes a domingo a partir del mediodía y hasta
las 9:40 de la noche, el restaurant acoge a clientes nacionales y
extranjeros que constatan el prestigio bien ganado en el municipio por
el colectivo del centro. La opinión popular enfatiza la calidad de las
ofertas, la variedad, el ambiente acogedor y la esmerada atención que se
ofrece allí a los consumidores.
Quienes gustan de un buen pescado frito, un filete
canciller o un coctel de camarones pueden hallar en el restaurant “El
Cabo” el Edén de la culinaria marina y, sin temor a equivocarme, el
centro más digno de la gastronomía niquereña.
Para mayor elegancia la instalación rebasa la mera
oferta de platos suculentos y ofrece una terraza con vista al mar. Desde
allí el cliente disfruta la frescura, contempla las aguas y pierde la
vista en el horizonte, en muchos casos con la nostalgia anticipada de
quien vive un momento excepcional en un sitio al que, en ese instante,
no puede fijar retorno.