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viernes, 19 de diciembre de 2008

EL ZAPATAZO


No creo que hayan sido los únicos zapatos lanzados contra alguna persona en el mundo, pero los que el periodista irakí les disparó al presidente George W. Bush deben ser los mas famosos de la historia.

Prefiero ver esa acción como la de un profesional de la prensa molesto por la presencia norteamericana en su país, que ha ocasionado daños irreparables a las familias de esa nación, al patrimonio cultural que se atesoraba allí y a las riquezas petroleras, principal razón para la injusta invasión de Estados Unidos.

Pero ese zapatazo también lo veo como una reacción de la humanidad contra una persona que ha traído al mundo desgracias de tal magnitud que difícilmente puedan ser olvidadas.

Ese zapatazo representa el rechazo de los pueblos a las políticas imperiales, no solo a las económicas, que tienen al mundo al borde del colapso definitivo, también a las ambientales, a las que Bush ha hecho caso omiso a los reclamos del mundo para revertir la actual situación del calentamiento global.

Asimismo, los zapatos disparados contra el saliente,(al fin), presidente de Estados Unidos, llevan un mensaje de condena por la errática e inmoral guerra contra el terrorismo, sustentada en los criminales atentados del 11-S.

Bush prometió acabar con el terrorismo en el mundo, y la conclusión visible es que ese flagelo, lejos de desaparecer, se incrementa debido a la terca obsesión de no ir a las causas que lo generan.

Veo ese zapatazo, la ofensa mas grande que se le pueda hacer a alguien en Irak, como una respuesta de ese pueblo ante tanta tortura, tantos asesinatos, tantos desplazados y tanto dolor causado.

Me parece bien que finalizando el 2008, Bush se lleve en su récord personal, colmado de imperfecciones, estupideces expresadas en importantes foros internacionales, esa imagen de dos zapatos volando hacia su cabeza, tomada por el excesivo alcohol que le corroe lo que le queda de alma.

Ese zapatazo representa la ira de los pobres de este mundo, de los muertos por el hambre y la miseria, de esos niños que no han alcanzado a disfrutar de las mañanas porque el hambre les borró la visión y la vida.

Funesta presencia de Bush en Irak. Fue a despedirse de los soldados que envió a morir para enriquecer las billeteras de los millonarios y lo que encontró en el horizonte fueron dos misiles de cuero que con malas intenciones buscaban el blanco de su testa.

Así se escribió esa historia que nunca será olvidada. El periodista que hizo tal acto de protesta está detenido y según se dice golpeado y torturado, no podía encontrar en la celda donde lo mantienen otra cosa que no fuera eso, al fin y al cabo sus captores están entrenados para matar y asesinar al estilo de Bush y de su vicepresidente Richard Cheeny.
Autor: David Rodriguez Rodriguez

DIA DEL EDUCADOR


El maestro es un sol que brilla en el altar de la honra.

La luz que irradia ilumina los oscuros vericuetos de la ignorancia, sembrando letras, palabras, oraciones con significados brillantes que dan paso al conocimiento, insoslayable herramienta para el mejoramiento humano.

El maestro es sostén de la cultura.

Sin el maestro el mundo no hubiera avanzado a la velocidad alcanzada. Sin el maestro no hubiésemos tenido al inmenso José de la Luz y Caballero, sin el maestro no habríamos podido encontrar a Félix Varela ni a Rafael María de Mendive.

Sin la impronta de ellos, José Martí se hubiera visto imposibilitado de ejercer la profesión evangélica, viva en sus expresiones, viva en su ejemplo, viva en su sacrificio por la Independencia de la Patria.

El maestro estimula, abraza lo hermoso de la vida y lo convierte en bien común para todos. El maestro es sapiencia, punto de llegada y de partida. El maestro une, glorifica, siembra en los parajes más recónditos de la conciencia humana.

El maestro, la maestra, está dotado de una sensibilidad extraordinaria, de una paciencia sin límites y de un amor infinito hacia esa labor permanente de enseñar no solo las asignaturas del programa docente, también inculcan valores como el respeto a la dignidad de los seres humanos.

El Padre de la Patria, maestro liberador de esclavos, enseñaba en el momento en que fue sorprendido por los enemigos. Lo hacia en condiciones muy difíciles, pero lo hacia. Qué gran ejemplo el de Céspedes para las nuevas generaciones de aquellos que pretendan escalar la gloria de la enseñanza!!

El maestro es un sol que brilla en el altar de la honra!

Cuántos maestros habrán entregado la vida en las aulas, cuántos habrán dejado luego de su muerte, ese sendero sin opacidades, colmado de llamas indicando la ruta hacia la felicidad de los semejantes?

El maestro es el sostén de la cultura.
Maestros tenemos en cifras extraordinarias. Maestros tenemos con sobradas razones para esculpir la honradez, la honestidad, el amor a la Bandera y a nuestro Himno.

Maestros ataviados con la humildad de los grandes, porque solo los grandes demuestran y ostentan humildad en su actuar por la vida. Y quien podría negarle a un maestro el derecho de insuflar esos valores a las actuales y futuras generaciones?

Hoy es el Día del Educador, frase que se escribe con prontitud, pero que encierra un largo camino de preparación, no solo ya profesional, requiere también de altruismo, ese que desde José Martí hasta ahora nos llega con esa luz segadora de la ignorancia.

jueves, 18 de diciembre de 2008

CINCUENTA AÑOS DE LA REVOLUCION CUBANA


Y henos aquí, a corta distancia del sitio sagrado de la Patria que es La Demajagua, donde se inició la lucha por la independencia cubana.

Allí están el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, junto a José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez.

Ellos propiciaron este momento culminante de la historia, la que escribieron en los campos insurrectos y que Fidel resumió en singular momento de dispersión de la guerrilla cuando pronunció aquella frase al encontrarse con Raúl: Ahora sí ganamos la guerra!

Contienda bélica continuadora del afán libertario, impedido por el enemigo de ayer y de hoy, en su intento de anexar esta tierra al patrimonio de las barras y las estrellas

Aquel Oriente sigue siendo el Oriente hoy, multiplicado en todas las provincias cubanas, levantando aquel sol de la libertad como un llamado para sostener las ideas de los próceres y defender con la propia vida las conquistas alcanzadas.

La azarosa trayectoria del pueblo cubano en el camino hacia la independencia tiene momentos cumbres en los que los patriotas de todos los tiempos demostraron coraje y amor, valentía y sensibilidad, inteligencia y humanismo.

En estas tierras de Granma, por donde la historia cubana comenzó a forjarse, muchas son hoy las muestras que señalan la justeza de la causa defendida con tanto apego a nuestro Himno y a la Enseña Nacional, por generaciones de compatriotas, que no dejaron morir el pensamiento martiano.

Medio siglo de aquel instante glorioso en el que se aunaron los cubanos alrededor de Fidel para tomar el cielo por asalto, para tocar las altas cotas de la libertad, para insuflar en todas las naciones latinoamericanas bajo tutelaje yanqui entonces, la real posibilidad de ser libres.

Cincuenta años con nuestra Bandera ondeando a los cuatro vientos, orgullosa de la historia vivida hasta ese momento y más orgullosa aún por el derroche de amor de todo un pueblo que se alzó sobre el sufrimiento para atizar alegría, para disfrutar de la luz, luego de tantos años de oscuridad y explotación.

Medio siglo vistiendo la guayabera como expresión de amor a la patria y a nuestros campos, donde no hay desamparados, ni analfabetos, ni vientres de niños abultados, ni guardia rural que desaloje a los dueños de la tierra, ni sepulturas en las costas.

Cincuenta años de campesinos y obreros unidos en un solo camino, de intelectuales dignos, de científicos al servicio del pueblo, de mujeres que dejaron atrás, para bien de la sociedad, aquellos terribles momentos de sumisión y discriminación.

Medio siglo de manos negras y de manos blancas pintando con los colores de la dignidad los caminos y los vericuetos más intrincados de la montaña y de los llanos, de los pequeños pueblos y de las grandes ciudades.

Cincuenta años salvando vidas de aquí y de otras tierras, expresión de que Patria es Humanidad.

Medio siglo con la cultura como Espada y Escudo de la Nación, sostén del presente y del futuro, herramienta indispensable para de dejar de ser lo que somos.

Cincuenta años vestidos de verde olivo, inequívoca señal del Señor de la Vanguardia de una verdad ineludible: El Ejército Rebelde es el pueblo uniformado pero erigido ya como Caguairam en la resistencia y en la victoria.

Medio siglo con el mismo sol, tejiendo con los colores de la aurora la más bella mañana del porvenir, que solo será más hermoso con la entrega de sudor de todos los cubanos haciendo cada cual lo que le corresponda en homenaje a la libertad conquistada.

Cincuenta años con Fidel al frente del borde delantero de esta batalla, que no solo se ha desarrollado en nuestro suelo, pues otras tierras del mundo han sido abonadas con la sangre generosa de la juventud cubana.

Medio siglo con la cabeza levantada frente a un Imperio presto a destruir el sueño de independencia de Céspedes, Martí, Maceo y Gómez, el mismo sueño de Raúl, Camilo y el Che.

Cincuenta años, ya han pasado cincuenta años, y la Revolución Cubana, la misma que en La Demajagua Céspedes inició con la hidalguía de los grandes, mantiene viva aquella expresión:

VIVA CUBA LIBRE!!!!
Autor:
David Rodriguez