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Por estos días, nuestro país rememora aquel monstruoso acto que hace
35 años conmovió al pueblo cubano con la voladura en pleno vuelo de
un avión civil de Cubana de Aviación con 73 personas a bordo.
Uno de los asesinos murió recientemente en Estados Unidos como
protegido de las autoridades, pese a que nunca renunció al ejercicio
de la violencia terrorista. Orlando Bosch Ávila, como Luis Posada
Carriles y otros muchos personeros de la mafia cubanoamericana
gozaron de la absoluta impunidad para agredir al pueblo cubano.
Orlando Bosch se puso en contacto con la CIA desde principios de
los 60, como esa propia agencia de inteligencia lo ha reconocido y
no pocas fuentes lo ubican dentro del grupo que llevó a cabo el
magnicidio del presidente John F. Kennedy en la ciudad de Dallas
(estado de Texas) el 22 de noviembre de 1963.
Desde 1963 está inmerso en actividades de bombardeos sobre
centrales azucareros cubanos. Según la prensa de Miami de aquella
época, Bosch se jactó de haber lanzado unas 5 000 cápsulas de
sustancia de fósforo vivo sobre territorio cubano y al final, a
propósito de esta acción, declaró a los medios de comunicación:
"Si tuviéramos recursos, ardería Cuba de un extremo a otro".
El 16 de septiembre de 1968, Bosch se trasladó al puerto de miami
y lanzó un proyectil de bazooka contra la nave polaca Polanica, en
pleno puerto de Miami, como antes lo había hecho ya contra otras
embarcaciones y dirigió amenazas escritas al Presidente de México,
al Jefe de Estado español, general Francisco Franco, y al primer
ministro británico, Harold Wilson, pretendiendo causar daños a
barcos y aeronaves de aquellas naciones. Fue condenado a 10 años de
cárcel.
Allí se conoce de que tanto en Cuba como en el exterior,
fomentados principalmente desde Miami y Nueva York, el grupo de
Orlando Bosch ha colocado más de 100 bombas contra objetivos en más
de 30 países en los dos últimos años.
Con la anuencia de algunas autoridades norteamericanas comenzó en
1972 un proceso para tratar de ponerlo en libertad. Así, por
ejemplo, el entonces gobernador de la Florida, Claude Kirk, en una
cena promovida por la Cámara de Comercio Latina que está dominada
por la mafia cubana, declaró: "Cuando pienso en los hombres libres
que buscan libertar a su patria, necesariamente tengo que pensar en
el doctor Bosch. Estoy trabajando, efectivamente, para que lo
suelten, y creo que dentro de poco veré los resultados".
Orlando Bosch sale en libertad condicional, sin ninguna
condicionalidad, de inmediato reinicia sus actividades terroristas,
viola su estatus y se marcha del país, hacia Venezuela, y luego
hacia Chile, donde establece un programa de cooperación con la
dictadura de Pinochet. En mayo de 1976, una larga audiencia del
Subcomité Judicial del Senado de Estados Unidos, discute el tema del
terrorismo en el área de Miami. Ahí comparecen funcionarios de la
CIA, del FBI y de otras instituciones norteamericanas, donde se
asegura que Orlando Bosch es el terrorista más activo.
En esta audiencia senatorial, oficiales federales aseguran que "Bosch
está bien financiado por unos pocos exiliados ricos de Estados
Unidos que apoyan sus intentos extremistas", y que "la política de
Estados Unidos con relación a Bosch cambió porque el gobierno no
quiere gastar dinero en su extradición, procesamiento y
encarcelamiento", dijo una fuente del Departamento de Justicia.
En 1976, crea el CORU, Coordinación de Organizaciones
Revolucionarias Unidas (CORU), que ejecutaría en ese año y en los
siguientes decenas de acciones terroristas contra entidades cubanas
y de otros países latinoamericanos y europeos.
La primera acción del CORU se realizó el 10 de julio de 1976
contra la línea aérea Cubana de Aviación en Barbados; el 11 contra
Air Panamá en Colombia; el 23 fue asesinado Artagñan Díaz Díaz,
funcionario del Instituto Cubano de la Pesca en Mérida, Yucatán,
México, cuando intentaron secuestrar al cónsul cubano en esa ciudad.
Y así suceden muchas más hasta el 6 de octubre, que es destruido en
pleno vuelo el avión de Cubana de aviación en Barbados, plan
largamente soñado por el terrorista Orlando Bosch.
Con el apoyo de Otto Reich y la Fundación Nacional Cubano
Americana (FNCA) regresa a Estados Unidos. Es detenido y tras una
investigación, el Procurador General adjunto Interino estadounidense
Joe D. Whitley, determina que debe ser deportado ya que "Bosch es un
extranjero inadmisible porque hay motivos razonables para creer que
probablemente se dedicará, después de su ingreso, a actividades que
estarían prohibidas por las leyes de los Estados Unidos relativas al
espionaje, el sabotaje y el desorden público o a alguna otra
actividad subversiva para la seguridad nacional".
Según el New York Times del 17 de agosto de 1989, la congresista
de origen cubano Ileana Ross-Lehtinen, con el apoyo de Connie Matt y
Jef Bush, negoció personalmente con el entonces presidente George
Bush, padre, la liberación de Bosch.
En la conferencia de prensa que siguió a su liberación en 1990,
Bosch describió abiertamente el "arreglo" que acababa de firmar,
minutos antes con las autoridades norteamericanas, como "ridículo" y
una "farsa". Añadió el terrorista con su arrogante ironía:
"Compraron la cadena pero no tienen el mono".
Y así, reinició sus actividades contrarrevolucionarias y hasta
fundó el llamado Partido Protagonista del Pueblo sin ser molestado
por las autoridades norteamericanas. Bajo esa pantalla creó la
corporación no lucrativa "El Gran Operador", para recaudar fondos y
enviar medios y recursos bélicos a sus seguidores en Cuba bajo el
lema "Mezcla para los Albañiles".
Bosch tendría el cinismo, en una entrevista televisiva, de
designar sus víctimas de la aeronave destruida, como "cuatro o cinco
negritas".
Por estas cosas, Cuba tuvo que acudir al "Estado de Necesidad",
para proteger a nuestro pueblo e infiltrar a hombres como nuestros
Cinco Héroes en las organizaciones terroristas para monitorear sus
actividades.
Tomado de www.granma.co.cu
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