En
la historia de la humanidad muchos hombres y mujeres participaron en acciones
bélicas fuera de sus países de origen, con la intención de colaborar con
pueblos sojuzgados por otras naciones.
Ejemplos
hay muchos en todo el mundo y Cuba no es la excepción pues un hombre como
Manuel Cedeño, nacido en Bayamo, se unió a las tropas de Simón Bolívar y murió
en combate teniendo cerca al Libertador.
Causas
justas ha habido muchas en el planeta y a ella se sumaron hombres y mujeres
como Henry Reeve, El Inglesito, que peleó junto a los mambises en la guerra
contra España.
Justa
y necesaria también fue la presencia cubana en África, especialmente en Angola,
contienda en la que cayeron más de dos mil cubanos preservando la independencia
de esa nación.
Precisamente
hoy estamos recordando a un gran hombre, nacido muy cerca de las costas cubanas
y que no vaciló a la hora de sumarse a las huestes de la isla que luchaban
contra el colonialismo español.
Fue
miembro del ejército de ese país en la Guerra de Restauración, luego de
estableció en Cuba y como un soldado mas respondió al llamado de Céspedes en La
Demajagua.
Así
respondió a una idea de un sobrino suyo, quien también se sumó a la larga lucha
por la independencia de la Isla en esta zona de Bayamo en la que alcanzó altos
grados militares.
Modesto
Díaz Álvarez ya se encontraba en Bayamo y como soldado de la península tenía la
misión de defender la cárcel de la ciudad ante el asedio de los bisoños
integrantes del Ejército Libertador.
Ya
como integrante de los insurgentes, Carlos Manuel de Céspedes le confiere el
grado de Teniente General enfrentando a los colonizadores en el rio Babatuaba
obligándolos a deponer el intento de entrar a Bayamo.
Este
gran dominicano, nacido en Baní, donde también vio la luz Máximo Gómez Báez,
demostró una gran valentía y ayudó a los sublevados por sus conocimientos
militares.
Cuba
jamás olvidará los servicios prestados por el Mayor General del Ejército
Libertador Modesto Díaz Álvarez, quien peleando por la tierra que lo acogió
como a un hijo, estuvo dispuesto a morir por ella.
Bayamo,
la ciudad en la que desplegó todo su coraje, valentía y honor, lo recuerda
cuando hoy se cumplen 189 años de su fallecimiento en Yaguate, San Cristóbal,
República Dominicana