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domingo, 28 de mayo de 2017

¨¨OSCAR NO ES MI ÚNICO HIJO¨¨

A las 7 de la mañana del 29 de mayo de 1970, hace 147 años una descarga de fusilería se escuchó en la ciudad de Camagüey, cuna del Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz.


Esa hora marcó el fin de la vida de un joven de 23 años al que solo le obsesionaba ver a su patria libre de la presencia colonial española y donde la esclavitud fuera definitivamente derrotada.
Oscar de Céspedes, hijo de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, nació en Bayamo el 9 de julio de 1847, pero no solo fue vástago del Iniciador, sino un patriota que luchó por nuestra independencia.
Los hechos demuestran que ante las ansias de libertad de un pueblo, sus líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo, hasta ese núcleo primigenio de las sociedades que es la familia.
Y eso ocurrió de manera lamentable cuando un militar español sin honra y mucho menos honestidad, le propuso a Céspedes dejar la lucha a cambio de la vida de su hijo capturado por los colonialistas.
Lo quisieron chantajear para que depusiera las armas con las que había iniciado el glorioso camino por la lucha aquel luminoso día del 10 de octubre de 1868 en La Demajagua.
Ignorando los sentimientos patrios de Carlos Manuel de Céspedes el Capitán General Caballero de Rodas pide a Oscar que le escriba una carta a su padre dejar la lucha a cambio de su existencia.
El joven, patriota de profunda raigambre familiar se negó rotundamente diciendo que él jamás traicionaría a su patria y menos a su padre, sellando así su suerte.
El deshonesto militar español demostró, desde aquel infeliz momento que no se puede confiar en los colonialistas sean del color que sean y procedan de donde procedan y hablen la lengua que hablen.
La intransigencia de Oscar de Céspedes no cayó en el olvido y las generaciones que le sucedieron, también luchadoras por nuestra libertad, bebieron y beben de su ejemplo.
Carlos Manuel de Céspedes selló su vida sabiendo que desde aquel momento ya era el padre de todos los cubanos que lucharon en aquella guerra del 68.
Fue tan inmoral aquel militar español, que de Caballero solo tenía el nombre, que ya fusilado Oscar, le envió una carta al padre para que cejara en la lucha de ahí surgió aquella expresión que hoy nos enorgullece:
¨¨Oscar no es mi único hijo, lo son todos los cubanos que mueren por las libertades patrias¨¨.



miércoles, 17 de mayo de 2017

¨¨TENGO DE BAYAMO EL ALMA INTRÉPIDA Y NATURAL¨¨

nació en aquella estrecha calle de Paula en La Habana, llevó a esta ciudad en sus más nobles sentimientos patrios.
Esta ciudad ha sido fuente de inspiración para muchos luchadores, desde aquellos instantes grises de la ocupación española, hasta los momentos presentes, por todo lo que aquí ocurrió en las luchas independentistas.
Cuando Carlos Manuel de Céspedes inauguró aquella mañana del 10 de octubre de 1868 en La Demajagua, José Martí tenía solamente 15 años pero el impacto de la acción del prócer bayamés avivó sus ideas.
A lo largo de la historia, de aquella primera etapa independentista, José Martí mostró admiración por la proeza de aquel ser humano que él mismo bautizara como ¨¨el hombre de mármol¨¨.
Esa expresión no solo demostró respeto hacia el Iniciador, sino solidaridad con aquel que tuvo el coraje, el primero, de enfrentar el poderío de los colonizadores españoles.
Martí fue grande en ese momento culminante de la patria que comenzaba a luchar, con sus mejores hijos, por un futuro promisorio en el que lo más importante serían los seres humanos, algunos de ellos esclavizados.
Fue y es grande José Martí porque su lucha no quedó en la palabra, supo imprimirle acción al verbo, buscó su espacio para aportar sus disparos contra los que mancillaban la tierra que lo vio nacer.
Como se ha dicho antes, José Martí llevó a Carlos Manuel de Céspedes muy profundamente en su corazón desde aquellos horribles momentos en las canteras de San Lázaro hasta el exilio aglutinador y libertario.
José Martí definió al dilecto hijo de Bayamo de muchas maneras: ¨¨ ímpetu, volcán que viene, tremendo e imperfecto, de las entrañas de la tierra, arrebato, creador de un pueblo libre¨¨.
Nunca habrá espacio posible para reflejar toda la grandeza de José Martí por todo lo que hizo y la gloria que representa para los cubanos de todos los tiempos que seguimos abrazando su obra.
Aquel 19 de mayo de 1895, hace 122 años, la bala imperial atravesó su cuerpo en una acción que lo inmortalizaría para siempre, abonando con su sangre el camino de la libertad.
¨¨Yo tengo de Bayamo su alma intrépida y natural¨¨, había expresado José Martí, quien probablemente también quiso decir: ¨¨Tengo de Céspedes el alma intrépida y natural¨¨.
Hoy 19 de mayo, nos percatamos de que los dos héroes murieron peleando, con una diferencia de 21 años, uno en la montaña, el otro en el llano y en la misma región indómita que habitamos.

martes, 16 de mayo de 2017

JUAN ANTONIO: LO ABSTRACTO EN SU PINCEL


La enseñanza artística en el campo de las artes plásticas es un hecho de reconocido prestigio en Cuba por la posibilidad de desarrollo que ha tenido en los últimos años.

En Bayamo esa influencia ha tenido una repercusión extraordinaria cuya consecuencia ha sido la irrupción de nuevos actores dedicados al arte maravilloso de las artes plásticas.

Un importante y decisivo impulso tuvo esta manifestación del arte cuando se inauguró en Bayamo la Academia de Artes Plásticas Osvaldo Guayasamín donde estudiaron decenas de jóvenes con estas inquietudes.

Uno de ellos, Juan Antonio Ramos Fonseca, joven bayamés, quiere seguir escalando por esa vertiente difícil para alcanzar cotas que le permitan ubicarse en un sitio de vanguardia en la creación artística.

La primera exposición personal de Juan Antonio se realizó en el año 2011 y tuvo como sede el Centro Provincial de Artes Plásticas y se tituló Ineludible.

Este joven artista de la plástica ha participado en cuatro exposiciones bipersonales denominadas Cuando el rio suena, A lo cubano, Introspecciones y Cubarte, proyecto ijel de Hamburgo Alemania.

Con solo 25 años de edad, Juan Antonio Ramos Fonseca pone de manifiesto en sus obras todo el vigor que encierra su talento que se muestra inagotable a la hora de la creación artística.

Entre las exposiciones colectivas se encuentran en su currículo El primer Encuentro de Arte Abstracto abierta en la galería de la Asociación Hermanos Saiz, en el año 2014.

Al año siguiente expuso, entre otros creadores En qué creen los que creen?, en la sede de la Uneac y Evocación al pasado en la Asociación Hermanos Saíz.

Posteriormente participó en el año 2016 en la expo colectiva Tercer encuentro de arte abstracto y en el actual 2017 presentó sus obras en el evento de esa manifestación.

Entre los reconocimientos Juan Antonio Fonseca Ramos ostenta el de mejor graduado del curso 2010-2011 de la Academia Osvaldo Guayasamín y el segundo premio del séptimo salón Martiano de ese propio año.

Sin duda alguna podemos afirmar que estamos en presencia de un artista que pese a tener 25 años de edad, posee las cualidades suficientes para enorgullecer a Bayamo y a todos los que aprecian su talentoso andar.