Y henos aquí, a corta distancia del sitio sagrado de la Patria que es La Demajagua, donde se inició la lucha por la independencia cubana.
Allí están el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, junto a José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez.
Ellos propiciaron este momento culminante de la historia, la que escribieron en los campos insurrectos y que Fidel resumió en singular momento de dispersión de la guerrilla cuando pronunció aquella frase al encontrarse con Raúl: Ahora sí ganamos la guerra!
Contienda bélica continuadora del afán libertario, impedido por el enemigo de ayer y de hoy, en su intento de anexar esta tierra al patrimonio de las barras y las estrellas
Aquel Oriente sigue siendo el Oriente hoy, multiplicado en todas las provincias cubanas, levantando aquel sol de la libertad como un llamado para sostener las ideas de los próceres y defender con la propia vida las conquistas alcanzadas.
La azarosa trayectoria del pueblo cubano en el camino hacia la independencia tiene momentos cumbres en los que los patriotas de todos los tiempos demostraron coraje y amor, valentía y sensibilidad, inteligencia y humanismo.
En estas tierras de Granma, por donde la historia cubana comenzó a forjarse, muchas son hoy las muestras que señalan la justeza de la causa defendida con tanto apego a nuestro Himno y a la Enseña Nacional, por generaciones de compatriotas, que no dejaron morir el pensamiento martiano.
Medio siglo de aquel instante glorioso en el que se aunaron los cubanos alrededor de Fidel para tomar el cielo por asalto, para tocar las altas cotas de la libertad, para insuflar en todas las naciones latinoamericanas bajo tutelaje yanqui entonces, la real posibilidad de ser libres.
Cincuenta años con nuestra Bandera ondeando a los cuatro vientos, orgullosa de la historia vivida hasta ese momento y más orgullosa aún por el derroche de amor de todo un pueblo que se alzó sobre el sufrimiento para atizar alegría, para disfrutar de la luz, luego de tantos años de oscuridad y explotación.
Medio siglo vistiendo la guayabera como expresión de amor a la patria y a nuestros campos, donde no hay desamparados, ni analfabetos, ni vientres de niños abultados, ni guardia rural que desaloje a los dueños de la tierra, ni sepulturas en las costas.
Cincuenta años de campesinos y obreros unidos en un solo camino, de intelectuales dignos, de científicos al servicio del pueblo, de mujeres que dejaron atrás, para bien de la sociedad, aquellos terribles momentos de sumisión y discriminación.
Medio siglo de manos negras y de manos blancas pintando con los colores de la dignidad los caminos y los vericuetos más intrincados de la montaña y de los llanos, de los pequeños pueblos y de las grandes ciudades.
Cincuenta años salvando vidas de aquí y de otras tierras, expresión de que Patria es Humanidad.
Medio siglo con la cultura como Espada y Escudo de la Nación, sostén del presente y del futuro, herramienta indispensable para de dejar de ser lo que somos.
Cincuenta años vestidos de verde olivo, inequívoca señal del Señor de la Vanguardia de una verdad ineludible: El Ejército Rebelde es el pueblo uniformado pero erigido ya como Caguairam en la resistencia y en la victoria.
Medio siglo con el mismo sol, tejiendo con los colores de la aurora la más bella mañana del porvenir, que solo será más hermoso con la entrega de sudor de todos los cubanos haciendo cada cual lo que le corresponda en homenaje a la libertad conquistada.
Cincuenta años con Fidel al frente del borde delantero de esta batalla, que no solo se ha desarrollado en nuestro suelo, pues otras tierras del mundo han sido abonadas con la sangre generosa de la juventud cubana.
Medio siglo con la cabeza levantada frente a un Imperio presto a destruir el sueño de independencia de Céspedes, Martí, Maceo y Gómez, el mismo sueño de Raúl, Camilo y el Che.
Cincuenta años, ya han pasado cincuenta años, y la Revolución Cubana, la misma que en La Demajagua Céspedes inició con la hidalguía de los grandes, mantiene viva aquella expresión:
VIVA CUBA LIBRE!!!!
Allí están el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, junto a José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez.
Ellos propiciaron este momento culminante de la historia, la que escribieron en los campos insurrectos y que Fidel resumió en singular momento de dispersión de la guerrilla cuando pronunció aquella frase al encontrarse con Raúl: Ahora sí ganamos la guerra!
Contienda bélica continuadora del afán libertario, impedido por el enemigo de ayer y de hoy, en su intento de anexar esta tierra al patrimonio de las barras y las estrellas
Aquel Oriente sigue siendo el Oriente hoy, multiplicado en todas las provincias cubanas, levantando aquel sol de la libertad como un llamado para sostener las ideas de los próceres y defender con la propia vida las conquistas alcanzadas.
La azarosa trayectoria del pueblo cubano en el camino hacia la independencia tiene momentos cumbres en los que los patriotas de todos los tiempos demostraron coraje y amor, valentía y sensibilidad, inteligencia y humanismo.
En estas tierras de Granma, por donde la historia cubana comenzó a forjarse, muchas son hoy las muestras que señalan la justeza de la causa defendida con tanto apego a nuestro Himno y a la Enseña Nacional, por generaciones de compatriotas, que no dejaron morir el pensamiento martiano.
Medio siglo de aquel instante glorioso en el que se aunaron los cubanos alrededor de Fidel para tomar el cielo por asalto, para tocar las altas cotas de la libertad, para insuflar en todas las naciones latinoamericanas bajo tutelaje yanqui entonces, la real posibilidad de ser libres.
Cincuenta años con nuestra Bandera ondeando a los cuatro vientos, orgullosa de la historia vivida hasta ese momento y más orgullosa aún por el derroche de amor de todo un pueblo que se alzó sobre el sufrimiento para atizar alegría, para disfrutar de la luz, luego de tantos años de oscuridad y explotación.
Medio siglo vistiendo la guayabera como expresión de amor a la patria y a nuestros campos, donde no hay desamparados, ni analfabetos, ni vientres de niños abultados, ni guardia rural que desaloje a los dueños de la tierra, ni sepulturas en las costas.
Cincuenta años de campesinos y obreros unidos en un solo camino, de intelectuales dignos, de científicos al servicio del pueblo, de mujeres que dejaron atrás, para bien de la sociedad, aquellos terribles momentos de sumisión y discriminación.
Medio siglo de manos negras y de manos blancas pintando con los colores de la dignidad los caminos y los vericuetos más intrincados de la montaña y de los llanos, de los pequeños pueblos y de las grandes ciudades.
Cincuenta años salvando vidas de aquí y de otras tierras, expresión de que Patria es Humanidad.
Medio siglo con la cultura como Espada y Escudo de la Nación, sostén del presente y del futuro, herramienta indispensable para de dejar de ser lo que somos.
Cincuenta años vestidos de verde olivo, inequívoca señal del Señor de la Vanguardia de una verdad ineludible: El Ejército Rebelde es el pueblo uniformado pero erigido ya como Caguairam en la resistencia y en la victoria.
Medio siglo con el mismo sol, tejiendo con los colores de la aurora la más bella mañana del porvenir, que solo será más hermoso con la entrega de sudor de todos los cubanos haciendo cada cual lo que le corresponda en homenaje a la libertad conquistada.
Cincuenta años con Fidel al frente del borde delantero de esta batalla, que no solo se ha desarrollado en nuestro suelo, pues otras tierras del mundo han sido abonadas con la sangre generosa de la juventud cubana.
Medio siglo con la cabeza levantada frente a un Imperio presto a destruir el sueño de independencia de Céspedes, Martí, Maceo y Gómez, el mismo sueño de Raúl, Camilo y el Che.
Cincuenta años, ya han pasado cincuenta años, y la Revolución Cubana, la misma que en La Demajagua Céspedes inició con la hidalguía de los grandes, mantiene viva aquella expresión:
VIVA CUBA LIBRE!!!!
Autor:
David Rodriguez
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