Seguidores

viernes, 6 de abril de 2012

EL EDÉN DE LA CULINARIA MARINA






Por Clara Maylín Castillo


Fotografía: Archivo Redacción Digital
Más allá de una belleza y un misterio infinitos, el mar guarda un universo extraordinario reinado por especies diversas y preciadas al paladar del hombre. Debido a las posibilidades culinarias que estas ofrecen y a la peculiaridad de sus sabores, en todas las latitudes del mundo existen centros gastronómicos dedicados exclusivamente a los productos marinos.
En Granma uno de dichos sitios es el restaurante “El Cabo” de segunda categoría, sito en la comunidad niquereña de Cabo Cruz. Allí se hace la magia en la cocina a partir del rejo de langosta, el camarón y pescados de escama como el pargo, la cubera y la sierra.
Con cinco años de funcionamiento, la unidad exhibe en la actualidad una imagen renovada y un mayor confort. Esto obedece a la revitalización implementada allí en diciembre último, que incluyó el techo de la terraza, pintura, luminarias y la recuperación de la instalación hidráulica en los baños. Asimismo se adquirieron nuevos manteles y trajes de marineros para cada uno de los trabajadores.
Según Miriam Muñoa López, almacenera del restaurant, en el 2011 el cumplimiento del plan de ingresos estuvo afectado por dos factores esenciales: la sistematicidad en el suministro de productos de la cadena y la falta de clientes. Esto último estuvo determinado en gran medida por el mal estado de la carretera Niquero Cabo Cruz. Por fortuna para el funcionamiento de la unidad, hoy la situación en ambos sentidos es distinta.
“Para el dos de diciembre se arregló bastante la carretera y ya se ve un aumento de la clientela”, afirma satisfecha Muñoa López. “Incluso en estos tiempos que normalmente son de pocos clientes, la gente llega hasta aquí de noche y si por ellos fuera no tendríamos un minuto de descanso”.
Los 24 obreros del centro destacan la existencia de los recursos necesarios para un óptimo desempeño en sus respectivas funciones. Por su parte Adalberto Sánchez, porcionador de la unidad y uno de los obreros más sobresalientes, resaltó la calidad del pescado y los mariscos que se adquieren.
De martes a domingo a partir del mediodía y hasta las 9:40 de la noche, el restaurant acoge a clientes nacionales y extranjeros que constatan el prestigio bien ganado en el municipio por el colectivo del centro. La opinión popular enfatiza la calidad de las ofertas, la variedad, el ambiente acogedor y la esmerada atención que se ofrece allí a los consumidores.
Quienes gustan de un buen pescado frito, un filete canciller o un coctel de camarones pueden hallar en el restaurant “El Cabo” el Edén de la culinaria marina y, sin temor a equivocarme, el centro más digno de la gastronomía niquereña.
Para mayor elegancia la instalación rebasa la mera oferta de platos suculentos y ofrece una terraza con vista al mar. Desde allí el cliente disfruta la frescura, contempla las aguas y pierde la vista en el horizonte, en muchos casos con la nostalgia anticipada de quien vive un momento excepcional en un sitio al que, en ese instante, no puede fijar retorno.

DEBE UTILIZARSE PRONTAMENTE CUALQUIER MEDIO CONCEBIBLE PARA DEBILITAR LA VIDA ECONÓMICA DE CUBA



Según documentos desclasificados del Gobierno de los Estados Unidos, el 6 de abril de 1960, Lester D. Mallory, subsecretario adjunto de Estado para los Asuntos Interamericanos, puntualizaba en un memorándum a Roy R. Rubottom Jr., entonces subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, el objetivo de las sanciones económicas a aplicar contra la Revolución cubana:
" La mayoría de los cubanos apoya a Castro. No hay oposición política eficaz [... ]. El único medio posible para aniquilar el apoyo interno [al régimen] es provocar el desencanto y el desaliento por la insatisfacción económica y la penuria [... ]. Se deben emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba [... ]. Una medida que podría tener un fuerte impacto sería negar todo financiamiento o envío a Cuba, lo que reduciría los ingresos monetarios y los salarios reales y provocaría el hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno".

Esa intención claramente genocida, expuesta del modo más impúdico, es la que aún se mantiene vigente. Casi nada ha cambiado durante más de 50 años. Mucho menos el cinismo con que las administraciones han otorgado vía libre para llevar adelante la guerra económica contra el pueblo cubano, como hizo entonces Roy R. Rubottom Jr., subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, cuando al margen del memorándum estampó esta lacónica respuesta: "Yes."