Bayamo es una ciudad musical desde tiempos inmemoriales.
Por sus calles, al paso de sus habitantes, gravita ese
himno al amor que es La Bayamesa, regalo para las mujeres de este entorno que
ya ha rebasado, por su belleza, las fronteras locales y nacionales.
Es cierto, Bayamo es una ciudad musical cuyos sonidos
nacen también de ese paso de los caballos tirando de los coches sobre el
asfalto, especialmente atractivo en horas de la madrugada.
La belleza de esta ciudad también reside en ese sonido a
veces quedo, a veces trepidante de las aguas del rio que dulcemente envuelve a
esta comunidad que tanto amamos y defendemos.
Y es que hay sonidos que distinguen sitios emblemáticos
de la Cuna de la Nacionalidad Cubana como sucede en los amaneceres y
atardeceres en la Plaza de la Revolución bayamesa.
En la aurora y el crepúsculo las aves canoras entonan un
concierto afinado, hermoso, que hace mover las ramas de esos árboles que son
como escudos que impiden el paso de supuestos depredadores.
Allí mismo en ese lugar donde veneramos al Padre de la
Patria y al autor de nuestro Himno Nacional, también los oídos reciben ese
sonido de los trabajadores de servicios comunales empeñados en la limpieza.
En la plaza donde se canto por vez primera el himno
patrio, siguen volando aquellas notas, aquellas voces, que luego de tres días
de apasionados combates, elevaron al cielo aquella letra eterna.
A ese instante se une la bendición de la bandera
cespediana en el atrio de la que es hoy nuestra Catedral San Salvador de Bayamo-Manzanillo, en el que también hubo
música no solo celestial.
También cada cuarto de hora, cada media hora, cada tres
cuarto de hora y a la hora en punto, el sonido de aquellas campanas lanza al
espacio el patriótico tañer que estremece el alma.
Hay mas en ese laberintico cauce que constituyen los
sonidos en Bayamo, se unen a ese camino las maneras de hablar de los
ciudadanos, música que dibuja palabras en el espacio.
¿Quién no se ha estremecido escuchando el sonido que
emana de esos hombres y mujeres herederos de Manuel Muñoz Cedeño, artífice de
la música local, patriota y estandarte imprescindible de nuestra historia?
¿Qué bayamés no ha encogido sus asombros escuchando a esa
Banda de Música, orgullo sublime, extraordinario e insoslayable interpretando
evocaciones locales y foráneas?
Es que Bayamo es música buena, noble, esperanzadora, salpicada
por el talento de nuestros profesionales del pentagrama empeñados en diseminar
la felicidad entre sus coterráneos.