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viernes, 29 de enero de 2016

EL RESPETO AL DERECHO AJENO

Andar por las calles bayamesas permite observar buenas acciones de la ciudadanía que hacen de la vida en esta villa un elemento que la distingue porque muestra el lado bueno, el que queremos, para la ciudad.
Los buenos ejemplos deben multiplicarse porque nos hacen mejores personas desde todo punto de vista, arraigándose los conceptos asociados a la vecindad deseada y que logra armonía para nuestras vidas.
Hablar de estos asuntos no es ocioso porque lo que hacemos hoy, bien o mal, repercute en las generaciones más jóvenes, proveyéndolas de buenas o malas costumbres que se convierten en hábito.
La perfección no existe aunque el ser humano siga empeñado en alcanzarla para la felicidad de todos, porque el solo hecho de querer amasarla hace que los individuos de cualquier sociedad, sean mejores.
Lamentablemente también, en ese camino, nos acompañan sombras que tratan de envolvernos para que surjan conflictos entre las personas y eso es totalmente criticable porque empañan nuestro cotidiano andar.
Lograr superar aquello que nos pueda separar, hacer el esfuerzo para que la armonía este por encima de las contradicciones, trabajar para lograr, desde la intimidad de la familia, tocar las sensibilidades humanas es muy bueno.
Las calles bayamesas nos muestran cada día la necesidad de borrar esas sombras que embrutecen a algunos que no se comportan debidamente lastrando las buenas actitudes en los espacios públicos,.
Son las sombras que se ciernen, por ejemplo, sobre aquel conductor de un vehículo que despoja del derecho en la vía a otro chofer que si cumple con lo dispuesto en las reglamentaciones del tránsito.
Son las mismas sombras que acompañan a un conductor de un vehículo que a las cuatro, cinco o seis de la mañana se empeña en llamar la atención de aquella persona a la que busca tocando el claxon inmisericordemente.
Esas mismas tinieblas mentales son las que impulsan a un chofer a circular por las calles bayamesas pobladas de seres humanos a una velocidad que excede lo dispuesto en el Código del Transito.
Cuando el conductor de un vehículo se cree infalible, asumiendo que posee todas las habilidades para conducir quizás llegue, en ese momento lo fatal que es un accidente que puede segarla vida a él y otros ciudadanos.
Lo mejor que se puede hacer es demostrar respeto por los demás, no vulnerar el derecho del prójimo a dormir en paz, a caminar sin el temor de la presencia en la vía de un chofer irresponsable. Eso es armonía.

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