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miércoles, 28 de septiembre de 2011

DAMA DE BLANCO DUERME EN LAS CALLES...DE MADRID



Tomado de Cambios en Cuba

"Dama de blanco" protesta frente al Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Foto: José M. Robles/ELMUNDO.es
“Nunca hubiéramos salido de nuestro país para dormir en la calle”, denuncia Sabina, hermana del reo excarcelado Carlos Martín Gómez e integrante, a su vez, del movimiento  Damas de Blanco.
Acompañada por otros miembros de su familia, con los que protesta y pernocta frente al Palacio de Santa Cruz, Sabina aterrizó en Barajas el 18 de marzo. Tras permanecermes y medio en el Hostal Welcome de Vallecas, el clan fue enviado al centro de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) de Málaga. Allí estuvieron alojados los Martín Gómez durante otros tres meses y medio, en espera de acceder a la vivienda que, siempre según su versión, le garantizaba el documento que recibieron al entrar en España.
“Pero eso nunca se dio”, se queja Sabina. “A quienes llegaron a primera hora sí se les dio esa facilidad. Como nosotros fuimos más bien los últimos, el Ministerio dijo que ya no había presupuesto. El director del CEAR quería que hiciese un contrato de dos pisos. Le dije que no, que al ser una familia de 10 personas y tres matrimonios, no podemos vivir en dos pisos. Por eso decidimos venir a Madrid”.
Preguntado al respecto, Exteriores ha confirmado a ELMUNDO.es que lo relacionado con “la parte logística de la acogida” depende del Ministerio del Interior en coordinación con el de Trabajo. Ambos Ministerios también han sido consultados por el diario, aunque por el momento no han ofrecido información al respecto.

Sin respuesta de las instituciones

Insiste Sabina en que ha tratado de explicar la situación de los suyos “al mundo entero”. “Hemos enviado cartas a todas las instituciones del Gobierno, incluida la ministra y el Presidente, y no hemos recibido respuesta de nadie. Tampoco de la Embajada de EEUU ni del Partido Popular”, se lamenta.
En espera de una solución, la familia, con dos menores y una persona mayor con problemas de corazón entre sus miembros, recibe y agradece la ayuda brindada por particulares (alimentos, ropa, medicamentos) y los bares de la zona (aseo personal). “El Gobierno es una cosa y los ciudadanos, otra. Les estamos muy agradecidos”, distingue Sabina, quien ya ha sido informada de que “el invierno aquí es muy duro para estar en la calle”.
No es la primera vez que la familia Martín Gómez es noticia desde que llegó a España. Antes de ‘acampar’ en Madrid el pasado 28 de julio, ya habían aparecido en los medios de comunicación tras protagonizar, presuntamente, algunos incidentes en el CEAR malagueño. Entre ellos, según la dirección del centro, agresiones físicas y verbales, amenazas, exhibición de arma blanca e introducción de alcohol en las dependencias.
Sabina Martín Gómez, que llegó a iniciar una huelga de hambre en la ciudad andaluza califica los hechos como “gran patraña” y critica las “condiciones infrahumanas” del CEAR. “El polvo nos estaba ahogando. Es mejor vivir en la calle que en aquel centro”, concluye. (Con información de ELMUNDO.es)
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EL “AJUSTE” DE LA LEY DE AJUSTE



Jesús Arboleya Cervera
Los congresistas norteamericanos Marco Rubio (der) y David Rivera (izq)
Una vez informado oficialmente, creo que vale la pena volver al proyecto de ley presentado por los congresistas cubanoamericanos David Rivera y Marco Rubio, con vista a restringir los viajes de los cubanoamericanos a Cuba.
Lo que finalmente proponen es que ninguna persona, hasta tanto no tenga la ciudadanía norteamericana, pueda viajar a la Isla. O sea, si un inmigrante cubano viaja a Cuba antes de tener la residencia permanente en Estados Unidos, no puede solicitarla al año y un día, como establece la Ley de Ajuste Cubano y, si viaja siendo ya residente pierde esta condición, por lo que en ambos casos el proceso para obtener la ciudadanía norteamericana se extiende cinco años más, como ocurre con cualquier otro inmigrante que no sea cubano.
Varios son los objetivos que persiguen los legisladores de la extrema derecha cubanoamericana con esta propuesta:
El primero es enfatizar “por la fuerza” la supuesta condición de “refugiados” de los inmigrantes cubanos, poniendo a las claras que nunca lo fueron en realidad, con lo que se viene abajo uno de los mitos que sirvieron de base a la idealización del llamado “exilio histórico” y los privilegios hasta ahora recibidos.
En segundo lugar, se busca limitar el encuentro de los inmigrantes con sus familiares, no solo por los ingresos que esto puede reportar a Cuba, como aducen, sino porque tales visitas contribuyen a establecer un clima de distensión en las relaciones con Estados Unidos, que se contradice con la beligerancia que sirve de sustento político y económico a estos grupos.
También se pretende afectar el negocio de los viajes, los cuales, aunque no lo dicen, siempre han pretendido controlar, ya que la ideología de esta gente es más verde que la de los ecologistas. Pero, además, dado que se trata de un capital independiente de la maquinaria política de extrema derecha, puede servir al desarrollo de fuerzas alternativas en Miami y ello resulta intolerable para los fundamentalistas cubanoamericanos.
Y, por último, siguiendo la misma lógica politiquera, de esta manera se aspira a retrasar la incorporación de los nuevos inmigrantes al electorado miamense, los cuales, junto a los descendientes, muestran la tendencia a alterar el predominio de la extrema derecha entre los votantes cubanoamericanos. Basta recordar que en las pasadas elecciones presidenciales, alrededor del 40 % del electorado cubanoamericano votó por Obama, definiéndose claramente contra los grupos dominantes, algo bien distinto al 90 % que votó por Reagan en 1980.
En la actualidad, el 67 % de la comunidad cubanoamericana tiene la ciudadanía norteamericana, mucho más que el resto de los latinos que apenas alcanzan el 50 %, lo que influye en la valoración que tienen los políticos, sea cualquiera su tendencia, de la importancia de este electorado. Tanto es así, que los cubanoamericanos constituyen el grupo minoritario proporcionalmente mejor representado del país y ello se debe, en parte, al peso electoral alcanzado dentro de las estructuras políticas del sur de la Florida.
A partir de esta plataforma es que se ha construido la maquinaria política de la extrema derecha cubanoamericana. Sin embargo, mientras que en la actualidad son ciudadanos el 97 % de los que llegaron antes de 1975 y la totalidad de los nacidos en Estados Unidos, solo lo son el 24 % de los que arribaron después de 1980. En la medida en que esta proporción crezca, menos posibilidades tendrá la extrema derecha para imponer sus posiciones y eso es lo que pretenden evitar, aunque con ello se están convirtiendo en el lastre que amenaza con hundir el barco, ya que no hay reemplazo para el “exilio histórico” y el resultado final será disminuir el volumen del electorado cubanoamericano en su conjunto, sin impedir con ello que, a la larga, cambie inexorablemente la naturaleza de los electores.
Las alternativas que plantea esta propuesta a los nuevos emigrados son bastante claras: se someten a sus imposiciones y esperan cinco años para votar contra los políticos que le hicieron tanto daño; viajan a Cuba por terceros países tratando de burlar los controles y también votan contra estas personas en cuanto tengan la oportunidad o, en última instancia, se revelan contra ellas y viajan a Cuba de todas formas, enajenándose por largo tiempo del sistema, con lo que se reduce el potencial de crecimiento del electorado cubanoamericano y su importancia relativa en Miami.
No deja de ser paradójico que las mismas fuerzas que se aprovecharon de la Ley de Ajuste para violentar su acceso a la vida política norteamericana, hoy día, al tratar de convertirla en un recurso más de presión sobre el electorado cubanoamericano, corren el riesgo que otros grupos adquieran mayor importancia relativa, desplazándolos igual de sus  posiciones, ya que enemigos sobran a la extrema derecha cubanoamericana y los más peligrosos no son, precisamente, los nuevos inmigrantes cubanos.
Días atrás, un amigo me recordó algo que le dije hace tiempo: como en el ajedrez, hay veces que en política se arriba a posiciones donde la lógica indica que el jaque mate es inevitable, por lo que las únicas alternativas son aceptar la realidad y rendirse o, cuando más, retrasar el desenlace, en la esperanza que el contrario se equivoque. La iniciativa, entonces, la tiene la otra parte.
Más importante aún, si a la extrema derecha cubanoamericana ya no le conviene la Ley de Ajuste, es porque ha dejado de ser funcional a la política seguida por Estados Unidos contra Cuba hasta el momento y, por eso, no solo esta ley está condenada a la muerte. Bajo las actuales condiciones, lo que no conviene son los nuevos emigrados, transformadores de un entorno creado para servir de base social a la contrarrevolución, el cual ya no puede ser reproducido, haciendo insostenible la política en su conjunto.
Por tanto, no parece descabellado afirmar que no solo Cuba está precisada a actualizar su política migratoria, como afirmó recientemente el presidente Raúl Castro, sino que también tendrá que hacerlo Estados Unidos, indicándonos la posibilidad de que estemos abocados a grandes cambios, incluso relacionados con el contenido de los acuerdos migratorios actualmente existentes y la forma en que han estado aplicándose. (Tomado de Progreso semanal)
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NUEVA INJUSTICIA DE LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA LOS CINCO HEROES



Editorial
René González Sehwerert, uno de los Cinco Héroes antiterroristas cubanos, saldrá de prisión el próximo 7 de octubre tras haber cumplido y sufrido en su totalidad la brutal e injusta sentencia carcelaria que le fue impuesta.
El pasado 16 de septiembre, la Jueza Joan A. Lenard, del Distrito Sur de la Florida, denegó la Moción presentada por René el 16 de febrero del 2011 para que se le permita regresar a Cuba y unirse con su esposa, sus hijas y sus padres. Se le obliga injustamente a permanecer en Estados Unidos durante tres años bajo un régimen de "libertad" supervisada.
Esa decisión, tras 13 años de confinamiento, constituye una represalia adicional deliberada, impulsada por las mismas motivaciones de revancha política que caracterizaron los procesos judiciales amañados con los que se condenó a los Cinco Héroes en el año 2001. Detrás de ella está el Gobierno de los Estados Unidos, que durante años ha amparado el terrorismo contra Cuba, y protegido a individuos y organizaciones terroristas que radican en su territorio, responsables de haber causado la muerte, el dolor y el sufrimiento a miles de cubanos.
Desde 1998, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González han estado sometidos a tratos reconocidamente crueles y degradantes. Han soportado las presiones y los abusos, incluida la separación de sus seres queridos, con una entereza admirable, sin la más mínima concesión en sus convicciones, su carácter o su conducta ejemplar como reclusos.
La respuesta de la Jueza no tiene justificación ni sentido alguno. Se pretende que René permanezca en los Estados Unidos, donde se conoce que puede peligrar su vida, donde se sabe que radican las personas y las organizaciones más prominentes del terrorismo anticubano.
Al contestar, la Jueza cita la sentencia impuesta a René en el año 2001, que incluyó el absurdo requisito especial y adicional de prohibirle tras su salida de la cárcel "asociarse a/o visitar lugares específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos tales como terroristas... ". Cabría preguntarse cómo es posible cumplir con ese requisito si se obliga a René a residir precisamente en el territorio "donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos tales como terroristas".
Cabría preguntar también, aunque se conozca la respuesta, qué motiva al Gobierno de los Estados Unidos y a su sistema legal a estipular en un fallo judicial la protección de "individuos o grupos tales como terroristas" que radican dentro de su territorio.
Aunque es imposible reparar la injusticia ya consumada tras tantos años de indebido encarcelamiento y ensañamiento político, la única acción mínimamente decorosa del Gobierno de los Estados Unidos, a estas alturas, sería la de permitir el inmediato regreso de René a Cuba, poner fin a las sentencias vengativas contra Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando, y permitir el retorno definitivo de todos a la Patria.
La causa de los Cinco Héroes cubanos es conocida en el mundo entero. Sobran las informaciones, los argumentos y la documentación legal que demuestran la naturaleza arbitraria del proceso que los llevó a prisión. También se conoce el trato especialmente abusivo que acompaña las largas sentencias contra estos hombres inocentes, los prolongados confinamientos en solitario, los extensos periodos de incomunicación y tortura psicológica, la injustificada separación familiar, los obstáculos al contacto con sus representantes legales, la privación a madres, esposas e hijas de interactuar con sus seres más cercanos.
El pueblo de Cuba agradece profundamente a todas aquellas personas y agrupaciones que han sumado su voz al reclamo de que se ponga fin a tanta injusticia, a los jefes de Estado o de Gobierno, altos funcionarios gubernamentales, así como reconocidas personalidades, que de forma pública o privada han pedido la libertad de los Cinco.
Es preciso demandar con toda energía que no se añada una injusticia más, que no se insista en un castigo adicional al ya consumado, que no se ponga en peligro la vida de René, que no se continúe privando a su esposa de verlo y a sus hijas del contacto natural con su padre, que no se tome el camino oportunista de proteger aún más a los terroristas y agravar la complicidad que ha manchado al Gobierno de los Estados Unidos.
La causa de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René es la causa irrenunciable de la nación cubana. Es el compromiso de un pueblo entero contra la injusticia que están sufriendo, la lealtad hacia quienes han sabido defender la Patria con gran valor y sacrificio. No tendrá fin hasta no verlos a todos en su tierra, junto a sus seres queridos y su pueblo.