Uno de los cantantes cubanos de más renombre internacional, a lo largo de su exitosa carrera artística es Ignacio Villa, Bola de Nieve.
Su peculiar manera de cantar, casi susurrando las palabras, quedó grabada en la memoria de los que pudimos apreciar su arte.
Bola de Nieve recorrió el mundo entero, llevando en su voz la cultura cubana, en sus cantos los lamentos, la alegría, la añoranza y la esperanza de los nacidos en esta Isla, donde la música brota como el agua de los manantiales.
No quedó parte alguna de Cuba que no recibiera la presencia de aquel negro fabuloso, quien hizo del piano su más hermosa herramienta de trabajo, labor que desempeñaba como un elemento recreativo personal, de ahí la autenticidad de su obra.
Su sonrisa no les faltó a los cubanos, sus presentaciones en los más encumbrados teatros del mundo, no le limitaron sus conciertos en los sitios más humildes de Cuba.
Aquí en Bayamo se presentó en más de una ocasión en la Biblioteca Pública MIL 868, colmando las expectativas de los asistentes, interpretando magistralmente piezas como La Flor de la Canela y Vete de Mí, una de las canciones cantadas con un desgarramiento tal, que siempre emocionó los espectadores.
Bola de Nieve es tan cubano como las palmas reales, tan cubano como el ron, tan cubano como la Enseña Nacional, tan cubano como el Pico Turquino.
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