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miércoles, 18 de mayo de 2016

JUAN JOAQUIN URBINA PIÑEIRO: UN BAYAMES DEL 24 DE FEBRERO DE 1895

Los bayameses no solo pelearon en sus propias tierras en aquellos oscuros días de la ocupación colonial española, sus esfuerzos se desplegaron en otras zonas del valiente oriente de la Isla.

Muchos fueron los que se destacaron en esas acciones, ganándose el respeto de los demás integrantes del Ejército Libertador y de los jefes que confiaron siempre en los bayameses por su valentía y fidelidad.

Uno de esos bayameses combatió bajo las órdenes de cuatro de los grandes generales de la gesta emancipadora cubana, lo que pone muy en alto los principios que defendió con esos bravos exponentes revolucionarios.

Juan Joaquín Urbina Piñeiro, nació en Bayamo en 1846 y falleció en Los Negros, Contramaestre el 21 de junio de 1941, dejando una huella extraordinaria de amor a la patria.

Urbina ofreció sus servicios a la liberación nacional siguiendo las orientaciones de Antonio Maceo, Calixto García, Saturnino Lora y Jesús Rabí, demostrando su valía como soldado de la revolución.

El 24 de febrero, en el reinicio de la guerra necesaria, se alzo en Baire, siendo uno de los que más personal aporto para apoyar la hermosa idea de José Marti para alcanzar la emancipación nacional.

Por la osadía plasmada en los combates obtuvo el grado de Coronel del Ejército Libertador, como gran soldado de las tres guerras de independencia, por lo que merece el recuerdo y el respeto de los cubanos.

Juan Joaquín Urbina Piñeiro llevo a los campos de batalla toda esa rebeldía bayamesa que propicio el Levantamiento de La Demajagua, pasando por el revés de Yara y la Toma de la ciudad aquel 20 de octubre de 1868.

Como él, numerosos hijos de esta ciudad se afanaron por hacer realidad los preceptos enarbolados por Carlos Manuel de Céspedes que se resumían en ver a una Cuba libre de esclavistas y explotadores.

Cuando recordamos las fechas más importantes de la patria, cuando reverenciamos a aquellos hombres y mujeres que lo dieron todo por la libertad, estamos homenajeando también a este gran bayamés.

Juan Joaquín Urbina Piñeiro tiene su nombre inscripto en el libro de oro de la nación cubana, por su arrojo, valentía y su amor infinito a la tierra que lo vio nacer.

lunes, 16 de mayo de 2016

OSCAR NO FUE SU UNICO HIJO: SE CUMPLIO LA PROFESIA

El 29 de mayo de 1870, una descarga de fusilería provoco el vuelo anticipado de los gorriones asentados en las inmediaciones de una instalación del colonialismo español en la ciudad de Camagüey.

Aquellas balas segaron la vida de un joven de 23 años cuyo único delito comprobado fue su disposición de pelear por la independencia de la patria, hollado su suelo por las botas de los soldados españoles.

El eco de los disparos tiene que haber llegado a los sentimientos de su padre, quien desde el 10 de octubre de 1868 se había convertido en el paladín de los anhelos patrios de libertad.

Aquel joven, ajusticiado en la flor de su juventud era Amado Oscar de Céspedes, hijo del Padre de la Patria, a quien quisieron sobornar conminándolo a escribir una carta a su padre para que depusiera las armas.

“Yo jamás traicionaré a mi Patria y mucho menos a mi padre”, esa viril posición, a la altura de la dignidad de los cubanos, resulto ser la sentencia de muerte para Amado Oscar de Céspedes.

No claudico ni siquiera ante la posibilidad de morir en manos de los enemigos colonialistas españoles, que utilizaron todos los medios posibles para quebrantar la moral del hijo de Carlos Manuel de Céspedes.

Amado Oscar había nacido en Bayamo el nueve de julio de 1847, poco tiempo después fue trasladado por la familia para Manzanillo donde curso los primeros estudios.

Quiso seguir los derroteros profesionales de su papa por lo que se traslado a La Habana donde culmino los estudios de segunda enseñanza matriculando luego en la carrera de derecho del alto centro académico.

Los acontecimientos del 10 de octubre de 1868 lo sorprendieron en la capital cubana y de ahí partió hacia Estados Unidos con el interés de enrolarse en alguna de las expediciones hacia la Isla e incorporarse a la lucha.

Luego de varios intentos infructuosos, pisa tierra cubana el 19 de enero de 1870, en un punto situado entre Manatí y Puerto Padre, no pudiendo casi disfrutar de ese momento de alegría pues comenzó la persecución española.

Esquivando esos y otros obstáculos, pudo al fin llegar al campamento de su padre en las cercanías de Guáimaro, satisfecho por poder estar en el frente de batalla por la eliminación de la presencia colonial ibérica.

El domingo 29 de mayo, se cumplen 145 años del atroz fusilamiento de Oscar Amado de Céspedes de quien su padre dijo: «Oscar no es mi único hijo, lo son todos los cubanos que mueren por las libertades patrias.»

LA HERMOSA Y VALIENTE MUJER BAYAMESA

La mujer bayamesa ha sido un formidable sostén revolucionario desde aquel luminoso día cuando en La Demajagua se escucho el hermoso grito de Viva Cuba Libre!

Desde entonces, y a lo largo de más de cien años de lucha, las bayamesas han desempeñado el rol que la patria ha demandado de ellas y en el presente siguen siendo los horcones en los que se asientan nuestros sueños.

Desde aquel día fundacional del primer comité revolucionario de Bayamo, ya estaban presentes, bien cerca de los acontecimientos mujeres de esta ciudad quienes también apostaron por la independencia.

Esa laboriosa entrega de las bayamesas no se detuvo ni siquiera en grandes momentos de peligro para sus vidas, aun así, no cejaron en el empeño dejando un legado que las generaciones femeninas de hoy han asumido.

Como olvidar aquellos tiempos en que las mujeres de entonces cosían banderas, ayudaban a los heridos en combate, hacían todo cuanto era necesario para apoyar los derroteros presididos por el Padre de la Patria.

Ese afán, ese amor por ver a Cuba libre de la presencia colonial española se mantuvo durante todo el siglo 20 en manifestaciones contra los gobiernos entreguistas de aquellos tiempos.

Al comenzar la última etapa por la liberación nacional se incremento la presencia de la mujer bayamesa en los trajines libertarios y no fueron pocas las que se destacaron en las actividades de la clandestinidad.

En este periodo tuvieron especial presencia en las actividades insurreccionales Flora Mirabal, Eloina Guerra Carmen Salcedo, Hermelinda Áreas, Fela Luisa Castro, Clara Rubio, Flora Mirabal y Dania Barrios.

También Ana B. Vázquez López, Mercedes de Varona, Luisa Roig, Ana María Rodríguez, Carmen Rodríguez, Enma R. Hechavarría, Carmen Rodríguez Corona, Dulce Serrano, Ofelia Millán y Dioclecia Saborit.

Otros nombres son los de Araceli Castro, Conchita Lacalle, Josefina Alcina, Dania Barrios, Eloina Guerra, Julita Guevara Casate, Melva Solís, Lucrecia Martínez, Clara Rosales, Enma Silva, Melva Solís y Cheita Varona.

Ellas no están olvidadas, forman parte de la historia de rebeldía de las bayamesas, que en todos los tiempos han aportado lo suyo en el camino de la redención cuyos frutos hoy disfrutamos.



BAYAMESES EN LA ULTIMA ETAPA DE LA LIBERACION NACIONAL

El pueblo de Bayamo tuvo una gran participación en la lucha que culmino el primer día de enero de 1959, con la participación de valientes jóvenes que deseaban terminar con la dictadura batistiana.

En ese afán de erradicar aquel oscuro momento de la historia patria, se destacaron muchos jóvenes que poniendo su vida en peligro se entregaron de manera sincera para cambiar las circunstancias con las que sufrían.

Desde la temprana fecha del 24 febrero de 1956 se oficializa el Movimiento 26 de Julio, en el antiguo sindicato de torcedores, ubicado en la calle Pio Rosado, entre Parada y la calle Cacique Guama.

Esa reunión estuvo presidida por el extraordinario Frank País García un experto en la lucha clandestina en la zona oriental y allí también estaban varios bayameses entre los que se encontraba Robert Arnaldo Paneque.

Este hecho propicio la constitución de células clandestinas del Movimiento 26 de Julio en centros laborales y barrios de Bayamo y de su periferia dando de esa manera un fuerte impulso a las acciones contra la tiranía.

Julia, Mabay y Humilladero fueron barrios en los que los jóvenes revolucionarios se entrenaban para las futuras luchas anti batistianas, destacándose entre ellos Eloy Paneque, José Yero y Rafael Lapinel.

Un hecho destacado ocurrió el 26 de julio de 1957, en esa jornada ¨¨ desde varias casas, como las de Flora Mirabal y Eloina Guerra se soltaron globos, con propaganda revolucionaria.

En el devenir de la lucha revolucionaria centros laborales como la antigua Nestlé, fabrica de refrescos, fábrica de tabacos Moya y los sectores comercial y estudiantil se destacaron en el enfrentamiento a la dictadura.

Evidio Corona en la Nestlé, Manuel Concha entre los tabacaleros, Abigail González en la fábrica de refrescos, Rogelio Cedeño y Renato Alarcón entre los comerciantes y William Selva y Rafael Lapinel, fueron puntales en esas acciones.

Muchas organizaciones secundaron las tareas revolucionarias en Bayamo en esa etapa, Partido del Pueblo Cubano, Ortodoxo, Movimiento de Resistencia Cívica, y la Federación Estudiantil Clandestina Bayamesa.

También el Partido Socialista Popular, Partido Revolucionario Cubano, y el Movimiento 26 de Julio
De esta manera Bayamo sumo a muchos de sus hijos al combate, algunos de los cuales no pudieron disfrutar de la aurora del
primero de enero de 1959 porque abonaron con su sangre el camino hacia la victoria.

jueves, 12 de mayo de 2016

POETAS Y PATRIOTAS

¿Cuantos poetas en la historia de la humanidad habrán tomado las armas para luchar por la independencia de sus pueblos sojuzgados, explotados, masacrados?
¿En cuántas ciudades se habrán levantado los versos de los poetas en función de alcanzar la redención social de sus pueblos, ávidos de libertad y soberanía?
Bayamo es un ejemplo grandioso desde todos los puntos de vista en ese afán de exterminar la presencia colonial española y construir un país unido sin esclavitud para propiciar el clima de paz que se merecen los pueblos.
Ese camino estuvo aderezado con los versos, las poesías, los mensajes que solo los poetas pueden ofrecer cuando la patria necesita de todos y para el bien de todos.
Algunos de los poetas bayameses conocieron de los rigores de la manigua, a la que se fueron luego de quemada la ciudad aquel 12 de enero de 1869, en acto sublime de suprema rebeldía revolucionaria.
Allí no solo empuñaron las armas, también encontraron tiempo para dar rienda suelta a sus musas, esas que los acompañaron en toda la cruzada desde La Demajagua hasta nuestros días.
Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria cultivaba la poesía con tanta pasión como la manera en que asumió el rol que le deparaban sus deseos de ver a su tierra libre de la presencia ibérica.
Perucho Figueredo, autor del Himno Nacional, era un poeta consumado que nos ha dejado un legado extraordinario no solo acerca de ese andar por los vericuetos de los versos, sino de entrega absoluta como hombre de guerra.
José Joaquín Palma es otro de los de aquella generación que hizo lo suyo, no solo blandiendo su modo de pensar cabalgando por los versos de su poesía, sino uniendo para siempre a los pueblos de Guatemala y Cuba.
Elogio mayor recibió José Joaquín Palma al ser calificado por José Marti como el Poeta de la Patria, siendo el Apóstol la máxima expresión de esa manera de contar la vida.
Uno de los más recios conspiradores, José Fornaris, uno de los inspiradores de la canción La Bayamesa, conoció de los rigores del destierro, pero eso no impidió que continuara su lucha por la independencia.
Poetas y patriotas bayameses, hombres que lo dejaron todo materialmente hablando, pero no sus musas, que los acompañaron siempre por el camino resplandeciente de la libertad y la soberanía de la nación.

sábado, 7 de mayo de 2016

A BLADIMIR DESDE LAS PROFUNDIDADES DE UNA AMISTAD

Aun no he asimilado bien esa mala noticia. Preferiría que ha sido un sueño malo, pero la realidad es tan contundente que niega cualquier imaginación, entonces no me queda más remedio que aceptarla tal y como es.
Es probable que me quede en las manquedades al hablar de ese amigo que prefirió dejar sus huesos aquí en Bayamo, para acompañarnos desde bien cerca, vigilando nuestros pasos, para guiándonos en la oscuridad, y protegernos de las tempestades naturales y humanas.
Cuando aún era estudiante de preuniversitario ya se hablaba de sus dotes para el verso y la literatura y es que despunto desde aquel momento para seguir despuntando toda la vida y seguirá en esa línea aun después de su muerte.
Lo tengo muy presente desde que entro un día, felizmente a Radio Bayamo, emisora en la que desplego una intensa labor difundiendo lo mejor de la música cubana y lo más trascendente de la literatura en aquel programa Orbita, del que lamentablemente solo queda el recuerdo.
Su presencia en la radio revoluciono el cotidiano bregar y podía vérsele en los estudios lo mismo a las siete de la mañana que a las dos de la madrugada martirizando,, en el buen sentido de la palabra, a los realizadores de sonido especialmente al jubilado Zenen Labaut Pérez.
Era atípico en su concepción radial pues no entraba al estudio con el guion en la mano, todo lo que decía lo llevaba en su cabeza de buen pensador pues no expresaba nunca una palabra de mas, justamente lo que él quería para que llegara el mensaje a los oyentes.
Lo recuerdo defendiendo sus concepciones acerca del arte, blandiendo siempre la espada de la verdad, consecuente consigo mismo, trazando pautas, convenciendo, en lo que era sencillamente genial.
Un día que no deseo recordar me dijo que se alejaba de Radio Bayamo, nunca me dio las razones pero yo sabía que ante su monumental sagacidad e inteligencia, algunos trataron de levantarle un muro para la incomunicación, era demasiado grande para los burócratas de entonces.
Un hombre de su inmensidad pudo haber hecho una notabilísima labor en la radio de Bayamo, pero las incomprensiones, la ignorancia y la incultura de algunos decisores de entonces, lo obligaron a emigrar hacia la capital del país.
Qué bueno que no lo perdimos!!!
Qué bueno que no torció el camino!!!
Qué bueno que Bladimir Zamora Céspedes, nacido entre cañaverales de su Cauto del Paso, no renuncio a seguir acompañándonos desde esa trinchera de la cultura cubana que es el Caimán Barbudo!!
Yo no quiero imaginarlo entre los ángeles celestiales porque aunque partió hacia la eternidad, su voz, ronca a veces, susurrante otras, nos dice que sigue siendo muy terrenal, hacedor del bien y muy amigo de los que se empeñan en no dejar morir a la trova cubana.

viernes, 6 de mayo de 2016

MANUEL CEDEÑO, BAYAMES Y HEROE CONTINENTAL

Dicen que fue uno de los más bravos hombres en las cruzadas de Simón Bolívar en tierras de Nuestra América y su fue ayudante hasta los últimos momentos de su vida.

La historia recoge su nombre en la larga lista de aquellos hombres que solo llevaban como escudo la coraza de sus ideales y como arma la convicción de una justa lucha para alcanzar la independencia de Nuestra América.

Es que en esta parte del mundo, donde se asentó un día el poder
colonial español, surgieron seres humanos a los que no les gustaba para nada aquella acción ante la primera bofetada de poner la otra mejilla.

Uno de esos grandes hombres, cuya luz sigue iluminando a este continente, nació en la ciudad de Bayamo, precisamente el 6 de mayo de 1770, para iniciar así su peregrinar en busca de la redención de los pueblos.

Manuel de Jesús Cedeño, alcanzó los más altos grados en aquel ejército de Bolívar que tanto hizo por la libertad de nuestros pueblos, atenazados, expoliados, asesinados por el imperio español.

El general Cedeño, bravo entre los bravos, tendió su brazo solidario para desterrar la esclavitud impuesta por los colonizadores ibéricos.

Tanta sangre derramada por los efectos de los latigazos, encontró una respuesta revolucionaria en el, avanzada, para aquellos tiempos.

De Manuel de Jesús Cedeño no existen muchos documentos, pero se dice que partió de Bayamo hacia Haití, donde fue reclutado por Simón Bolívar para su proyecto de Patria Grande libre de explotadores coloniales.

El ejemplo de Cedeño no quedó como algo pétreo en nuestra historia cubana y latinoamericana pues muchos combatientes de diferentes nacionalidades pelearon por otras, haciendo real aquel sueño bolivariano.

Otros hombres, en otras circunstancias, también dejaron todo atrás y se lanzaron a la gloria luchando bajo las banderas de ese internacionalismo que Cedeño mostró con su incorporación a las huestes del Libertador.

Los bayameses tenemos una deuda con este extraordinario luchador anti-colonial que tanta hidalguía, valor y honestidad demostró en el afán de una América libre y soberana de cualquier poder explotador.

Hace algunos años en el Parque de La Olla, se hizo un intento de colocar la imagen de Cedeño, muy cerca de donde nació en la calle Máximo Gómez pero eso quedo en las intenciones.

Esa es una deuda que se mantiene y que ojala algún día se pueda tener su imagen en ese sitio para poder homenajearle en la ciudad donde nació en 1770




lunes, 2 de mayo de 2016

DE LA MUERTE A LA VIDA

Corría el mes de enero de 2008.

Una llamada telefónica a eso de las diez de la noche de uno de esos días, me despojo del sueño que trataba de rendirme.

Era una invitación para realizar un recorrido que nunca pensé que quedaría para siempre en mi memoria, debido al profundo impacto de humanismo que genero.

Subí al auto de Lázaro Expósito Canto, a la sazón, primer secretario del Partido en Granma y de entrada cometí una pifia al preguntar hacia donde nos dirigiríamos.

El me dijo, eso no se pregunta. Ya te enteraras de eso y del objetivo de este recorrido que paso, ampliamente, de la media noche fría, muy fría de entonces.

El vehículo se desplazo por la Avenida Francisco Vicente Aguilera y pensé que estaríamos en pocos minutos en el Hospital Infantil o en la fábrica de productos dietéticos.

Pues no. El auto siguió rumbo al puente sobre el rio Bayamo y a los pocos metros torció hacia la entrada al cementerio de la ciudad Monumento Nacional y se detuvo ante su cerrada puerta de metal.

Ya ante la entrada, Lázaro llamo al custodio que estaba acostada sobre un banco de madera atravesado en la puerta y envuelto en una especie de frazada para guarecerse del frio de la medianoche.

La puerta no se abría y Lázaro volvió a llamar, ya dando algunos golpes sobre el metal con la intención de que alguien escuchara sus reclamos para que se abriera.

De pronto, una voz se escucho desde el interior diciendo: ¨¨Quien coj… esta jodiendo aquí a esta hora?¨¨.
A lo que el Primer Secretario del Partido respondió: ¨¨ Soy Lázaro Expósito y quiero entrar al cementerio¨¨.

Como por arte de magia, la puerta se abrió y entonces pudimos entrar, siendo observados por aquel hombre que apenas pudo balbucear algunas palabras casi sin poder sostener sobre sus piernas.

El alcohol lo había vencido y pasaba la resaca sobre aquel banco de madera que le servía de cama en su horario laboral, cuando debía estar atento a su trabajo.

De inmediato nos dirigimos hacia el final del cementerio por su calle central, oscura enyerbada, dando una imagen deplorable para un sitio de tanto recogimiento, donde descansan nuestros familiares y amigos.

Era tan deprimente la imagen, que Lázaro comento: ¨¨¨Si me muero aquí no me entierren, esto está muy sucio, feo y oscuro¨¨.
Tomo el teléfono y llamo al funcionario al frente de esa esfera, al que pregunto si estaba descansando, este le respondió que
estaba ya en su casa y Lázaro le dijo: ¨¨ Y yo aquí haciendo tu trabajo. Aquí te espero.

Llego raudo, a tiempo para escuchar palabras muy fuertes, una crítica basada en la objetividad de lo presenciado en el cementerio y que justificaba el señalamiento.

El funcionario escucho sin interrumpir, al parecer tomo las señas de lo escuchado y solo pregunto qué hacía con el custodio, a lo que el primer secretario del Partido respondió: Edúcalo.

De allí salimos y pensé que todo había terminado. Otra pifia, pues el auto volvió sobre su recorrido por la Avenida Francisco Vicente Aguilera y entro al recinto de la funeraria de Bayamo.

Nadie de los presentes, ni los dolientes ni trabajadores esperaban tal visita ya pasada la medianoche, pero allí estaba el Primer Secretario del Partido en aquella invernal madrugada de enero.

Lázaro hablo con todos. Pregunto a los dolientes sobre la calidad del servicio fúnebre y a los trabajadores acerca de las condiciones laborales existentes en la funeraria.

Inmediatamente se traslado a la cafetería ubicada en esa instalación, comprobando la existencia de tazas para el café con las azas partidas y la poca cantidad para la venta.

Volvió a tomar el teléfono y llamo al funcionario al que le pregunto cómo podía dormir tranquilo con esa situación en la cafetería, reclamando su presencia en el lugar de manera inmediata.

El reloj marcaba la 1 y 30 ante meridiano y cuando nos disponíamos a salir de la funeraria, una trabajadora de la fábrica de coronas lo invito a visitarlas y hasta allí fue para atender una queja vinculada con el salario.

Me dije: ¨¨Ya nos vamos¨¨. Pensando yo en que tenía que entrar a trabajar a las cinco de la madrugada para preparar el programa Hoy en la Noticia, de Radio Bayamo que se inicia a las seis de la mañana.

Fue mi última pifia de la noche, ya ni preguntaría ni imaginaria más el final de aquel recorrido que deparaba aun algunas sorpresas que hoy me satisfago de haber vivido.

Nuevamente a la Avenida Francisco Vicente Aguilera, seguimos por la calle José Marti, Augusto Márquez, carretera central y el auto giro a la derecha, estábamos entrando al Hospital Carlos Manuel de Céspedes.

Allí el punto inicial fue la morgue, sabiendo lo que se hace en ese sitio, opte por esperar fuera de ese sitio que Lázaro culminara la razón de su estancia allí. No entre.

Al salir seguimos en el hospital y entramos en la Maternidad del centro asistencial, recorrimos el recinto, se escucharon las voces de las mujeres, algunas por parir, otras ya siendo madres.

Al final, el Primer Secretario del Partido, Lázaro Expósito Canto me dijo: ¨¨ David ahora si terminamos, hemos hecho un recorrido de la muerte a la vida¨¨.