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viernes, 29 de enero de 2016

EDUARDO FIGUEREDO RONDON: UN ARTIFICE DEL SONIDO RADIAL

La radio en Bayamo ha tejido una historia digna de todos los elogios por el papel que ha desempeñado en su función de informar, entretener y contribuir al gusto estético de la población.
Para lograr esos objetivos la radio ha contado en su historia local con decenas de trabajadores de diferentes especialidades que les dan vida a la programación concebida con tan nobles fines.
No hay duda de que para lograr un buen producto radial se necesita de un equipo de apoye desde sus posiciones, como el caso del locutor y el realizador de sonidos.
Esta especialidad es de suma importancia, pudiéramos decir, imprescindible en la realización radial por todo lo que aporta en ese propósito de entregar al oyente una obra, un programa.
Bayamo contó entre los realizadores de sonido con trabajadores de una alta calidad como Eduardo Figueredo Rondón, un maestro en aquella época donde los discos de acetato eran los utilizados para la música.
Y era uno de los que con maestría, trabajando en vivo, ponía la aguja en el surco exacto del tema de ese disco que el locutor había anunciado por petición de los oyentes.
Aquello era un espectáculo porque un programa en vivo requiere de atención, suma seriedad y por encima de todo de mucho talento, pues en ese sentido se ponía de manifiesto la calidad de la emisora.
Eduardo dejó una estela de simpatía entre los trabajadores de Radio Bayamo por su prolongada permanencia en esa interesante faena del realizador de sonidos.
Otro destacado en ese oficio fue Zenén Labaut Pérez, quien por cierto sigue acompañándonos y que al igual que Eduardo mostraba mucha calidad en su labor en los programas en vivo.
Franco Fonseca fue otro de los que marcó a la radio bayamesa, trabajando de manera abnegada en la labor que realizó durante su paso por este medio radial.
Cabe destacar además a dos mujeres que desempeñaron tales funciones en la radio bayamesa, una de ellas fallecida, Ramona Martínez Infante y Siria Infante y Rosita Santiesteban, aún entre nosotros.
Ellas dieron no solo su capacidad a la radio, sino belleza a esas cabinas de transmisión, donde predominaba en ese trabajo la fuerza masculina desde la irrupción de la radio en la Ciudad Monumento Nacional.
Hoy una pléyade de jóvenes, mejor preparados académicamente teniendo a su disposición las modernas tecnologías digitales, marca territorio, siguiendo la huella de aquellos que les precedieron.

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