Cuando
resaltamos la trayectoria de los hombres que fundaron a la nación cubana
crecemos espiritualmente, nos mejoramos en los sentimientos porque no los
dejamos morir en la memoria.
Muchos
fueron los que un día se atrevieron a enfrentar a los que mancillaban a nuestra
tierra, tiñéndola de sangre, la que brotaba de las heridas provocadas por los
latigazos y la que salía de la manigua.
Latigazos
que se estrellaban en la humanidad de los esclavos de manera cruel,
inmisericorde y la de la manigua, originada en la lucha frontal de los cubanos
que un día dijeron basta a la ocupación colonial.
Para
eliminar las consecuencias de los latigazos contra los esclavos y detener el
derramamiento de sangre de aquellos buenos cubanos, se alzó en fecha memorable
aquel abogado empeñado en independizarnos.
Dentro
de aquel grupo de osados, de valientes nacidos en cuna de oro, que prefirieron
los rigores de la guerra a vivir en la opulencia y de espalda al sufrimiento de
los semejantes, estaba Francisco Vicente Aguilera.
Nunca
será demasiado poner en lo más alto de la dignidad cubana a este hombre,
patriota, que dejó a un lado su fortuna para sentirse afortunado por poder
luchar por la emancipación de esta tierra maravillosa.
Nunca
será demasiado expresar los sentimientos que llevaron al prócer a sumarse como
un modesto soldado a la epopeya del 68, cuando encabezaba aquel movimiento y se
sumó a Céspedes en día memorable.
Y es
que hombres como Aguilera jamás estará en el olvido, porque la luz que irradia
este ilustre bayamés nunca perderá su brillo, pues su historia está escrita no
solo en páginas de papel, también en la sangre cubana.
El
23 de junio de 1821 veía la luz por vez primera en Bayamo este cubano enorme,
proveniente de una familia muy rica de la región que le dotó de las posibilidades
de estudiar graduándose de abogado.
Aguilera
viajó a otras naciones de Europa y también estuvo en Estados Unidos, sitios en
los cuales observó los avances alcanzados por esas regiones y al volver a
Bayamo gestionó proyectos para su avance.
Siendo
presidente de la primera Junta Revolucionaria de Oriente, no puso obstáculo
alguno para que Carlos Manuel de Céspedes asumiera la dirección del movimiento
independentista.
Cuando
la división hacía mella entre los luchadores revolucionarios, apoyó a Céspedes en aquella etapa de intrigas y
pujas por el poder, dando un ejemplo de lealtad y fidelidad al Hombre de La
Demajagua.
Hoy
se cumplen 194 años del nacimiento de Francisco Vicente Aguilera, el más
desprendido y modesto de los próceres y fundador de la nación cubana.