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martes, 12 de octubre de 2010

LA OPERACIÓN PETER PAN. (1)

Después del triunfo de la Revolución, muchas fueron las acciones que desarrollaron contra Cuba los sectores políticos, sociales y religiosos desplazados del poder en estrecha coexión con empresarios de las grandes compañías norteamericanas también perjudicadas por las leyes revolucionarias y hasta con propio gobierno de Estados Unidos.
Dentro de estas acciones se distingue por su crueldad y falta de sentimiento humano, la llamada Operación Peter Pan.  Se trató de una de las más secretas acciones de subversión y guerra psocológica desarrolladas por la CIA.  Las principales víctimas fueron indefensos niños y padres muchas veces engañados o hábilmente confundidos por salsos rumores, con fines desestabilizadores.
La Operación Peter Pan se desarrolló para propiciar que los niños cubanos pudieran emigrar a los Estados Unidos y evadir el supuesto adoctrinamiento comunista.
Para el moseñor Bryan O. Walsh (sacerdote de origen irlandés, principal ejecutor en coordinación con el gobierno de Estados Unidos y las jerarquías católicas de la Florida y Cuba, de la Operación Peter Pan), la Operación Peter Pan fue aquella que se diseñó para que los niños estuvieran por breve tiempo en Estados Unidos, regresando a Cuba después de triunfar una invasión como la de Bahía de Cochinos.
Paralela a esta Operación existía el Programa de Niños Cubanos (The Cuban Children's Program), para niños que, estando en Estados Unidos carecían del cariño y protección de sus padres.
Uno de los apologistas de la Operación Peter Pan aseguró que esta debió su existencia al Programa para Ninños Cubanos, pues sin sus medios para cuidarlos, la idea de rescatarlos del comunismo y llevarlos para Estados Unidos hubiera sido imposible.  Esto se demuestre en el hecho de que más de la mitad de los niños que fueron favorecidos con ese programa, fueron sacados de Cuba a través de la Operación Peter Pan.
Decisivo resultó el apoyo recibido por importantes sectores de la Iglesia en Cuba, donde la jerarquía, la mayor parte del clero y de sus organizaciones laicas, lejos de apoyar la causa nacional, se aliaron incondicionalmente con la Iglesia norteamericana y el gobierno de ese país, incitaron y propiciaron la inmigración, defendieron los intereses de las clases privilegiadas, con las cuales venían asociadas desde el advenimiento de la república mediatizada, facilitando todo esto por la supremacía de un clero español y mayormente extranjero, heredado desde el período colonial y protegido por el gobierno intenventor norteamericano.
De acuerdo con una de las versiones contadas por el padre Bryan O. Walsh a finales de 1960, directivos de la Cámara Americana de Comercio de la Habana se le acercaron con la noticia de que algunos amigos cubanos querían enviar a sus hijos hacia Estados Unidos, por el temor de que al estar involucrados en actividades contrarrevolucionarias, el goverano cubano tomara represalías contra ellos y como excusa le retirara la custodia de los hijos.

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