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viernes, 27 de abril de 2018

JORGE BERLANGA ACOSTA: CIENTÍFICO CUBANO Y DEL MUNDO.

No siempre se tiene la oportunidad de conversar con un científico cuyo nombre es conocido en todo el mundo por el aporte que ha hecho a la humanidad y cuya modestia aflora por cada poro de su piel.

Su casa bayamesa, ubicada en la calle Martí, acoge este encuentro en el que al principio su voz era casi imperceptible, pero que a medida en que la conversación lo llevaba a lo que es su pasión el entusiasmo creció.

Jorge Berlanga Acosta no se deslumbra por el éxito obtenido con uno de los medicamentos estrella de la medicina cubana: el Heberprot-P, único en el mundo destinado a curar las úlceras del pié diabético.

Dice sentirse orgulloso de trabajar en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología porque es allí donde ha podido desplegar sus sueños e investigaciones para bien de los habitantes del mundo.

Añade que le lacera el alma cualquier sufrimiento humano y que por esa razón se ha entregado a la ciencia en busca del alivio de los dolores de sus semejantes sea en Cuba o fuera de ella.

Berlanga tiene entre sus resultados investigativos la utilización de la crema Hebermin como elemento para el crecimiento de la piel, aplicable a pacientes quemados.

Para obtener ese medicamento le valió la estancia durante dos años en los más encumbrados laboratorios de cicatrización y cirugía plástica de Canadá, beca que consolidó su crecimiento profesional.

Cuando el científico bayamés habla de los procesos investigativos entrecierra los ojos queriendo, quizás, revivir esos momentos en los que puso todo su talento en logar el éxito propuesto.

Señala que cada cana es una señal del desvelo, las angustias y también de los fracasos a los que se exponen los hombres de ciencia empeñados con su pueblo y con la humanidad.

Recordó aquellos años del período especial cuando en medio de los esfuerzos investigativos faltaba la electricidad y se quedaba en el laboratorio en espera del restablecimiento del servicio.

Eso pasó muchas veces, pero el compromiso, el deseo y la necesidad de seguir en sus proyectos hicieron que continuara su labor al igual que sus compañeros del importante centro científico.

Berlanga señala que una de sus inspiraciones para redoblar los trabajos investigativos fue la constante presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.

Casi al terminar nuestra conversación, Berlanga hizo referencia a un hecho poco divulgado y que tenía que ver con el logro del interferón por parte de los científicos de la renombrada institución científica.

Un día se produjo una de las visitas habituales del Comandante en Jefe, y le informaron que ya habían logrado el Interferón puro a lo que Fidel respondió, ¨¨apliquenmelo a mi pero ahora mismo¨¨.
Berlanga cuenta la historia de aquel momento extraordinario con mucha emoción, muestra de la confianza de Fidel en los científicos cubanos.