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lunes, 6 de febrero de 2017

BREVE HISTORIA DE LA CASA DE LOS ALAZANES

Por estos días hay una instalación deportiva que se ha estremecido dada la magnífica actuación del equipo de pelota de nuestra provincia de Granma, que ganó el campeonato nacional por primera vez.
Hoy vamos a acercarnos a parte de la historia de ese estadio que lleva el nombre de Mártires de Barbados en homenaje a las víctimas del execrable atentado contra la nave de Cubana de Aviación en 1976.
Pero mucho antes de esa fatídica fecha bayameses amantes del deporte de las bolas y los strikes hacían esfuerzos para dotar a la ciudad de una instalación que propiciara el desarrollo de esa disciplina deportiva.
A finales de la década de 1940 se iniciaron las labores, teniendo en cuenta la desaparición de terrenos existentes entonces, debido a la necesidad del desarrollo económico de la ciudad.
Debido a esa realidad la pelota decayó mucho por lo que entusiastas ciudadanos emprendedores comenzaron a hacer las gestiones para disponer del área necesaria para ese estadio.
Estos ciudadanos se agruparon en lo que se llamó el Patronato Pro Campo Deportivo de Bayamo, instituido para recolectar los fondos necesarios para la construcción de la instalación.
En ese grupo se reunieron personalidades de la cultura, el comercio y representantes de las personas más humildes del pueblo, quienes abogaban por la construcción del estadio de pelota.
Se hizo una gran campaña popular presidida por la consigna: ¨¨Ponga usted un ladrillo y Bayamo tendrá un estadio¨¨, y mucha gente del pueblo hizo suya esa propuesta para alcanzar el sueño.
Bayameses como Gustavo Ferrer Pomar quien dedicó no pocos esfuerzos para lograr la construcción del estadio, el constructor Rafael González Perea, (Felunga), Mario Grai y el proyectista Pedro Ávila Vigoa, pusieron mucho empeño.
De esa manera comenzaron los trabajos de cimentación para levantar la obra que cobró mayor fuerza a partir del triunfo de la revolución en enero de 1959.
De esa etapa hay que mencionar a uno de los bayameses más amantes del béisbol, que lo jugó ampliamente y dio su aporte significativo para que Bayamo tuviera ese estadio: Romárico Soto Capote.
El primer juego se efectuó en 1952, pero la inauguración oficial se realizó en la significativa fecha del dos de diciembre de 1956, con un encuentro entre un equipo de Palma Soriano y el de la ciudad de Bayamo.
Los locales ganaron ese juego con apretado marcador de cuatro carreras por tres, cuando solo había una grada detrás del plato, la cual fue techada dos años más tarde.
Después de la división político-administrativa de 1976 se erigieron los dogáuts y las gradas de los laterales y un año después, el 17 de diciembre de 1977 se inauguró, con mucho júbilo, el alumbrado del estadio.
En esa fecha se enfrentaron los equipos de Santiago y Granma en la decimoséptima serie nacional que es hoy la Casa de Los Alazanes, Campeón Nacional de la pelota cubana.

PUPO Y SU NUEVO EXPRESO

La música en Bayamo ha sido alimentada con una nueva agrupación que llega para extender ese hermoso manto de buen gusto basado en raíces profundamente auténticas.
Cuando se percibe que entre nosotros hay músicos talentosos que se empeñan en hacernos más agradable el entorno con sonoridades nuevas preñadas del buen hacer, podemos afirmar que se avanza en la cultura.
Con la irrupción de esa nueva agrupación musical se refuerza no solo la cantidad, sino la calidad de nuestros artistas, que hacen todo el esfuerzo posible por brillar en el difícil escenario de las interpretaciones.
Pupo y su Nuevo Expreso llega en un momento, quizás el preciso momento en que su director necesita poner en el pentagrama toda esa experiencia obtenida en su carrera artística,
Pero lo más importante en ese andar es el bailador que tiene ya a su disposición un nuevo elemento para el sano disfrute para demostrar sus habilidades para la danza, algo tan común en los cubanos.
Qué bueno que la música cubana tenga otra manifestación para su crecimiento desde Bayamo, donde también tenemos otras agrupaciones de probada trayectoria.
Pupo encabeza este proyecto al que ha llegado luego de una prolongada estancia como director musical de la Banda de Fabré, donde tejió una historia singular gracias a sus arreglos de avanzada competencia.
Siempre gana la música cuando surge una agrupación con tantos jóvenes graduados de las escuelas de arte y que están ávidos de demostrar su talento.
Pupo y su Nuevo Expreso han comenzando a recorrer ese universo de la música bailable y para ello cuenta con muy buenas voces a las que estaremos acostumbrando según se presente en los escenarios.
Claro que no todos son luces, también hay sombras en el surgimiento de una orquesta como esta, pero a ritmo del buen hacer la agrupación tendrá su sol para iluminar su trayecto.
Solo queda desearle mucho éxito a Pupo y su Nuevo Expreso porque viene a ocupar el espacio propuesto en ese afán de los buenos músicos de entregarse a sus seguidores con calidad y buena presencia.
Bienvenida esta nueva orquesta que comienza a labrar su futuro con la esperanza de convertirse en referencia para los bailadores, críticos y los amantes de la buena música.