Un bombardeo de las fuerzas de la OTAN en Afganistán (ISAF) ha matado a 33 civiles en la provincia de Uruzgan, al sur del país, según el gobierno afgano. Entre los fallecidos hay cuatro mujeres y un niño. Los civiles, que se aproximaron a una unidad conjunta de la OTAN y el ejército afgano, fueron confundidos con insurgentes, sobre quienes se desplegó ayer el ataque aéreo.
Entre las víctimas se encuentran otros 12 heridos, según ha informado el Ministerio de Interior afgano. "Las tropas de la ISAF sospechaban de que varios vehículos de civiles escondían insurgentes y los bombardearon", ha explicado Zamari Bashary, portavoz de Interior. La presidencia afgana ha calificado el suceso como "injustificable" y ha condenado el ataque "en los términos más enérgicos posibles".
Según el presidente del consejo provincial de Uruzgan, se trataba de tres minibuses en los que las víctimas viajaban a través de un paso en el distrito de Char Cheno.
"Ayer, un grupo de sospechosos insurgentes, que se creía que se dirigían a atacar el campamento conjunto de la ISAF y las tropas afganas, se vieron enfrascados en un bombardeo aéreo que produjo algunos muertos y heridos", ha informado el mando estadounidense a través de un comunicado. Las tropas no se dieron cuenta de que se trataba de civiles hasta que llegaron al lugar del bombardeo y descubrieron a mujeres y niños entre las víctimas.
"He dejado claro a nuestras fuerzas que estamos aquí para proteger al pueblo afgano y matar o herir civiles sin querer mina su confianza en nuestra misión", ha declarado el jefe de las fuerzas extranjeras en Afganistán, el general Stanley McChrystal. La OTAN ha comenzado una investigación.
Es la segunda vez que un ataque de la ISAF se salda con varios civiles muertos desde que comenzó la operación Mushtarak ('Juntos', en dari). El pasado 14 de febrero, 12 personas murieron en lo que, en un principio, la OTAN calificó como un error.
El peor episodio se produjo el pasado verano en Kunduz, cuando un ataque aéreo de la OTAN, bajo mando alemán, mató a 90 personas entre las que se encontraban numerosos civiles en plena campaña electoral alemana. El incidente provocó la dimisión del jefe del mando alemán y del entonces ministro de Defensa.
Las bajas civiles se están convirtiendo en la principal causa de fricción entre las tropas extranjeras y el Gobierno afgano en su primera ofensiva conjunta. El objetivo de la operación, en la que participan 15.000 soldados y que se desarrolla en torno a la localidad sureña de Marjah, es expulsar a los talibanes de sus bastiones en la provincia de Helmand y dar el control de estas zonas a las autoridades afganas. La operación fue anunciada semanas antes de que comenzara con la intención de prevenir a la población civil.
Tomado del periódico El País, de España
No hay comentarios:
Publicar un comentario