Ángel Guerra Cabrera
El presidente de Estados Unidos, sus
diplomáticos y los aliados europeos acumulan intensas jornadas
intentando impedir frenéticamente que Palestina presente en la ONU su
solicitud de reconocimiento como Estado miembro. Para ello ejercen
brutales y burdas presiones sobre el liderazgo palestino pero ni
siquiera le levantan la voz al nazi Netanyau, que hace imposible
cualquier negociación. Diecisiete años en la mesa de negociaciones sin
conseguir de Tel Aviv otra cosa que más
ocupación y agresiones han colmado la paciencia de los palestinos. El
pueblo que Israel expulsó de su tierra de origen y en ese tiempo ha
continuado masacrando, encerrándolo en bastustanes y privándolo de todos
los derechos basándose únicamente en la sofisticación de su arsenal
bélico estadunidense y el apoyo de “Occidente”.
En histórica carta dirigida al
secretario general de la ONU por el presidente de Venezuela Hugo Chávez
ha dibujado muy claramente la situación: “el imperio, en éste y en
otros casos, pretende imponer un doble estándar en el escenario mundial:
es la doble moral yanqui que viola el derecho internacional en Libia,
pero permite que Israel haga lo que le dé la gana, convirtiéndose así en
el principal cómplice del genocidio palestino a manos de la barbarie
sionista” http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/09/20/carta-de-chavez-a-la-onu-reconocer-soberania-palestina-es-acto-de-justicia-historico/ .
Y es que a Barak Obama lo aterra aplicar
el veto que ha anunciado si la solicitud palestina recibiera la
aprobación de 9 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la
ONU(los 5 permanentes con derecho a veto y los 10 rotativos). Para
lograr la reelección en 2011–al parecer lo único que le interesa-
necesita los abundantes caudales del lobby sionista de Estados Unidos.
Pero, a la vez, lo horroriza que se le caiga el cartelito, labrado
mediáticamente, de amigo de las revoluciones árabes, deseoso de tratar
más amablemente que sus antecesores a los pueblos islámicos.
Es este el mismo Obama que prometió en el
discurso de El Cairo un “nuevo amanecer para el mundo musulmán. El que
dijo también que habría “un nuevo Estados Unidos” para los árabes. El
que proclamó en el hemiciclo de la ONU en 2010 que el año entrante
tendríamos “un nuevo miembro de la ONU, un estado independiente y
soberano de Palestina”. Por lo pronto, si no fuera suficiente con las
guerras contra Irak, Afganistán, Libia y las zonas tribales de Paquistán
y Yemen, vean con qué energía truena el inquilino de la Casa Blanca
contra los palestinos por el simple hecho de pedir lo que él les dijo
que defendería.
Sin embargo, son las voces nuevas las que
iluminan el gris escenario de la organización internacional. Tras la
misiva de Chávez se escuchó como un rayo la cálida y dulce voz de la
presidenta brasileña Dilma Rousseff, oradora inaugural del periodo de
sesiones de la Asamblea General de la ONU: “La mayoría de los países de
esta Asamblea creemos que llegó el momento (…) Brasil reconoce a
Palestina como Estado miembro de la ONU” .
La solicitud formal palestina de
reconocimiento como Estado miembro se presentará el viernes 23 pero al
parecer no hay fecha fija para su consideración por el Consejo de
Seguridad(CS) de la ONU y Estados Unidos y Europa están tratando de
engavetarla con pretextos de procedimiento. Difícilmente puedan
lograrlo si los palestinos obtienen los 9 votos necesarios para su
aprobación en ese órgano, lo que no es seguro. En caso afirmativo,
Estados Unidos lo impediría con el veto pero quedaría descarnadamente en
evidencia su espíritu antidemocrático e incondicionalidad hacia Israel,
razón principal por la que un acuerdo de paz es imposible en el formato
del “Cuarteto”, pues Washington está descalificado para actuar como
árbitro. En la Asamblea General de la ONU Palestina cuenta con la
mayoría necesaria para lograr el estatuto de Estado observador. Con
este, además, de asegurar su presencia en todas las agencias del
organismo, agravaría la situación jurídica de Israel como potencia
ocupante de un Estado soberano y podría acusarlo ante el Tribunal Penal
Internacional por sus escandalosos crímenes de guerra.
Israel está más sólo que nunca después de
las rebeliones árabes. Ha perdido en un año a Turquía y Egipto, dos
aliados fundamentales, y en la ONU se evidenciará como nunca el repudio
de la mayoría de la humanidad a su conducta criminal. El heroico pueblo
palestino también conquistará en las calles su primavera. Nadie lo
dude. (Tomado de La Jornada)
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