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miércoles, 11 de mayo de 2011

CINCO ESTRATEGIAS COMUNICACIONALES DE GUERRA DE ESTADOS UNIDOS

Por Felson Yajure*
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Las guerras de la actualidad comienzan en los medios. En cada guerra, los medios del imperialismo tratan de convencernos de que sus gobiernos están actuando bien y utilizan para ello 5 estrategias:
1. Ocultar la verdad, que los intereses económicos son la causa.
2. Poner a la víctima como agresor y culpable y al agresor como el defensor de la justicia.
3. Desprestigiar a las víctimas.
4. Monopolizar la información.
5. Ocultar la historia.
Estas estrategias se han vuelto a aplicar contra Libia, una revuelta espontánea rápidamente transformada en guerra civil, aprendiendo del caso Egipto, en el cual, aún existe el peligro de que se les vaya de las manos. Podemos decir: Nada en política cae del cielo.
1. Ocultar la verdad, que los intereses económicos son la causa. Los imperialistas siempre tienen que persuadir a la opinión de que ellos no actúan para obtener beneficios económicos, sino para eliminar una grave amenaza, será Sadam Husein, Bin Laden, el comunismo, las FARC, las drogas, o cualquier otra excusa. Dicen que sus guerras son para liberar al pueblo del tirano, o para evitar que utilice armas de destrucción masiva, para defender los derechos humanos, para evitar el bombardeo de la población, etc. Luego de invadir y tomar el control se evidencia que mentían en forma descarada. En el recién caso de Libia, que Gadafi estaba bombardeando su pueblo, y TeleSUR les salió al paso con un corresponsal en el sitio desmintiendo tales bombardeos. Aquí han pretendido sembrar la matriz de que hay gente de Al Qaeda en Margarita y de campamentos de las FARC en nuestro territorio, para justificar una agresión o persecución en caliente de Colombia, para usarla como instrumento de la agresión o para en caso que la cosa se complique, luego ellos intervenir en defensa de Colombia. El caso del conflicto Libio se explica porque África es estratégica para las multinacionales porque su prosperidad se basa en el pillaje de sus recursos.
2. Poner a la víctima como agresor y culpable y al agresor como el defensor de la justicia. En cada guerra, sus adversarios han sido siempre presentados como crueles asesinos, inmorales y peligrosos, con las peores descripciones de sus atrocidades. Más tarde, muchos de esos relatos, a veces todos, se van desinflando; pero no importa, ya cumplieron su objetivo, justificarse, y manipular la emoción del público para impedirle analizar los intereses que están realmente en juego.
3. Desprestigiar a las víctimas. En esta línea estratégica se trata de poner al adversario como lo peor de entre los seres humanos, que golpea las mujeres, que él o sus colaboradores están asociados al narcotráfico, con Makled, con Marulanda, bueno con el camarada no porque ya murió, que la familia roba, y así por el estilo.
4. Monopolizar la información. La información se muestra en una forma completamente sesgada, dando sólo a conocer un lado de la historia, claro sin decirlo, por ejemplo, la media imperial muestra un solo lado de Gadafi, el que ellos catalogan de malo, pero en absoluto muestran algún aspecto positivo, ¿Quién nos ha informado de su ayuda a los proyectos de desarrollo africano? ¿Quién nos ha dicho que Libia conoce, según las instituciones internacionales, el más alto ‘índice de desarrollo humano’ de toda África. Otro ejemplo sería cuando en 1992, 45 países africanos tratan de obtener un satélite africano y hacer caer los costos de comunicación en el continente. Telefonear desde o hacia África tenía la tarifa más alta del mundo ya que había un impuesto de 500 millones de dólares que Europa cobraba al año sobre las conversaciones telefónicas, incluso al interior del mismo país, por el tránsito de voz por los satélites europeos.
El satélite africano costaba justamente 400 millones de dólares pagables de una vez y no los 500 millones de alquiler al año. Pero ¿cómo puede el esclavo liberarse de la explotación servil de su amo solicitándole su ayuda para lograrlo? Así estuvieron el Banco Mundial, el FMI, EE UU, la Unión Europea enredando inútilmente a estos países durante catorce años. Entonces Gadafi puso encima de la mesa 300 millones de dólares, el Banco Africano de Desarrollo, 50, el Banco Oeste-Africano de Desarrollo, 27; y así es como África, desde el 27 de diciembre de 2007, tiene su primer satélite de comunicación de su historia. Vemos cómo un simple gesto de unos 300 millones, puede cambiar la vida de todo un continente. La Libia de Gadafi hizo perder a Occidente, no sólo los 500 millones de dólares al año, sino los miles de millones de dólares en deuda e intereses que esta misma deuda permite generar hasta el infinito y a escala exponencial, contribuyendo así a mantener oculto el sistema de expolio de África. Esto seguro es parte de lo que Europa le cobra ahora a Gadafi.
También hay muchos indicios de desinformación, por ejemplo, los “seis mil muertos supuestamente víctimas de los bombardeos de Gadafi sobre la población civil”. ¿Dónde estaban las imágenes? ¿No había ninguna cámara, ningún teléfono móvil allí, como los hubo en Gaza, en la plaza Tahrir, o en Túnez? Es como lo que pasa ahora con el asesinato de Osama, ¿dónde están los videos y las fotos que mostraban como cuando asesinaron al Ché o a Hussein. Ahora ninguna prueba, ningún testimonio fiable, bien rara la cosa. Esto en parte fue desmentido por TeleSUR, por los satélites rusos, pero no hubo retractación.
En una guerra civil una información parcial siempre intentará hacernos creer que las atrocidades se cometen de solo un lado y por tanto hay que apoyar al otro. Pero siempre es una información sesgada por los intereses político- económicos.
5. Ocultar la historia. Esta línea de desinformación es complementaria de las anteriores, todas actuantes en modo sinérgico. Para ejemplificarla basta un ejemplo, el caso de la invasión a Kuwait, donde en todo momento se ocultó el hecho histórico de que el territorio kuwaití fue parte del territorio Iraquí, y que le fue desmembrado por las potencias imperiales por sus grandes yacimientos petroleros. La historia de cruel explotación de los recursos naturales y del esclavismo, de los países colonizados nunca será contada en los medios imperiales.
Tomado de Aporrea
* Miembro Equipo Político PSUV Caracas
Imagen agregada RCBáez

CONOCIENDO ¨¨EL MUNDO¨¨ Y LA ¨¨UNIDAD EDITORIAL¨¨

Recientemente, nuestro post “Congreso en Cuba: trabalenguas para corresponsales” hizo que el  corresponsal en Cuba del diario español El Mundo nos exhortara a profundizar nuestro conocimiento sobre la empresa Unidad Editorial, propietaria, entre otros medios,  de ese periódico.
Afortunadamente, hemos podido acceder al documentado libro Traficantes de información, la historia oculta de los grupos de comunicación españoles de Pascual Serrano -editado en España por la editorial Foca (Akal)-, que tiene un capítulo dedicado a Unidad Editorial, del que hemos escogido algunos pocos fragmentos pero que recomendamos íntegramente por la cantidad de datos que aporta y lo interesante que resulta.


Unidad Editorial nace como resultado de la fusión de Grupo Recoletos y Unedisa en 2007. El grupo está presidido por la historiadora y académica Carmen Iglesias, quien fue tutora de la infanta Cristina en 1984 y después preceptora de Felipe de Borbón.
Sus medios impresos son los diarios El Mundo, Expansión, Estadio Deportivo (, Diario Médico y Gaceta Universitaria  y las revistas y semanarios Metropoli, Magazine y El Cultural, Fuera de serie, Telva y Yo Dona, Actualidad Económica, ARTE y La Aventura de la Historia, MarcaMotor y Golf Digest, Xbox 360, y Correo Farmacéutico; además posee las editoriales españolas La Esfera de los Libros y Siete Leguas.
Sus negocios audiovisuales son Radio Marca, Unión Liberal de Radio -de la que es socio al 45%, junto con Libertad Digital (55%)-, posee una frecuencia en la comunidad de Madrid, por la cual emite la radio de Libertad Digital, esRadio, desde septiembre de 2009, Veo TV que opera dos canales (Veo7 y AXN) y un tercero, calificado de servicio adicional, llamado Tienda en Veo. En Veo7 tiene un acuerdo con Libertad Digital para emitir la tertulia de Jiménez Losantos de su programa esRadio. AXN, aunque con licencia de Unidad Editorial, era propiedad de Sony Entertainment Televisión (SET). En mayo de 2010 un acuerdo entre Mediapro, Unidad Editorial y SET permitió que AXN se sumara a la plataforma de TDT de pago impulsada por Mediapro. Entre sus medios locales, se encuentra el canal EM2 para Madrid. El grupo también cuenta con la productora El Mundo TV, encargada de los programas de investigación y de perfil más periodístico; Mundo Ficción, destinada a realizar los proyectos de ficción; y EM3, dedicada a desarrollar programas de entretenimiento.
En el libro de Serrano se recoge tanto la historia de Recoletos como de Unedisa pero en aras de la brevedad nos concentraremos sólo en la de Unedisa y el actual director de El Mundo, Pedro J. Ramírez.
Unedisa
Unedisa aportó al Grupo Unidad Editorial el diario El Mundo, la publicación femenina Yo Dona, las revistas Descubrir el Arte y La Aventura de la Historia, el Canal Mundo Producciones Audiovisuales y la editorial La Esfera de los Libros.
La empresa se constituyó en 1989, después de que Pedro J. Ramírez y Alfonso de Salas fueran destituidos de sus puestos en el Grupo 16, según denunciaron, por motivos políticos debido a sus investigaciones críticas contra el Gobierno de Felipe González. El 23 de octubre de ese año sale a la calle el gran proyecto de Unedisa, el diario El Mundo. Los responsables intentaban presentar el proyecto como colectivo y participativo. Afirmaban que “el capital del periódico está fragmentado en participaciones inferiores al 10%, distribuidas entre más de 400 accionistas (buena parte de ellos empleados de la propia empresa)”[1]. Roberto Montoya, hoy ya fuera del periódico, fue responsable de Internacional, afirma que “El Mundo nunca fue algo parecido a una cooperativa. El banquero Mario Conde fue el primero o uno de los primeros accionistas. Los directivos, gente como Pedro J. Ramírez, Alfonso de Salas (en la parte económica), J. Fernández, Alfonso Rojo y el resto de fundadores, tenían un paquete de acciones y ofrecieron a los curritos comprar participaciones, pudiendo pagarlas de sus propias nóminas, pero los trabajadores nunca tuvieron un porcentaje significativo. Jamás hubo espíritu de cooperativa, ni a nivel de las decisiones económicas ni a nivel de la línea editorial ni nada de nada”[2].
En 1991, el grupo italiano Rizzoli-Corriere della Sera (RCS) adquiere el 45% del capital. Los directivos y profesionales acumulaban un 26% y Banesto (Mario Conde) un 4’5 %. Tal y como alardeaban en el diario, “El Mundo se había convertido, entre tanto, en elemento determinante de la vida española como consecuencia de sus revelaciones sobre los casos Filesa, Ibercorp, GAL, Fondos Reservados o Cesid”[3]. El 28 de noviembre de 1998 El Mundo y el Grupo Recoletos establecen una gran alianza estratégica por la que Recoletos adquirió entre el 20% y el 30% del capital de Unidad Editorial y se adhirió al pacto entre el Grupo Rizzoli y los fundadores de El Mundo.
El periodista José Díaz Herrera cuenta en su libro Pedro J. Ramírez al desnudo, el pelotazo que algunos directivos del periódico hicieron en este periodo con los trasvases de accionariado. Conocedores los componentes del núcleo dirigente del diario del interés de Recoletos por comprar acciones de El Mundo, crearon una sociedad de inversiones con el objetivo de adquirir el pequeño paquete que tenían algunos de los profesionales al 200% de su valor nominal. Así lo cuenta Díaz Herrera:
Otros muchos periodistas ajenos al “chanchullo” que se traían entre manos Pedro J. Ramírez y Alfonso de Salas, cuya lista se haría interminable, se desprendieron de los títulos adquiridos en 1989 y 1991 para que “El Mundo fuera suyo”. Endeudados hasta las cejas en algunas ocasiones para que nadie arrebatara a la sociedad el derecho a recibir información libre y pluralista, forzados a vender antes de tiempo porque nadie les informó de los “manejos” de sus jefes, su esfuerzo se convertía a partir de 1998/1999 en un negocio de cuatro espabilados[4].
En opinión de Díaz Herrera,
la compra de la participación de El Mundo por Recoletos escondía en realidad uno de los mayores “pelotazos” de la prensa española de los últimos años para unos pocos elegidos. Así, mientras una parte de la redacción vende anticipadamente sus títulos al 200 por ciento al carecer de información privilegiada, los “jefes” lo hacen al 520 por ciento y los super-jefes, el núcleo duro, esperan al 2002 o 2003 y obtuvieron plusvalías de 1.900 por ciento e incluso más[5].
El Grupo Rizzoli mantendrá, con su participación del 45% en el capital de Unidad Editorial, su condición de principal accionista. Entre los negociadores del acuerdo se encontraba Cesare Romiti, recién nombrado presidente del Grupo Rizzoli, tras dejar la presidencia de Fiat. Según informó El Mundo, “Romiti se ha implicado personalmente en la negociación de los acuerdos dentro de su nueva etapa de activa dedicación a la empresa periodística”[6]. Dos años después, mientras seguía siendo presidente de Rizzoli, Cesare Romiti fue condenado en Italia, en firme, a once meses y diez días de prisión por “falsedad contable“ relativa al periodo en el que fue directivo de la Fiat. La condena terminaría anulada gracias a las reformas legales introducidas por Berlusconi por las cuáles la falsedad contable dejaba de ser delito.
Más tarde, en 2003, Recoletos vende a Rizzoli su 30% de acciones de Unedisa, lo que convertía a los italianos en propietarios del 87% de la editora de El Mundo. En esa época, algunos otros altos directivos del periódico pegaron otro “pelotazo” vendiendo sus acciones, ahora a los italianos. Por ejemplo Pedro J. Ramírez, se embolsó “entre 1999 y 2003 alrededor de 2.000 millones de pesetas por la venta de los títulos que le correspondían por la autocartera de Unidad Editorial y otros propios”[7]. Así lo explica Juan Carlos Escudier, uno de los periodistas de El Mundo que vendió sus acciones antes de que llegasen Recoletos y Rizzoli con el talonario.:
Ramírez conoce, porque es un periodista de una pieza, que los accionistas italianos de su medio van a comprar en un plazo de meses acciones del periódico con una prima del 500%. ¿Qué hace el avispado informador? Ofrece a algunos trabajadores de El Mundo, a través de una sociedad instrumental en la que figura él mismo, comprar esos mismos títulos al 200%. La libertad de mercado es uno de los pilares de la libertad de expresión[8].
No fue Pedro J. el único que hizo negocio. Según revela José Díaz Herrera, Balbino Fraga -uno de los fundadores- vendió unas acciones que le costaron poco más de 79 millones de pesetas por 1.500 millones; y Juan González y Alfonso de Salas vendieron las suyas por dos mil millones[9].
Según el Registro Mercantil, en diciembre de 2007 los italianos de RCS MediaGroup quedan como propietarios del 96’43% de las acciones, dato que no aparece en la web de Unidad Editorial. Como accionista de una cantidad indeterminada se encuentra el empresario español Pedro Ballvé Laterno, presidente del Grupo Campofrío. Así se puede entender las complacientes entrevistas que publicaban El Mundo en marzo de 2008[10] y Expansión en diciembre del mismo año[11], o informaciones del tipo “Ballvé da un golpe de mano en el mercado cárnico europeo”, “Campofrío se convierte en el principal grupo de Europa y uno de los cinco mayores del mundo tras su fusión con el grupo Smithfield Foods”[12]. Otro accionista minoritario es Parques Reunidos de Madrid.
Es el momento de recordar lo que decía el editorial de El Mundo el día de su aparición, 23 de octubre de 1989:
El Mundo será en la práctica de sus lectores porque los trescientos accionistas que hemos construido su capital social lo hemos hecho concurrriendo a un proyecto cuyas reglas de juego están nítidamente definidas de cara a garantizar su independencia.
El Mundo no tiene “amo”, y por eso jamás utilizará la información como elemento de trueque u objeto de compraventa en el turbio mercado de los favores políticos y económicos.
Ocho años después el resultado está en las antípodas de aquellas declaraciones. Un gran grupo empresarial extranjero es el dueño del periódico y los que iniciaron el proyecto se han forrado especulando con las acciones o se han visto obligados a vender. Veamos ahora quienes son los “amos” de Unidad Editorial, esos que decían en El Mundo que nunca tendrían.
Pedro J. Ramírez
Cofundador y actual director de El Mundo. Miembro de la Junta de Fundadores de Unidad Editorial.
Casi setecientas páginas necesitó su biógrafo José Díaz Herrera en 2009 para desgranar la actividad periodística -y más que periodística- del director de El Mundo en el libro Pedro J. Ramírez al desnudo[13]. Y no es el único libro, Eduardo Martínez Rico escribiría también  Pedro J. Tinta en las venas, en 2008, y anteriormente, en 1995, Esther Esteban, El tercer hombre. P.J. la pesadilla de F.G..
Desde 1980, cuando con 28 años le nombraron director de Diario 16, ha sido director de periódico.   Según Díaz Herrera, “desde Mariano José de Larra, no ha existido en España un periodista más conocido y con más poder que él, (…) ha puesto y quitado ministros y presidentes de Gobierno a su antojo, tiene en sus manos a banqueros y a grandes empresarios”. Según el biógrafo, “mientras los ejecutivos de Rizzoli-Corriere della Sera entraban a pares en la cárcel San Vitore de Milán -y salían con la misma facilidad-, Ramírez se empeñó en España durante 14 años en criminalizar a toda una clase política…”.
Entre 1975 y 1980 trabajó en ABC y el 17 de junio de 1980 fue nombrado director de Diario 16. Le cesaron el 8 de marzo de 1989 y seis meses después puso en marcha el diario El Mundo[14]. Su papel en la caída del Gobierno de Felipe González tras numerosos escándalos de corrupción y los crímenes del terrorismo de Estado fue fundamental. Pedro J. Ramírez siempre estuvo en el ojo del huracán. Ha destapado tantos escándalos como ha protagonizado y nunca ha ocultado su interés por influir en políticos y gobernantes. Pocos dudarán en considerarlo el periodista más influyente de España[15]. El periodista y ex-presidente de El Periódico, Antonio Franco, dijo que “Pedro J. encarna muy bien estos periodistas que se erigieron como un símbolo para intentar ser los directores espirituales de la política de este país por encima de la gente escogida democráticamente”.
La mayoría de los que le conocen -políticos incluidos- coinciden en que no se puede definir una clara ideología política en el director de El Mundo. El senador del PNV Iñaki Anasagasti afirmó que  “la ideología de Pedro J. es la de vender periódicos. No tiene otra”. José Díaz Herrera recuerda que quien hizo bandera periodística de la denuncia de los GAL y su relación con el gobierno de Felipe González, años antes “pidió primero que el Ejército, al margen de las instituciones, acabara con ETA[16], después pretendió la pena de muerte para los terroristas[17] y, por último, escribió decenas de artículos y editoriales defendiendo a los GAL”.
Pedro J. no sólo ha sabido moverse bien en el periodismo y la política, sino también en los negocios como hemos visto en los movimientos accionariales de su periódico. En la actualidad posee un 1% de acciones de Unidad Editorial, pero se trata de una participación a la que no le preocupa la evolución económica del grupo. Tiene un contrato de sindicación de sus acciones con Rizzoli con una cláusula especial, mediante la cual, si se marcha de la empresa o es despedido, sus títulos pasarán a ser adquiridos por Corriere della Sera al 3.000% de su valor facial[18]. Porque para llevar un periódico hay que saber mucho más que periodismo.
Resulta lógico que con esas formas de trabajo, tiburoneo y especulación  financiera, los valores del socialismo cubano sean cosas de otra galaxia para estos “traficantes de información” que ellos nunca podrán comprender ni tolerar.
Notas:

[1]     Historia del diario El Mundo y su acuerdo con Recoletos. El Mundo. Sin fecha http://www.elmundo.es/sociedad/unidadeditorial/grupopromotor.html
[2]     Roberto Montoya, entrevista con el autor. Mayo 2010
[3]     Historia del diario El Mundo y su acuerdo con Recoletos. El Mundo. Sin fecha http://www.elmundo.es/sociedad/unidadeditorial/grupopromotor.html
[4]     Díaz Herrera. Pedro J. Ramírez al desnudo. Madrid, Foca, 2009
[5]     Díaz Herrera. Pedro J. Ramírez al desnudo. Madrid, Foca, 2009
[6]     Historia del diario El Mundo y su acuerdo con Recoletos. El Mundo. Sin fecha http://www.elmundo.es/sociedad/unidadeditorial/grupopromotor.html
[7]     Díaz Herrera. Pedro J. Ramírez al desnudo. Madrid, Foca, 2009
[8]     Escudier, Juan Carlos. “Lecciones de Pedro J.”. El Confidencial. 1-5-2008 http://www.elconfidencial.com/cache/2008/05/31/66_lecciones_pedro.html
[9]     Díaz Herrera. Pedro J. Ramírez al desnudo. Madrid, Foca, 2009
[13]    Díaz Herrera, José. Pedro J. al desnudo. Madrid, Akal, 2009
[14]    Se puede acceder a la biografía publicada por su diario aquí http://www.elmundo.es/opinion/biografias/pedro-j-ramirez.html
[15]    El director de El Mundo Pedro J. Ramírez, junto con Marta Robles, publicó en 1991 un libro relatando su visión de la historia del periódico. El título ya es significativo de su ego: Pedro J. Ramírez. El Mundo en mis manos (Grijalbo).
[16]    Ramírez, Pedro J. “La ETA y el Ejército”. ABC, 27-5-1979
[17]    El periodista Fernando Jáuregui relata que Pedro J. Ramírez defendió en un consejo de redacción de Diario 16 la idea de pedir la reimplantación de la pena de muerte para los terroristas. Citado en  Díaz Herrera, José. Pedro J. Al desnudo. Akal. Madrid, 2009
[18]    Díaz Herrera, José. Pedro J. Al desnudo. Madrid, Akal, 2009

LA PUPILA INSOMNE

POLITICA EDITORIAL DICTA DESAPARECER FOTO DE HILLARY CLINTON

 

Nueva York, 10 may (EFE).- La decisión de un diario judío ortodoxo de Nueva York de eliminar a Hillary Clinton de la famosa foto en que se ve a la plana mayor del Gobierno de EE.UU. siguiendo el operativo contra Osama bin Laden ha generado una fuerte polémica entre medios y blogs estadounidenses.
El periódico ultraconservador Der Tzitung ("El diario", en yidis), que se edita en el barrio neoyorquino de Brooklyn, hizo desaparecer a la mismísima secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, de esa fotografía que ha dado la vuelta al mundo, ya que tiene la política de no incluir fotos de mujeres para evitar supuestas connotaciones sexuales.
"Hillary Clinton borrada de un diario yidis por ser una chica", titulaba hoy el New York Post, que reproducía en su edición digital declaraciones de la bloguera defensora de los derechos de la mujer Jill Filipovic, que aseguraba que, "aunque las creencias religiosas están bien, alterar la realidad para que se ajuste a tu mundo ideológico no lo está".
"Nuestro editor fotográfico, consciente de la importancia de este momento histórico, publicó la foto, pero con las prisas, no leyó la 'letra pequeña' que acompañaba a la imagen y que prohibía cualquier alteración, y publicó una foto omitiendo a las mujeres presentes en la sala", explicó el diario Der Tzitung en un comunicado difundido después de que se desatara la polémica.
El diario, escrito en yidis (el dialecto altoalemán que hablan los judíos originarios de la Europa central y oriental), explica que "quería honrar al presidente" y a las "fuerzas armadas por la importancia histórica del momento" y por ello optó "por publicar la foto, pero sin las mujeres, como dicta" su "política editorial".

La foto original la distribuyó la Casa Blanca y en ella se puede ver al presidente de EE.UU., Barack Obama, y otros altos cargos de su Administración siguiendo atentamente el devenir del operativo que el pasado 1 de mayo terminó con la muerte del líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, en Pakistán.
El diario también retocó la imagen -publicada en su portada- para eliminar a la otra mujer de la fotografía: la directora de Contraterrorismo del Consejo Nacional de Seguridad de EE.UU., Audrey Thomason.
La Casa Blanca tiene una política que exige que sus fotos no sean alteradas jamás, pero el diario -dirigido a la comunidad judía jasídica- no sólo eliminó a las mujeres sino que, en el caso de Clinton, directamente la sustituyó por el consejero adjunto del Consejo nacional de Seguridad, Denis McDonough.
"Nuestra política editorial está dirigida por un Consejo Rabínico y debido a las leyes del pudor, no permite la publicación de fotos de mujeres. Los lectores de Der Tzeitung creen que las mujeres deben ser apreciadas por lo que son y lo que hacen, y no por lo que parecen, y las leyes judías de la modestia son una expresión de respeto a la mujer y no al revés", explicó el diario.
Además, insistió en que "las acusaciones por parte de algunos de que el judaísmo ortodoxo denigra a la mujer o no respeta a las que ocupan cargos públicos es una calumnia maliciosa y una difamación", ya que "la religión judía no permite la discriminación por motivos de género o raza".
"Pedimos disculpas por cualquier malentendido. No tendríamos que haber publicado la foto y hemos transmitido nuestro pesar y disculpas a la Casa Blanca y al Departamento de Estado", concluye el comunicado difundido por ese diario en su web.
El rotativo Daily News también se hacía eco hoy en su edición digital del caso y recogía las críticas de Shmarya Rosenberg, autor del blog Failed Messiah y el primero en llamar la atención públicamente sobre la manipulación, quien asegura que "no hay ley judía que exija quitar a las mujeres normalmente vestidas de las fotos".
"¿Es realmente mejor tergiversar la verdad y engañar a la gente que ver una foto de la secretaria de Estado modestamente vestida?", afirmaba también hoy el rabino Jason Miller, colaborador de la publicación Jewis Week.
Además, en foros locales y redes sociales se bromeaba especulando con qué haría ese y otros diarios similares si Clinton ganara la Presidencia de EE.UU.; mientras que el rabino Shmuley Boteach, escritor y locutor de una emisora local, defendía que "no hay nada en el judaísmo contrario a la publicación de imágenes de mujeres en el poder".

IGNACIO RAMONET: ¿SI TODOS PRETENDEN SER PERIODISTAS, QUÉ ES ENTONCES EL PERIODISMO?

París, 11 may (PL) Se puede coincidir o discrepar, además de las múltiples reflexiones que concita una mirada fresca del periodismo del siglo XXI bajo la pluma aguda de Ignacio Ramonet, autor ineludible en estos y otros terrenos.
Por ahora en francés y muy pronto en idioma español, a priori L  Explosion du Jornalisme: Des médias de masse á la masse de médias, no parece camuflar el escalpelo que casi siempre maneja con habilidad el escritor, semiólogo y periodista hispano-francés.


No es la segunda parte de La tiranía de la comunicación (1999) aunque existe el hilo conductor en el análisis.
Un libro que ya circula en Francia y plantea la dicotomía entre el periodismo profesional y los informadores espontáneos de la red de redes.
Ocasión excepcional para el debate en un espacio lleno de diplomáticos, intelectuales y grupos de solidaridad por iniciativa del embajador de Cuba en Francia, Orlando Requeijo, que como el resto del auditorio, consideró la obra de Ramonet muy oportuna.
A propósito de silencios mediáticos, manipulaciones y la cuestionada libertad de expresión, Ramonet nos trae un brillante soplo actualizado de las voces alternativas, los blogs y las perspectivas de este importante dominio, comentó Requeijo.Director de Le Monde Diplomatique durante 18 años, el autor comentó que hay una metáfora que grafica bien la situación: el Planeta Media impactado por el meteorito Internet dio lugar a otro ecosistema mediático.
Las tecnologías y la información en línea plantean una crisis de identidad de periodistas porque se ha perdido la frontera que separa lo profesional de lo espontáneo, dijo al poner ejemplos de plantillas sustituidas en ocasiones por colaboradores de la red.
Si todos pretenden ser periodistas, qué es entonces el periodismo, se preguntó Ramonet para luego añadir que al mismo tiempo la crisis económica plantea la transferencia de los monopolios de la información a fuentes no tradicionales.
Doctor Honoris Causa de las Universidades de Santiago de Compostela y de Córdoba, profundizó asimismo en la crisis de credibilidad de los medios en los países más desarrollados.
Estamos ante sociedades sobresaturadas de información, con la idea de que cualquier fuente es aceptable para difundir noticias, lo que acentúa el desafio hacia el futuro del periodismo, remarcó.

Tomado de Cambios en Cuba

LA MUERTE DE UN "DISIDENTE" Y EL GARGANTA PROFUNDA DE EL NUEVO HERALD

Por M. H. Lagarde

Como la llamada opisición cubana no cuenta con ninguna credibilidad, -Martha Beatriz Roque resucita milagrosamente de las huelgas de hambre, Fariñas inventa rebeliones en cines de Santa Clara y Yoani Sánchez sueña con olas y revueltas árabes en La Habana-, a El Nuevo Herald no le quedó más remedio que echar mano, para hacer creíble su versión del "asesinato"  de  Juan Wilfredo Soto García, que al testimonio del pastor bautista, Mario Lleonart Barroso.


Según Lleonart Barroso, un pastor de la ciudad de Taguayabón, a 20 millas de Santa Clara, en el reporte publicado por el principal vocero de la difamación mediática contra Cuba:

"Él estaba en Santa Clara el jueves por la mañana cuando vio a Soto, un amigo y correligionario bautista que vivía en la ciudad.
El disidente regresaba a casa del hospital a bordo de un "bicitaxi" -un vehículo de tres ruedas impulsado por pedales- y se detuvo para decirle al pastor que notificara a sus amigos que la policía lo había golpeado, destacó Lleonart.
"Me acaban de golpear salvajemente en el parque", dijo Soto, según el pastor. "Me esposaron, me cayeron a 'tonfasos' en la espalda".

Lo que El Nuevo Herald, por supuesto, no dice es quién es este santo defensor de la verdad. ¿Un religioso conmovido por la injusticia, una persona honesta que conocía a la supuesta víctima de la represión policial? Nada de eso.
Si los lectores de la blogosfera revolucionaria cubana mal no recuerdan, el pastor que le cayó del cielo a El Nuevo Herald no es otro que el mismo  personaje que manipuló, junto a Yoani Sánchez y su esposo Reinaldo Escobar, a los niños de su iglesía en el poblado villaclareño de Taguayabón, perteneciente al municipio de Camajuaní.
Según narró la bloguera Norelys Morales, en un reportaje publicado en octubre de 2009 bajo el título "Yoani Sánchez: súmele otro premio a la mentira":

El pastor Mario Lleonard Barroso invitó a varios miembros de su congregación para "Una conferencia de Internet". Sin embargo, de lo menos que se habló fue de la red, como esperaban, afirmó Adrián Méndez Cruz de 14 años, uno de los muchachos asistentes.
"Hablaron de los blogs de Yoani y Reinaldo (Escobar), a quienes no conocía. Además,-continuó- nos presentaron un video de personas declarándose contra la Revolución.
Me sentí incómodo. Fui engañado."
Mientras un amigo de "los visitantes" grababa la "conferencia" a hurtadillas, el Pastor hacía fotos.

O sea, que el pastor bautista de El Nuevo Herald es otro de la pandilla de mercenarios que, de acuerdo a las orientaciones del Departamento de Estado de EE.UU., ha colaborado en "empoderar" a los ciudadanos cubanos -en este caso a niños-, con el uso de las redes sociales.
Ya se sabe, según el mandato yanqui, en qué consiste tal "empoderamiento" de la "sociedad civil": crear, mediante el uso de las nuevas tecnologías, redes de mentirosos y difamadores al servicio de los intereses de Washington.

› Yoani Sánchez: un premio a la manipulación de niños

Tomado de Cambios en Cuba