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jueves, 17 de noviembre de 2011

DIA INTERNACIONAL DEL ESTUDIANTE: DESDE NUESTRO HORIZONTE



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Presenció una manifestación estudiantil que le estremeció toda su memoria universitaria. Aquel panorama le resultó ajeno y de un sabor amargo, casi hiriente.
Era imposible pedirle una reacción diferente a alguien que no termina de cerrar las puertas de su vida colegial en Cuba.
Reinier viajó a Ecuador con el fin de cursar un posgrado. Y resulta que su mayor lección nació cuando aquilató la valía de ser discípulo en este suelo antillano. 
Para quienes ascienden sin tropiezos la escala de los niveles educacionales es impactante esa turbulencia de protestas y exigencias por un derecho, al parecer, no muy bien plantado en determinados terrenos.
Como tampoco asimilan despertar el Día internacional del Estudiante con un color gris en su arcoiris. Los aprendices de esta geografía de mar y palmas recorren de principio a fin el significado de esa conmemoración y la escenifican de mil modos, pero nunca entre pesares.
Sus preocupaciones son otras. Aquí se pretende marcar esa época de estudiante con inteligencia, impulso, certeza en lo que se defiende, la moda, las "locuras"..., la autenticidad.
Todo muy distante de esa angustia que nubla el día de tantos por causa de los más de 20 mil dólares endeudados con la Universidad.
En nuestra latitud no cabe la posibilidad de agobio si hacer cinco años de una profesión requiere solo de horas de estudio y los gastos de los recursos vitales.
Ahora la intranquilidad por la jornada del 17 primó en el festival que harán en las aulas, la bicicletada hasta un interesante sitio, el andar sobre el por qué de esta fecha, la espera de la aurora espigando sueños.
Solo que no ignoramos las avenidas que faltan por recorrer para escribir nuevas razones para esta festividad de sonrisas y trabajo, de poesía y estudios.
Por esa inconformidad en vena diferimos de ver a tantos escolares atrincherarse en el campo de los reclamos.
Que solo cien naciones, además de Cuba, compartan la ocasión como un símbolo de emprendimiento, suena demasiado frágil en la actualidad.
Es urgente hacer "estornudar" al mundo para borrarle las disparidades entre los estudiantes. Mientras, acá, desde nuestro horizonte, permanecemos con la luz prendida atentos a ese momento.

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