Tan cubanos como las aguas de ese río, símbolo de esta ciudad Símbolo,(Bayamo), son los héroes que abonan el camino de la redención humana, manifiesto de dignidad en nuestra Isla, donde el amor a la Revolución se proclama de disímiles maneras, desde el torno hasta la identidad transformada.
Nuestros Héroes son como el sol, salen, iluminan, se esconden, para luego volver a iluminarnos con ese sentimiento que nunca ha estado en venta y que es expresión de la más auténtica cubanía, la que nació por estas tierras, cuando aquel fecundo día se mezclaron negros y blancos en acto fundacional.
Ellos, nuestros Héroes, escudriñan al enemigo desde sus mismas entrañas, alertan, previenen, advierten, para que ese gigante de las siete leguas, no vuelva jamás a dejas sus huellas en nuestras tierras, libres de esa intromisión hace ya más de medio siglo, y para siempre.
Un día, un mes, un año o varios años despreciando a esas almas en subasta, pero junto a ellas, para clarificar mas los amaneceres de la Patria , que desde lo alto del mástil los visita, les habla, les orienta y ellos vuelven a quedar mudos para seguir destrozando los actos de los que odian al pueblo.
Siempre la justicia encontrará el cauce para castigar a los genuflexos y es que nuestros Héroes son esa justicia, la misma que enarboló Céspedes en La Demajagua y la que llevó a Máximo Gómez a enseñarnos el machete como arma de guerra para acabar con los que pretenden cambiar el color de nuestra Bandera.
Los cubanos sabemos lo que queremos, lo que defendemos, lo que amamos por derecho propio, solo alcanzado cuando la Estrella que nos ilumina proclamó la victoria en aquel balcón santiaguero para matar la injusticia, fundando un proyecto social que ustedes han preservado.
Ustedes son nuestros Héroes, no tienen precio, porque no están en venta, pero si algún precio prefieren pagar será el de dar la vida por un pueblo como el cubano que sabe donde está la dignidad, el amor a los próceres y la soberanía.