Lo visto anoche en Bayamo es la confirmación de la esencia
alegre de los cubanos.
Todos estaban en movimientos, los mayores, los niños.
Nadie escapó a los preparativos de la fiesta de fin de año.
En mi barrio La Ollá, desde bien temprano la música invadió todos
los rincones y nadie se puso bravo por los altos decibeles que salían de las
bocinas.
Es un día en que se le permiten ciertas ´´licencias´´
a los ´´alborotadores´´ de siempre para
que den rienda suelta a sus deseos de que los demás sepan que el equipo que
poseen es el más potente de la zona.
Desde bien temprano comenzó a organizarse, según las
posibilidades de cada familia, la cena para despedir el 2013 y darle una
bienvenida con alegría al 2014.
Pero a menudo encontramos a quienes, ya en la tarde, andan buscando la vara para
asar el cerdo y usted los ve inquietos, con ganas de meterle mano a los árboles
del entorno, algo que, por suerte, no ocurrió.
Un cerdo por aquí, otro por allá y en la esquina
cercana ya se podía percibir ese olor característico de la carne asada, esas
fibras prohibidas para algunos que las comen violando las prescripciones
médicas.
Un día es un día dirían ellos. Cómo perderse ese
fiestón teniendo como provocadora a esa carne que la mayoría prefiere en
momentos especiales del año?
Un breve recorrido hacia el reparto Ojeda me permitió
saber que en el servicentro Oro Negro, en la avenida Francisco Vicente
Aguilera, la cerveza se acabó y la gente en sus exteriores reclamando más.
Pero no solo en Ojeda, también en los barrios de
Siboney, Tamayito, Jabaquito, El Valle, Manopla, Camilo Cienfuegos, Ciro
Redondo, Rosa La Bayamesa,
Jesús Menéndez y Roberto Reyes había mucha alegría.
Igual ocurrió en la periferia bayamesa, en los
asentamientos de Mabay, Julia, Entronque de Bueycito, El Dátil, Aeropuerto Viejo, El Almirante, El
Horno, Las Tamaras.
Un poco entrada la tarde, llegó un camión a la
carnicería con más cerdos y a precios estatales, muy a tono con las
posibilidades de muchos, quienes se fueron con el bullicio a comprar lo que
deseaban.
La de anoche, fue una de esas que pasan a la
eternidad en la mente de todos por la tranquilidad que ganó la calle pues todo
era felicitación para este, para aquel, para los demás.
Anoche Bayamo se dio una fiesta grande, no solamente
por la abrumadora cantidad de comida y bebida, sino por los sentimientos
expresados en cada abrazo y en los deseos de salud para los semejantes.
Qué noche la de anoche!!! En la que Los Van Van, Laritza Bacallao y
Marc Anthony se llevaron las palmas, pues no hubo calle en la que no se
escucharan sus interpretaciones.
Se acabó todo? De eso nada, ya estoy escuchando a
esta hora, 9, 12 minutos de la mañana esa música que alegra la calle y también
alegra las almas.