Editado desde la ciudad de Bayamo, Cuba, por el periodista David Rodríguez Rodríguez.
Posicionamiento
Web
<a href="https://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-url="www.fidel-elcedro.blogspot.com" data-count="vertical" data-via="WILBERDAVID"
Seguidores
lunes, 19 de marzo de 2012
PROSTITUCIÓN EN EL PARAÍSO
Tweet
Publicado por Raúl Antonio Capote
Hace cuatro años una joven realizadora polaca, Katarzyna Roslaniec, detectó por primera vez a un grupo de chicas jóvenes en un gran centro comercial de
Varsovia. Las siguió y pudo dialogar con ellas tras pedirles un
cigarrillo. Supo entonces que estas jóvenes, que iban vestidas con botas
de látex hasta los muslos, venden sus cuerpos a cambio de ropa cara, teléfonos móviles, zapatos, un perfume Chanel o una cena en un restaurante de lujo.
La mayoría de ellas son adolescentes, tienen entre 14 y 18 años, no
piden dinero a los clientes, que mayoritariamente suelen ser hombres de
clase media y de edades que varían entre los 35 y los 55 años. Realizan
el acto sexual en los servicios de grandes centros comerciales. Ofrecen sexo rápido, sin amor ni caricias, frío y brutal.
Roslaniec siguió a estas jóvenes durante
unos seis meses y conversó con algunas de ellas a través de Grono.net,
el equivalente polaco de Facebook. Pudo contactar con docenas de jóvenes
que se prostituyen de la misma forma. El resultado de este
intenso trabajo de campo es una película dramática, ‘Galerianki’, o
‘Chicas del centro comercial’, la ópera prima de esta joven e inquieta
directora polaca. El filme se estrenó en Polonia en 2009 y en
julio de 2010 ganó el premio la Luna de Valencia a la Mejor Película en
la Sección Oficial de Largometrajes del XXV Festival Internacional de
Cine Cinema Jove de la capital del Turia. ‘Galerianki’ creó una enorme
polémica en Polonia, un país muy conservador y donde una parte
importante de la sociedad se resiste a abordar cuestiones como las que
retrata Roslaniec en su largometraje.
La realizadora, que estudió Ciencias,
Economía y Derecho en la Universidad de Gdansk antes de dedicarse a
estudios de realización en la prestigiosa Escuela de Cine de Varsovia, ha
removido las aguas turbias de la doble moral e hipocresía social en
Polonia y puesto de manifiesto las miserias materiales y morales que
sufre el país centroeuropeo. También ha conmovido el corazón de
algunos ciudadanos, como le ocurrió, tras ver la película, a Maria P.,
una socióloga de 34 años que lleva un año trabajando con jóvenes
prostitutas como las protagonistas de la película ‘Galerianki’.
Nueva generación
Maria, que no quiere que se publique su
nombre completo, porque, según dice, “el anonimato facilita mi trabajo
con estas adolescentes”, está indignada porque, según ella, “la sociedad
polaca se niega a darse cuenta que no somos diferentes del resto de
Europa”. Maria ha citado a este corresponsal en el gran centro comercial
de Zlote Tarasy de Varsovia, una mole de cemento y techo de vidrio
empotrada entre la estación central y el estalinista Palacio de la
Cultura, en pleno centro de la capital. Zlote Tarasy alberga
centenares de tiendas modernas, entre las cuales se encuentran algunas
españolas como Zara y Mango, cafeterías, restaurantes, heladerías,
cines, y todo tipo de actividades de ocio.
Este gran centro del derroche es siempre
un hervidero de gente, jóvenes y adultos, de lunes a domingo. Los
polacos, que han olvidado los tiempos comunistas, son hoy tan
consumistas como el resto de los europeos. “Los jóvenes prefieren ir a
estas catedrales del consumo que a misa los domingos, y algunos, sobre
todo chicas, están dispuestos a cualquier cosa por conseguir ropa de
marca o zapatos italianos”, explica Maria. Estas adolescentes descubren
la vida de lujo que les gustaría tener a través de los escaparates de
las tiendas. Pertenecen a una nueva generación que después de 22
años de capitalismo no quiere oír hablar del pasado, y han convertido
el consumismo sin límites en una ideología y un modo de vida.
Jóvenes de clase media
Maria explica que no todas las jóvenes
que se dedican a vender su cuerpo en los grandes centros comerciales
proceden de sectores marginales de la sociedad. Las hay de clase media,
que van bien vestidas, estudian en colegios privados y tienen teléfonos
móviles caros. Son guapas y elegantes y han tenido una infancia feliz.
Entonces, ¿por qué se dedican a eso?, pregunta el periodista. La
socióloga contesta que a estas jóvenes “les gusta la ropa cara, llevar
un bolso bonito o asistir a los mejores conciertos de la capital. Hay
muchos hombres dispuestos a pagar. La sociedad es muy consumista. El
que no accede al consumo es apartado de un manotazo por los más
competitivos”.
La cineasta Katarzyna Roslaniec piensa que las jóvenes de los centros comerciales son
“hijas del capitalismo. Los padres se han perdido en la carrera tras
una nueva lavadora o un automóvil y están en casa muy rara vez”.
Según un estudio llevado a cabo por el Defensor del Menor en Polonia,
20% de las prostitutas adolescentes venden su cuerpo por ropa de diseño,
modernos aparatos o entradas para conciertos. Algunos expertos creen
que la cifra es mayor.
Otros estudios apuntan a que entre las
jóvenes mayores de edad, con una media de 24 años, hay unas 100.000 que
se dedican esporádicamente a la prostitución a cambio de regalos.
Algunas tienen un buen trabajo, pero buscan una relación con un hombre
de negocios que les pueda ofrecer un coche deportivo, joyas, vacaciones
en hoteles de lujo, ropa de marca, buenos restaurantes… La inmensa
mayoría de las adolescentes prostitutas de los centros comerciales no
están al corriente de los estudios sociológicos,
ni les interesa. En su mundo, hoy por hoy, no hay lugar para los
sentimientos, tan sólo para el consumo desenfrenado y los fríos
cálculos.
(Tomado de: Correo Diplomático)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)