Nuestra ciudad atesora hechos que han enaltecido a la gloria de la patria escribiendo páginas de altura que se sitúan en el pináculo de las ansias libertarias de los cubanos.
Aquel 20 de octubre de 1868 Bayamo se agigantó cuando las tropas cespedianas tomaron la ciudad luego de tres días de intensos combates entre y los soldados colonialistas españoles.
El enfrentamiento, por su duración, demostró que hubo arrojo entre los contendientes, hubo, además, valentía en uno y otro bando, pero vencieron los nuestros mal armados pero llenos de amor a la patria.
Desde el 20 de octubre de 1868 Bayamo fue la primera ciudad libre de Cuba demostrándose que aunque el enemigo era poderoso más lo era el propósito de despojar a la isla de la bota colonial española.
Tres meses duró aquel gobierno de los insurrectos, período en el cual se tomaron decisiones importantes para el ulterior desarrollo de una vida menor para los habitantes de la Villa.
El 12 de enero de 1869, al no poder defender lo conquistado y teniendo en cuenta la imposibilidad de hacer frente a las tropas que se acercaban, la ciudad ardió en llamas en acto viril y épico de los bayameses.
Después volvieron las sombras sobre la ciudad, el despótico gobierno ibérico hizo de la venganza un arma de guerra y desde ese instante se vivieron momentos trágicos en Bayamo.
Pero la persistencia de los mambises no menguó, la resistencia de los cubanos propició acciones militares que dieron la señal a los colonialistas de que los cubanos no rendirían sus banderas.
Tuvieron que pasar treinta años de tenaz enfrentamiento para que la ciudad pudiera ser libre nuevamente, etapa en la que cayeron muchos mambises que no pudieron ver el sol de la emancipación.
Uno de los grandes de las tres guerras, Calixto García Íñiguez entró victorioso a Bayamo, cerrando de esa manera, definitivamente, un largo período de crueles atrocidades vividas por los bayameses.
El 28 de abril de 1898, Bayamo volvía ser libre, contando desde ese momento con el Coronel Elpidio Estrada Estrada como Comandante militar de la plaza.
Bayamo también tuvo en ese instante supremo su Alcalde, en la persona del Licenciado Manuel Planas y Rodríguez del Rey.
Editado desde la ciudad de Bayamo, Cuba, por el periodista David Rodríguez Rodríguez.
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martes, 9 de abril de 2019
BICENTENARIO DE CARLOS MANUEL DE CESPEDES
Se aproxima un día inolvidable en el que los bayameses y cubanos todos tendremos el inmenso orgullo de recordar a uno de esos hombres que nos marcó la vida por su audacia, ímpetu y valentía.
A casi doscientos años de su primer grito, el 18 de abril de 1819, Carlos Manuel de Céspedes continúa acompañándonos desde la montura de su caballo con su revólver envuelto en la poesía del independentismo.
Qué honra para los bayameses contar con el privilegio de haber acogido en su seno a tan altísima figura de nuestra historia, Padre de la Nación Cubana, arquitecto de la libertad y el anti esclavismo.
En su ser no cabían los egoísmos pues una persona con esos negativos sentimientos sería incapaz de echarse al hombro un pueblo para llevarlo a la gloria que significa alcanzar la soberanía y la independencia.
A pesar de que las contradicciones lo llevaron al martirologio, Céspedes cayó en combate aquel nefasto día en San Lorenzo con el corazón destrozado, pero carente de odios.
Tan grande fue el Padre de la Patria que aceptó sin reclamo lo que algunos le exigieron en ese instante supremo de su vida, y marchó hacia el lejano, agreste pero hermoso sitio donde el sol le vio perder la vida.
Lo recordamos con alegría y dolor, al parecer algo contradictorio, porque para cualquier pueblo tener a un hombre de su estatura moral es motivo para la satisfacción, pero la circunstancia de su partida hiere aún.
Aquel que brilló en la Demajagua, que convocó a los esclavos a ser hombres libres para que se sumaran a los esfuerzos de la nación, cansada de tanta opresión y ultraje por la presencia peninsular.
El gallardo hijo de Bayamo, el viril cubano, luz en la oscuridad de aquellos tiempos y extraordinario político, anda aún por todos los senderos, por los cañaverales, por las calles, montado en un verso cargado de amor.
Nunca estará en el olvido, los bayameses, los cubanos, jamás borrarán su nombre de las montañas, de las playas, de los montes, mucho menos de ese sentimiento que hoy se enarbola como bandera inclaudicable.
Carlos Manuel de Céspedes cumplirá 200 años el jueves 18 de abril de 2021, estando más presente, vital, cercano, señalando el camino, de la libertad ya conquistada de manera definitiva.
El Padre de la Patria cabalga con los cubanos, atraviesa ríos y arroyos, sube montañas, disemina optimismo, pasión, compromiso, justicia, por lo que sigue siendo paradigma para nuestro país, libre y soberano.
Aquel grito que al nacer dejó escuchar fue la premonición de aquel otro, 49 años después, que de manera definitiva lo encumbró en lo más alto del sagrado sitio de la patria.
A casi doscientos años de su primer grito, el 18 de abril de 1819, Carlos Manuel de Céspedes continúa acompañándonos desde la montura de su caballo con su revólver envuelto en la poesía del independentismo.
Qué honra para los bayameses contar con el privilegio de haber acogido en su seno a tan altísima figura de nuestra historia, Padre de la Nación Cubana, arquitecto de la libertad y el anti esclavismo.
En su ser no cabían los egoísmos pues una persona con esos negativos sentimientos sería incapaz de echarse al hombro un pueblo para llevarlo a la gloria que significa alcanzar la soberanía y la independencia.
A pesar de que las contradicciones lo llevaron al martirologio, Céspedes cayó en combate aquel nefasto día en San Lorenzo con el corazón destrozado, pero carente de odios.
Tan grande fue el Padre de la Patria que aceptó sin reclamo lo que algunos le exigieron en ese instante supremo de su vida, y marchó hacia el lejano, agreste pero hermoso sitio donde el sol le vio perder la vida.
Lo recordamos con alegría y dolor, al parecer algo contradictorio, porque para cualquier pueblo tener a un hombre de su estatura moral es motivo para la satisfacción, pero la circunstancia de su partida hiere aún.
Aquel que brilló en la Demajagua, que convocó a los esclavos a ser hombres libres para que se sumaran a los esfuerzos de la nación, cansada de tanta opresión y ultraje por la presencia peninsular.
El gallardo hijo de Bayamo, el viril cubano, luz en la oscuridad de aquellos tiempos y extraordinario político, anda aún por todos los senderos, por los cañaverales, por las calles, montado en un verso cargado de amor.
Nunca estará en el olvido, los bayameses, los cubanos, jamás borrarán su nombre de las montañas, de las playas, de los montes, mucho menos de ese sentimiento que hoy se enarbola como bandera inclaudicable.
Carlos Manuel de Céspedes cumplirá 200 años el jueves 18 de abril de 2021, estando más presente, vital, cercano, señalando el camino, de la libertad ya conquistada de manera definitiva.
El Padre de la Patria cabalga con los cubanos, atraviesa ríos y arroyos, sube montañas, disemina optimismo, pasión, compromiso, justicia, por lo que sigue siendo paradigma para nuestro país, libre y soberano.
Aquel grito que al nacer dejó escuchar fue la premonición de aquel otro, 49 años después, que de manera definitiva lo encumbró en lo más alto del sagrado sitio de la patria.
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